La estrategia adecuada

Así me parece ·

Quizás el PP esté cometiendo errores de los que terminará aprovechándose Sánchez. Por ejemplo, retrasar la aprobación de la amnistía en el Senado

No es fácil definir la estrategia adecuada para cada formación política. Los partidos pequeños suelen disimular su verdadera estrategia. Se presentan ante la sociedad como ... partidos ganadores, y piden la confianza y el voto para gobernar, para alcanzar el poder. Pero la verdad es que el único objetivo al que aspiran es simplemente a sobrevivir, a no desaparecer, a no ser absorbidos por el partido hegemónico con el que comparten espacio electoral. Por eso, como saben que su verdadero riesgo es la extinción por irrelevancia, intentan continuamente marcar distancias, afirmar su propia identidad en relación al otro partido con el que lindan ideológicamente. Los partidos pequeños siempre tienen miedo a la eficacia de la apelación al voto útil.

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En relación al PSOE actual, vistos los acontecimientos recientes, habría que preguntarse, antes que nada, si realmente el PSOE de Pedro Sánchez tiene, o no, una estrategia, con un objetivo a medio y largo plazo, y una planificación de los medios para alcanzarlo. A primera vista, parece que el PSOE sólo aspira a permanecer en La Moncloa, y que, en un alarde de pragmatismo descarnado, está dispuesto a emplear todos los medios que sean necesarios para conservar el poder, aunque ello suponga sacrificar principios y convicciones que deberían configurar la propia identidad socialista. Pedro Sánchez ha estado dispuesto a asumir todos los costes que ha supuesto el precio de su investidura. Necesitaba el apoyo de los comunistas, y los ha metido en el Gobierno. Necesitaba los votos de los separatistas, y, hasta ahora, les ha ido dando todo lo que le pedían: los indultos, la reforma del Código Penal y la amnistía. Y está por ver si les concederá a los separatistas catalanes el referéndum de autodeterminación y un sistema singular de financiación. Los socialistas de Ferraz y los de Cataluña dicen que no, que no habrá ni referéndum ni financiación singular. Pero ya nadie se fía.

Este pragmatismo, este ir día a día sin estrategia, este hacer de la necesidad virtud, ha tenido ya importantes costes políticos para el PSOE. Primero, en Andalucía, y luego en el resto de España, el PSOE ha perdido casi todo su poder territorial. Y las encuestas más recientes detectan un descenso lento, pero inexorable, de las expectativas electorales de los socialistas.

Pero no nos engañemos: ni el PSOE está ya derrotado, ni Pedro Sánchez, políticamente muerto. Una de las manifestaciones del pragmatismo, y de la capacidad de resiliencia de Sánchez, es su astucia para aprovecharse de los errores del adversario. Tras el 28-M del año pasado, el PP se dejó arrastrar por la impaciencia de alcanzar el poder en las autonomías y en los ayuntamientos. Y pactó con Vox. A corto plazo, fue un acierto: se alcanzó el poder. Pero, a medio y largo plazo, fue un error que aprovechó el PSOE. Pedro Sánchez disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 23 de julio. El eje estratégico de la campaña electoral del PSOE fue el miedo a Vox, el miedo a que Vox llegara al Gobierno de la nación, blanqueado por el PP. Y esta estratagema, tan ramplona y tan sencilla, dio resultado. Cuando nadie lo esperaba, los resultados electorales del PSOE no llegaron a ser una catástrofe, y Pedro Sánchez pudo formar Gobierno.

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En este momento, al PP le sonríen las encuestas. Feijóo vive alegre y confiado. Está seguro de que la estrategia que ha trazado es la adecuada. La operación de acoso y derribo a Pedro Sánchez está surtiendo efectos. Retrasar en el Senado la aprobación de la Proposición de Ley de Amnistía, permite mantener abierta la herida por donde sangra el PSOE. Y acusar a Pedro Sánchez de corrupto por el caso Koldo García, también le terminará siendo rentable, aunque por el camino haya que sacrificar a la inefable Isabel Díaz Ayuso. Después de todo, un dolor de cabeza menos.

Sin embargo, yo no estaría tan tranquilo. Quizás el PP esté cometiendo errores de los que terminará aprovechándose Pedro Sánchez. Por ejemplo, retrasar la aprobación de la amnistía en el Senado. ¿Es un acierto o un error? Según el PP, hasta junio no se aprobará la ley. Esto va a permitir usar el tema de la amnistía incluso en la campaña de las europeas. Sin embargo, este retraso le está proporcionando a Pedro Sánchez un amplio margen de maniobra. Supongamos que en Cataluña el PSC forma gobierno con ERC. Lo más probable es que Junts retire su apoyo en el Congreso a Pedro Sánchez. Y supongamos que entonces el presidente del Gobierno, que no ha podido aprobar los Presupuestos, decide retirar la Proposición de Ley de Amnistía que, recordémoslo, está firmada sólo por el grupo parlamentario socialista. Y, tras explicarlo ante la sociedad, después de las europeas, decide disolver las Cortes y convocar elecciones generales. Todo esto no es más que una hipótesis, pero, vistos los antecedentes, no puede afirmarse que sea poco probable.

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Se atribuye a Napoleón aquello de que, si el enemigo se está equivocando, no lo distraigas. ¿Quién se está equivocando? ¿A quién no hay que distraer?

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