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¡Atié, qué leche!

LA ZARABANDA ·

Una sorpresiva, por impensable, moción de censura recorre España

Jueves, 11 de marzo 2021, 01:11

¡Atié, qué leche! no es una expresión de mi propiedad. Forma parte del acervo huertano y se la debo a un periodista de viejísima ... escuela, ya desaparecido. Estoy hablando de don Jesús Frutos, ancianito carpintero y articulista de la 'Hoja del Lunes', que solía formar tándem propiciatorio con otro compañero ilustre, don Carlos Valcárcel, en la barra del antiguo Rincón de Pepe. Me refiero al que capitaneaba, junto con su Encarna, el todavía vivito, coleando y en buena forma Raimundo González (imagino que ya vacunado), a quien suponemos y deseamos inmorible. El cual, curiosamente, lleva el Frutos como apellido por parte de madre. Y Frutos fue también aquel obispo murciano, cuya calle (por donde la plaza de toros) es la más perfumada de azahares de toda Murcia.

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'Dicho esto' (que es como se manifiestan los tertulianos al uso con sus discursos de nunca acabar), me dispongo a abrir la boca, tanto como si fuese para uso de mi dentista, ante la noticia tan sorpresiva de que Ciudadanos y PSRM quieren desbancar, usando la moción de censura, al presidente regional. En una provincia donde solo en los últimos tiempos se detectan marejadillas de índole política, lejos de la aburrida paz que procuraba la alternancia a dos bandas, la probabilidad (prevista en las normas, pero no en los corazones) de que descabalguen al señor López Miras, pues la verdad es que suena como un cañonazo.

Porque se da la circunstancia añadida de que uno de los firmantes del papelote, Ciudadanos, no es (como cabría esperar según la costumbre) parte de la oposición, sino que le viene echando una mano al PP en la gobernanza. El zambombazo de la moción coincide, aunque no tenga nada que ver (y aquí advertimos otra curiosidad) con un aniversario más de la funesta desaladora que le alquiló el gobierno de entonces a Florentino Pérez, y que ha dejado a esta pobre Región endeudada para los restos.

Sea como fuere, recuerde el lector que, ya el sábado pasado, escribí aquí mismo que Ana no daba puntada sin hilo. Ahora se confirma que (para bien o para mal) bailar el baión, igual puede ser con un negro zumbón que con otro bembón. Repicando la zambomba, eso sí, en ambos casos.

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