Finalizadas las tareas comiciales en la noche del martes, un buen amigo me mandó un guasá. Mostraba este un cartel con la foto de Martínez ... Vidal. Al pie decía: «¡Gracias, Ana!». Y más al pie, la marca del PP. Esto es para que se vea que, sobre todo en política, los designios de Dios son inescrutables. Uno toma iniciativas con la idea de que suceda esto y, a la postre, lo que sucede es lo otro.
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Ese agradecimiento podría ampliarse a las personas que directamente han sido agraciadas, principalmente la Ayuso. Esta chica convocó elecciones apresuradamente, por si (visto lo de Murcia) hubiere peligro de moción de censura. Y no solo no la hubo, sino que las urnas la subieron a las alturas de la balconada de Génova. Como en los viejos tiempos.
Por su parte, el presidente murciano consiguió remendar el desbarajuste que se le vino encima y tampoco soportó del todo los efectos de la moción. Y si no agradecido, puede colegirse que finalmente quedó confortado, pues logró salvar los muebles. (No ocurrió lo mismo en el Ayuntamiento de la capital, cuya cabecera pasó de uno a otro confín).
En general, cabría pensar que las «gracias» del guasá de mi amigo (quien, por cierto, es guasón) están respaldadas por mucha gente. Y si en el plano particular se le dan a Ana, en el general habría que dárselas a Murcia. Puede que, por esto mismo que digo, la muchacha del telediario de los laborables...
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–¿La que repite haciendo alarde de improvisación: «Como decíamos al comenzar el telediario»?
Correcto. Pues esta juntó en el plató de atardecida a López Miras, nuestro responsable de aquí, y a García-Page, responsable de Castilla-La Mancha. Un encuentro de lo más oportuno, pues imagino que hablarían del Trasvase. El tema está ahora mismo que echa chispas. Sin embargo, los vi muy amigables. Hasta el punto de que nuestro hombre le llamaba Emiliano.
–¿Es que responde por Emiliano?
Responder, no sé. Llamarse se llama. Pero siendo el de Murcia Fernando, no se puso García-Page ese nombre en los labios, al menos que yo sepa. (Aludir al Trasvase es ya una 'platitude', término que usa Marías en 'Tomás Nevinson', novela de moda).
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