Inicio del curso universitario... ¿Preocupante?

Sigo creyendo que el dinero público se dilapida en cargos académicos excesivos o mercedes abusivas otorgadas a ciertas élites sindicales

Martes, 18 de octubre 2022, 00:41

Hace unas semanas, en un artículo de título similar a este, me atreví a reflexionar sobre los negros avatares que, humildemente, creía se cernían sobre ... el desarrollo presente y futuro de la UMU. Lo que pensaba era una opinión crítica y prudente provocó, empero, la santa cólera de los representantes (o Junta) del PAS (llamémosla JUP, no confundir con la CUP), quienes se rasgaron las vestiduras ante aquel supuesto ataque frontal a su cometido. A estas alturas de mi vida académica, después de poner a caldo más de una vez la situación universitaria, aún no he aprendido que el ejercicio de la crítica educada y el pensamiento razonado –atributos fundamentales de la libertad de expresión– parecen estar vedados a ciertos colectivos intocables, que además tienen barra libre para censurar groseramente no solo la opinión, sino al opinador.

Publicidad

Como no poseo la infalibilidad del dogma, he pasado noches de vigilia, ayuno y disciplinas, repasando milimétricamente el texto maldito sin encontrar ni una coma ofensiva para ninguna dignidad personal. No obstante, la frase «tantas personas que cobran por no trabajar», aunque dice lo que dice y no lo que a interés de parte se pretende que diga, podría interpretarse como una descalificación generalista. Nada más lejos, los miembros del PAS con los que interacciono directamente son –mayoritariamente– la eficiencia personificada. Gracias a su trabajo y disposición se agiliza la asfixiante burocracia y las tareas que abruman el quehacer cotidiano en la UMU. Otra cosa es mi valoración crítica sobre las conductas corporativas. Por tanto, les transmito mis excusas, dejando clara la ausencia de intencionalidad, como sería superfluo afirmar.

Pero... ¡Ay, mísero de mí! Lo más terrible es que, aparte de esa aclaración (que no rectificación), no he conseguido enmendar mi yerro. Sigo creyendo que el dinero público se dilapida en cargos académicos excesivos o mercedes abusivas otorgadas a ciertas élites sindicales –Dios me perdone–. Que el trabajo y dedicación de muchos profesores es manifiestamente mejorable, y que la UMU se equivoca al despreciar la docencia en beneficio de una excelencia investigadora postiza... ¡Anatema! ¡Herejía! No tengo excusas, debo asumir mis faltas y al no poder abjurar de mis convicciones, nada me libra de la condenación. He caído en las trampas urdidas por el Maligno, que nunca descansa en su afán de perdernos.

No hallando remedio a mis culpas y ante la queja furibunda de la JUP, entendería que el próximo Consejo de Gobierno acordara el restablecimiento de la Inquisición. Y así, tras sufrir prisión y tormento, este servidor sería conducido una madrugada brumosa hasta la pira expiatoria entre el escarnio y disfrute de la comunidad universitaria (en La Merced habría más gente). A través del fuego purificador mi alma quedaría libre de pecados heréticos. Naturalmente, sentiré entregar a la hoguera este cuerpo apolíneo, aunque ya con goteras y medias suelas, pero me consuela saber que las esencias inmutables de la Universidad quedan garantizadas bajo el celo guardián de la JUP.

Publicidad

El rector y su largo equipo pueden dormir tranquilos. Sin duda, todos los colectivos de la UMU contagiados de esta ortodoxia estricta trabajarán con fe indesmayable hasta lograr cimas antes impensables del conocimiento. Ya vislumbro legiones de jóvenes generaciones abandonando Harvard, Berkeley, Oxford, mi querida Lovaina u otras universidades mediocres para acudir en masa hasta Murcia, donde alcanzarán el grado sumo de la sabiduría. Nos lloverán los premios Nobel, las grandes multinacionales competirán por nuestros egresados y los dirigentes mundiales consultarán sus decisiones con los eruditos/as de Murcia. ¿No les parece que el sacrificio de esta insignificante oveja descarriada habrá valido la pena...?

Nota. Aprovecho esta fama tan repentina como efímera para 'hablar de mis libros'. Si desean leer a un escritor sin pretensiones, están a su disposición en Amazon. Los ínfimos beneficios literarios son donados a Jesús Abandonado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad