Nos duele el PSOE

Felipe González, Guerra, Page, Madina, Susana Díaz y Lambán encabezan la rebelión interna socialista contra los «escándalos del sanchismo»

Fontanera. Hasta aquí hemos llegado. El vodevil esperpéntico de Leire, la 'fontanera' valiente que se movía por Ferraz como Pedro por su casa, ha terminado ... por sacarles de sus casillas. Nos devuelven a lo peor de los noventa con el Tío Gilito, Luis Roldán y Ruiz Mateos y su «que-te-pego-leche». Asunto muy feo esto de las cloacas, por mucho que pudiese tener otros precedentes en el otro lado. El PSOE nos duele, remedando a Unamuno. Y por ahí se han lanzado, se lanzan, los Felipe González, Alfonso Guerra, García-Page, Lambán y Eduardo Madina temerosos de que lo de detrás de todo este feo panorama de koldos, ábalos, aldamas, leires y compañía no sea otra cosa que una muestra del grado de descomposición que afecta a la dirección del partido.

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Felipe y Alfonso alertan, Page, que llega a calificar de «hemorragia interna» el momento actual, pide elecciones anticipadas a las autonómicas para que los barones regionales no paguen la factura, como sucedió hace dos años; Lambán afea el silencio hermético de un Pedro Sánchez que lleva cerca de cuarenta días sin aceptar preguntas de los periodistas y Eduardo Madina, víctima de ETA, reputado socialista que en su día se enfrentó a Sánchez en las primarias, se pregunta de dónde salen los perfiles de estos koldos y leires y demás 'fontaneros' que rodean a la dirección del partido con Santos Cerdán de amanuense y Su Sanchidad en la cocina. Susana Díaz no se corta al señalar que «no nos merecemos estos espectáculos bochornosos». De qué zonas oscuras han salido, se pregunta Madina, quien llega a asegurar que los socialistas que él conoce no producen estos episodios que «nos avergüenzan y nos espantan». Y para aderezar el plato, sale el lenguaraz y a veces hasta procaz Óscar Puente, que está de baja paternal, para cargar contra los disidentes y calificarles de panda de «resentidos» incapaces de ganar siquiera una asamblea local. Vaya muestrario, compañeros del metal. Faltaba el fiscal anticorrupción pidiendo amparo tras conocer los contenidos de los audios de cloacas recientemente desvelados. Arrempuja Maruja...

Espíritu. Yo no sé si tú, perdona que te diga, añoras el espíritu del 78. Con disidencias y diferencias políticas, naturalmente, pero manteniendo siempre el respeto institucional. Yo, desde luego, sí que lo echo de menos. Creo en una socialdemocracia respetuosa con jueces, periodistas, ucos y demás fuerzas de seguridad del Estado. Sigo confiando en que los dos grandes partidos de este país, pepé y pesoe, lleguen algún día a un pacto básico que salvaguarde la unidad de España, la igualdad de financiación, el reparto del agua, el empleo, la pluralidad, la inmigración y tantos otros temas centrales que son los que en realidad preocupan a la ciudadanía. En resumen, el célebre axioma de Winston Churchill. El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Pues eso mismo. Blanco y en botella.

Conferencia. Sánchez se equivoca manteniéndose enrocado de escándalo en escándalo, huyendo de ruedas de prensa y mostrándose hermético hasta con sus socios de gobierno, como argumenta la vicepresidenta Yolanda Díaz. Preocupa la tardanza en dar una explicación, dentro y fuera del socialismo. Resulta sangrante que el sanchismo sea más lacerante con un histórico como Eduardo Madina, de discurso sólido y elegante, que con la propia 'fontanera' Leire. Sintomático.

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Sin embargo, Sánchez también es un estratega acreditado. Indiscutible. Ayer montó un conferencia de presidentes con el marco que le convenía, Pedralbes e Illa de anfitrión, irrelevante en contenidos y compromisos, pero que sirvió para que se hable más de pinganillos y de idiomas cooficiales o de los desencuentros con Isabel Ayuso que de vivienda, inmigración o financiación, que era de lo que se trataba. López Miras, nuestro 'panochari', se dedicó, como el resto de mandatarios populares, a pedirle un anticipo de elecciones siguiendo el libreto de Feijóo. Pero, ya te digo, la resiliencia de Sánchez es un síntoma de aguantar hasta el final. Mirando, si quieres para otro lado, pero aguantando.

Alberto. No puedo cerrar estas cuatro esquinas, compréndelo, sin dedicatoria a Alberto Aguirre, que acaba de abandonar la dirección del periódico para jubilarse, que no retirarse. Con casi medio siglo de trayecto a las espaldas, fíjate tú si habré conocido, compartido y trabajado con directores. Desde el primero, Juan Francisco Sardaña, quien me fichó con veinte añicos para coordinar aquellas olimpiadas murcianas que eran los Juegos Típicos Regionales a mediados de los setenta, hasta este madrileño de nacimiento y murciano de vocación que nos ha venido dando una lección de entrega, dedicación y excelencia profesional en los últimos años. El texto, contexto y pretexto de esta última esquina no es otro que el de rendir tributo a un periodista enamorado de su profesión. Aguirre o la cólera del periodismo independiente. Se va, pero se queda porque lo necesitamos. Y lo hace tranquilo porque deja el periódico en manos de otro entusiasta de la profesión, un Víctor Rodríguez que llega cargado de fuerza, proyectos e ilusión. Como el movimiento se demuestra andando, ya lo irás notando.

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