¡¡Gooooooooooooool!!
LA RAMPA ·
«No sé por dónde va el balón, me entero cuando el narrador chilla como un energúmeno porque hay peligro de gol» (Joaquín Ramos)Decíamos ayer, es decir el viernes pasado, que en la próxima entrega, es decir, hoy, hablaríamos sobre el actual periodismo deportivo radiofónico, evocando a un ... histórico, Joaquín Ramos, colega recientemente fallecido. Creo que ya tengo el artículo hecho porque, gracias a internet, he rescatado el perfil que Santiago Peláez, otro histórico de Radio Nacional, ha escrito de Joaquín, a quien pertenecen las siguientes frases entrecomilladas.
«No digas que el Madrid ha entrenado» –enseñaba a sus alumnos–. «¿A quién ha entrenado? Será que se habrá entrenado ¿no? Cuida el reflexivo. Está ahí para algo».
«¿Cómo que el jugador ha tirado al palo largo? ¿Acaso hay palo largo y palo corto?».
«¿Por qué los locutores actuales no me cuentan por dónde va el balón? ¿Tanto cuesta decir que lo conduce Fulanito en el círculo central?». «El oyente necesita saber dónde está el balón. Ahora me tengo que enterar cuando el narrador sube su tono de voz y chilla como un energúmeno para hacerte saber que hay ocasión de gol».
«Ahora se grita, no se habla. Escuchar un partido es un suplicio: no hay dicción, no hay ritmo, parece mejor el que más grita. Y no es eso. Pero lo peor es que ya no se transmiten los partidos, ahora hay cinco personas en el estudio opinando constantemente, diciendo a veces cosas innecesarias que rompen el ritmo de la narración».
Lo habrá comprobado usted si escucha algún partido por la radio, probablemente mientras conduce. Ha conectado cuando ya van 20 minutos de juego y posiblemente espere otro cuarto de hora hasta que le digan qué señala el marcador. Eso sí, en ese tramo de tiempo habrá escuchado a uno de los narradores anunciarle que el jamón 'Pepito' y el vino 'Pedrito' están para comérselo y bebérselo. Pues qué bien. En cuanto pare el coche voy a comprarlos. A lo mejor el tendero me dice cómo va el partido.
Nota Bene. Los articulistas, a veces, tenemos tendencia a convertir el espacio que nos abre el periódico en una especie de púlpito. Espero que los colegas radiofonistas no lo tomen así. Ni prédica ni, mucho menos, lección. Simple opinión coincidente con la de uno de los históricos maestros de la radio, Joaquín Ramos, la voz del NO-DO que precedía a toda sesión cinematográfica.
En fin, me voy a la tele. Que gane España.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión