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Aquellos 'sanjosés' sin virus

LA ZARABANDA ·

Con las barras y mesas rebosantes, desfilando las tortadas por las calles

Viernes, 19 de marzo 2021, 01:37

Es lo que tiene cuando todo el mundo se llama Pepa o Pepe...

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–No empecemos con las exageraciones.

No hay tales, caballero. Si acaso ... una miaja de exaltación, motivada por una festividad tan notoria. Y tan española. Cuando digo que todo el mundo se llamaba Pepita o Pepe, estoy ateniéndome a una realidad, aunque sea un tanto virtual, como ahora se dice. Si en la casa había un Pepe o una Pepa, bastaba con eso para que toda familia montara una fiesta de las grandes. Fijarse en que incluso los Josés y Josefas que esperaban el santo advenimiento, recibían en el cementerio el día anterior la visita de sus allegados. No se eche en saco roto que hasta Ortega y Gasset respondía por don José.

Estoy significando que aquello era otra cosa. Muy diferente de lo que actualmente se lleva, tanto en la forma como en el fondo. Hoy se da una circunstancia algo penosa. El número de Pepes y Pepas ha bajado muchísimo con la modernidad. Raro es ahora el crío que responde por José y sus derivados. Acordarse que, al principio de la decadencia, cuando el joseísmo hispano iba dejando de mandar romana, a los de este nombre se les iba poniendo al día, cambiando el acento agudo de 'José', por el prosódico y más sajón de 'Jose'.

Antes del Plan de Estabilización famoso...

–¿El que nos sacó de la autarquía?

Ese mismo. El de los Lópeces, joder, más un Ullastres por patronímico Alberto. Previamente al Plan (y también durante) corrían las calles, desde primera hora, mozuelas y mozuelos de índole mandadera, que llevaban tortadas y brazos de gitano. Todo el tardeo (como se dice desde que arribó el virus) y muy buena parte de la trasnochada, los dedicaba el personal a escuchar la Radio Andorra, Emisora del Principado de Andorra. Locutoras con acento francés (indicador de que ya entonces asomaba la oreja la modernidad) leían, qué digo miles, millones de felicitaciones a base de 'discos dedicados', saludando a todos los Josés y Josefas de España. Y me acuerdo de esta felicitación antológica: «Para Fulano, de su novia, esperando que se vuelva menos galgo y no se coma lo de las lacenas».

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