Macron el listo

El capaz es aquel que, aun siendo listo, y normalmente también inteligente, no mete a los que le siguen en un callejón sin salida

Se distingue entre el inteligente y el listo. El listo es aquel que llega mucho más lejos que el inteligente. El inteligente es el pariente ... retardado del listo y la inteligencia es la versión de Hacendado de la listeza, igual que la memoria es, se decía, la inteligencia de los tontos. Yo era uno de esos tontos, tenía memoria prodigiosa, se me acabó un día la memoria y sin embargo no se me acabó paritariamente la tontuna. Al contrario, se ha incrementado en mí conforme los tiempos se han ido haciendo más y más incomprensibles. «Era un tonto y lo que visto me ha hecho dos tontos», escribía Alberti, aquel pésimo ser humano.

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Sin embargo, la listeza, y no la inteligencia, suele provocar la desgracia para naciones enteras: como los listos se saben tan listos, no se conforman con un fracaso común y corriente, y tienen que hacerlo a lo grande, acabar por lo menos con un país, si no con una civilización. Estoy pensando en el listo garantizado de Emmanuel Macron, uno de nuestros «conductores» de la Unión Europea. La Europa de la gente capaz ha sido sustituida por la Europa de los listos. Inventos mediáticos como Merkel o Macron, de terribles resultados para las sociedades al frente de las cuales se han colocado.

El capaz es aquel que, aun siendo listo, y normalmente también inteligente, no mete a los que le siguen en un callejón sin salida. Hace prosperar a todos. El listo al final o los engaña o los arruina, por lo común las dos cosas. El capaz no hunde nunca lo que se trae entre manos. Macron, el brillante hijo de la banca Rothschild, el ambicioso tan subsumido en su trabajo que no reparó en que se echaba de pareja a una anciana porque probablemente ni levantó la vista de los cuadros «excel» para comprobarlo, venía avalado por las élites como un tipo capaz pero sólo ha resultado ser un listo. Estoy cansado de ver cómo brillantes banqueros o profesionales liberales, que son capacísimos en lo suyo, sólo resultan ser como mucho unos listos cuando se meten en política. El desastre al que dan lugar, cuando se entusiasman, es fenomenal. Macron es un listo que hace lo que todos los de su calaña: la sociedad sobre la que mandan es sólo una excrecencia de su ego, y se puede sacrificar sin pestañear una sociedad porque lo esencial es salvar el ego. Y que continúe su fama de listos.

Líderes capaces de traer paz y prosperidad sin un terrible fracaso final, sin provocar en su ocaso mucha más cantidad de desgracia que aquella de la que se hicieron cargo, hay pocos. El mismo Napoleón Bonaparte no fue un capaz, fue un listo, eximio, eso sí. El de Macron no es el caso ni de listo importante. El fondo del pozo está asegurado.

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