Como se está manifestando en diversos foros, el sector de la construcción va a tener un protagonismo importante en la ejecución de los fondos europeos ... Next Generation. Se generarán oportunidades a través de los programas de rehabilitación y reforma de viviendas; la mejora de la eficiencia energética de edificios; la ejecución de infraestructuras hidráulicas como instalaciones de depuración, redes de saneamiento, prevención de inundaciones; en la construcción de equipamiento público como residencias de mayores, hospitales o centros de salud y en infraestructuras de transporte y movilidad.
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Pero como marca Europa, tenemos el reto de que esta ayuda sirva, no solo para reactivar la economía y el empleo, sino para acometer reformas estructurales de nuestra economía. Y en esas reformas estructurales tenemos que ser capaces de construir los cimientos de una Europa, una España y una Región de Murcia climáticamente neutra, reduciendo la huella de carbono y la huella hídrica, disminuyendo las emisiones y el consumo energético de los edificios y las infraestructuras, facilitando el uso de energías renovables para, en definitiva, mejorar la calidad de vida, la salud y el bienestar de los murcianos.
Y ¿qué pedimos a cambio? Tan solo agilidad. Agilidad en la gestión de estos fondos. Porque estas inversiones deben ser una realidad cuanto antes. A pesar de la crisis económica y sanitaria, del descenso tan importante de la inversión en obra pública y de la incertidumbre que se está produciendo en el ámbito privado, las empresas del sector de la construcción han cerrado el ejercicio 2020 manteniendo la actividad y los puestos de trabajo creados a lo largo del año, pero si no se materializan pronto estas inversiones podrían destruirse 5.000 empleos directos en nuestro sector. Y también agilidad para licitar y ejecutar todo lo comprometido.
La experiencia invita a confiar poco en la ejecución presupuestaria de cualquier administración, como ponía de manifiesto Seopan en su último informe después de comprobar cómo los dos grandes ministerios inversores (Transportes y Transición Ecológica), el pasado año, dejaron sin ejecutar algo más de tres de cada 10 euros. Si se echa la vista atrás 14 años, se comprueba como el Estado ha dejado de ejecutar 41.100 millones de euros, cuyo impacto se traduce en 48.000 empleos anuales no creados y 20.145 millones de euros de retorno fiscal por impuestos y cotizaciones sociales dejados de percibir a lo largo de todo este tiempo, según los cálculos de Seopan.
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El 15 de octubre se presentó el Plan España Puede y casi seis meses después seguimos esperando. No dejemos pasar esta oportunidad de mejorar la vida de los murcianos.
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