Ayer Torre Pacheco, hoy Jumilla y ¿mañana...?

La cuestión inmigrante es un problema complejo que hay que gestionar con acertadas políticas económicas, sociales y culturales, y no con planteamientos ideológicos

Martes, 19 de agosto 2025, 00:30

Pienso que la mayoría de los ciudadanos murcianos tenemos cierto malestar ante las informaciones que han inundado el mercado de la información local, nacional e, ... incluso, internacional, en relación a la cuestión de la población inmigrante en dos municipios de nuestra región, Torre Pacheco y Jumilla, con una importante presencia de inmigrantes, trabajadores fundamentalmente del campo. En Torre Pacheco, éstos son unos 12.000, el 29% aproximadamente del conjunto de la población (40.000 habitantes). Y en el caso de Jumilla, son unos 4.000, cerca del 18% del conjunto de la población (22.500 habitantes).

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Los hechos que se han producido en ambas poblaciones son de naturaleza distinta, aunque lo que late en el fondo y en la superficie de dichos hechos es la cuestión inmigrante, problema complejo que hay que gestionar con acertadas políticas económicas, sociales y culturales, y no con planteamientos ideológicos que niegan la realidad de la inmigración, tal como hoy es y tal como resulta necesaria, viendo los comportamientos del mercado laboral y la movilidad de la población.

La revuelta producida en Torre Pacheco, atendiendo a las informaciones generadas y divulgadas, ha puesto de manifiesto, por una parte, los problemas de integración y no integración que conlleva el proceso migratorio; y, por otra parte, también se ha hecho visible en dicha revuelta, la intervención de agentes interesados en sacar rédito político e ideológico de la misma. En cambio, en el caso de Jumilla no ha habido revuelta, ni por parte de la población inmigrante, ni por parte de la población local. Lo que sí se ha producido ha sido una iniciativa política por parte del gobierno municipal de Jumilla, liderado por el PP y bajo la presión de Vox, por la que se quiere impedir el acceso a instalaciones deportivas de carácter público a buena parte de la población inmigrante para festejar el final del ramadán y la Fiesta del Cordero, las dos grandes celebraciones musulmanas anuales, que en el municipio llegan a congregar a más de dos mil personas, según indica un migrante de África. La iniciativa política ha consistido, pues, en la aprobación de una moción en el Pleno municipal para intentar cambiar la ordenanza que regula los usos de las instalaciones deportivas públicas con el fin de que éstas no acojan actividades culturales, sociales o religiosas ajenas al Ayuntamiento.

Desafortunada la iniciativa política del gobierno municipal y lastimosa, también, la imagen pública que está dando la alcaldesa de una ciudad tan digna como Jumilla. Con tal iniciativa, se ha originado un problema de convivencia con la población inmigrante. Si resulta difícil ir construyendo espacios de diálogo y convivencia en el día a día, intentando responder a las demandas crecientes que plantea un número de inmigrantes tan importante, con esta iniciativa la frágil convivencia existente, aún se debilita más. Pero lo que también debe preocuparnos a los murcianos: la imagen exterior que estamos ofreciendo con la iniciativa política aprobada en el Pleno municipal de Jumilla y las consiguientes declaraciones de la alcaldesa en busca de justificar lo injustificable.

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Con frecuencia el Gobierno de Murcia destina cantidades importantes de euros para mejorar la imagen de la Región. Con iniciativas políticas como ésta, resultan baldías todas las campañas de imagen que hagamos, tanto en el mercado nacional como europeo.

Finalmente, transmitir una última preocupación: ayer fue Torre Pacheco, hoy es Jumilla y mañana ¿qué municipio tomará otra iniciativa política que socave la frágil convivencia de la población inmigrante? La cuestión migrante hay que tomársela en serio, con políticas eficaces y con decisiones realistas. Por eso me ha satisfecho saber que, ante la actitud municipal de negar el uso de las instalaciones deportivas para la realización de los rezos de la población inmigrante, los empresarios jumillanos han ofrecido las instalaciones de sus empresas para que la comunidad inmigrante encuentre un espacio para realizar sus rezos.

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