Semántica para un tiempo electoral

La izquierda a la izquierda del PSOE, una perífrasis para enseñar en clase de Gramática

Miércoles, 14 de junio 2023, 00:38

La Revolución Francesa de 1789 trajo un nuevo orden mundial, convulsionó Francia y posteriormente toda Europa. Pero para la historia quedará también que alumbró el ... concepto izquierda y derecha, de una manera totalmente fortuita. En la Asamblea Nacional, los diputados partidarios del veto real frente al poder popular se agruparon a la derecha del presidente, mientras quienes se oponían a dicho veto, se situaron a la izquierda. Había nacido la derecha y la izquierda.

Publicidad

Nos hemos manejado con esos conceptos más de dos siglos, ampliándolos en sus extremos, derechos e izquierdos, para ubicar en el imaginario del ciudadano de qué estamos hablando cuando nos referimos a los partidos o movimientos políticos. Roto el bipartidismo de la transición en nuestro país a partir de la crisis económica de 2008, y habiendo surgido nuevos actores que convirtieron el mapa político español en multipartidista, había que situar a los nuevos actores a los extremos por cuanto ellos mismos se ubicaban en ese espacio, con la excepción de Ciudadanos, ahora en vías de desaparición, que reclamó el centro como antes lo hizo UCD, CDS y UPyD.

Y aquí es cuando los que manejan o manipulan el lenguaje político para, entre otros objetivos, alumbrar una nueva sociedad acorde con sus proyectos de eugenesia social, nos regalaron unos nuevos conceptos. A la derecha del PP, se situaba Vox, la extrema derecha, la derecha extrema o la ultraderecha, aunque recientemente nuestro presidente del Gobierno ha metido en el paquete no solo a los de Abascal, sino también al propio Partido Popular, con lo cual más allá del PSOE todo es un extremismo feroz.

No hay ministros comunistas en ningún otro país europeo. Y el PSOE lo sabe

Por el contrario, la aparición de Podemos y sus distintas confluencias, más posteriormente Sumar, no eran extrema izquierda, izquierda extrema o ultraizquierda. No, eran la izquierda a la izquierda del PSOE. Una perífrasis para enseñar en clase de Gramática, en el supuesto, que no lo sé, de que se siga enseñando en las aulas. Este blanqueo vía lenguaje no es inocente, claro. Se trata de legitimar una opción y deslegitimar la otra. La formación morada, leo muchas veces, como si fuese la procesión del Viernes Santo murciano. Todo antes de colgar el sambenito del extremismo a una parte del arco parlamentario. El lenguaje, como saben, no solo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla.

Publicidad

Y luego está lo del progresismo. Que se autodenominen progresistas la coalición de socialistas y comunistas que lleva unos años gobernando España, no es otra cosa que una nueva manipulación del lenguaje para buscar palabras que no le chirríen al elector. El Partido Progresista, surgido durante la regencia de María Cristina de Borbón hacia 1835 y de ideología liberal, ha venido a ser la manta lingüística con la que se quieren cubrir los coaligados.

El progresismo entonces, claro, era una opción liberal frente a los conservadores, pero traer el concepto al siglo XXI para esconder en él la coalición de gobierno, solo demuestra que, pese a que el PCE está en el conglomerado de Unidas Podemos y el marxismo-populismo de origen bolivariano en el núcleo fundacional del movimiento, no se encuentran cómodos con tal mezcla, no en balde España es una excepción en la Unión Europea. No hay ministros comunistas en ningún otro país europeo. Y el PSOE, antaño socialdemócrata, lo sabe.

Publicidad

Así que, llamados a las urnas los españoles nos encontramos con que la izquierda del PSOE y la izquierda a la izquierda del PSOE, o sea la coalición progresista, se han de ver las caras con la extrema derecha, o sea los fascistas.

Suena a chiste, pero llevan vendiéndolo hace años y ahora llega el remate final.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad