Feijóo, una oportunidad para España

Las figuras que asumen el liderazgo parecen no luchar con el mismo espíritu que durante aquellos años nos guiaba en pos de un objetivo común: el futuro de España y de los españoles. Un panorama actual que se traduce en políticas de resultados inmediatos, cortas miras y escasa ambición. Las declaraciones políticas, las intervenciones institucionales y los comunicados solo responden a la búsqueda del titular, emitiendo en ocasiones vulgares chascarrillos impropios de una actividad tan noble como la política. Por si fuera poco, la fragmentación parlamentaria dificulta los acuerdos y complica aún más el panorama.

En estos días de ruido no puedo evitar echar de menos a políticos sensatos, responsables, valientes y generosos, como aquellos de antaño que salvaron sus diferencias para alcanzar un objetivo común. Hoy una sonrisa se me dibujaba en el rostro y en mi memoria al abrir la prensa nacional, quizás aún quede un resquicio de esperanza para nuestra política, ahora es el turno de Alberto Núñez Feijóo.

Recuerdo con cariño el día que conocí a Feijóo, por entonces presidente del Insalud. Viajé a Madrid para que me entrevistara, ya que Valcárcel me había propuesto para cubrir la Dirección Provincial de Murcia. A pesar de contar con varias propuestas sobre la mesa, era incapaz de tomar una decisión sin conocer de primera mano a los candidatos. La entrevista duró casi hora y media, un intervalo de tiempo en el que me impresionó su conocimiento profesional del sector sanitario en nuestra Región, así como su cercanía y empatía con quienes le rodean. Aquel día quiso conocer toda mi trayectoria personal; hoy Alberto sigue preguntando por 'El Pediatra'.

Esta reunión fue el comienzo de una gran amistad. Después llegaron años en los que luchamos juntos para mejorar la asistencia sanitaria y conseguir que la Región estuviera preparada para recibir las transferencias de Sanidad en las mejores circunstancias posibles.

Si existe una palabra que defina a Alberto en su día a día es exigencia, tanto su sólida preparación profesional, como su integridad y gran experiencia lo convierten en un perfeccionista que lucha por sus ideales. Un humanista cuyos valores y principios prevalecen a pesar de las dificultades.

Para Alberto, el temor no es una opción, y su capacidad de afrontar retos lo convierten en la única opción factible para asumir la diligencia política de un país fragmentado y tremendamente polarizado.

Siempre que me preguntan, no puedo evitar recordar con añoranza la alegría y el disfrute que impregnó cada uno de los días que compartí en su equipo, los mejores años de mi actividad política. Él hizo de esos seis años un aprendizaje constante, en los que fui consciente de lo que implica tomar la decisión de dedicar tu vida a servir a los demás. Una labor por y para las personas que parecía resultar inherente a la naturaleza de Alberto.

Los años que estuvo al frente del Insalud le permitieron conocer la Región. Seguro que recuerda aún aquel arroz que probó gracias a Cruz en el Virgen del Mar, todavía en Mazarrón, acompañados del entonces ministro Romay Beccaría tras inaugurar un centro de salud, o cómo tras conocer la tranquilidad de las playas de Águilas y a su gente, comprendió la importancia de dotar al municipio con una unidad del 061.

A lo largo de nuestra trayectoria en común siempre manifestó su cariño hacia la Región, incluso en los momentos más duros. Aún recuerdo una situación especialmente compleja, vivimos codo a codo el cierre del Hospital General. Feijóo se implicó enormemente dada la trascendencia de las circunstancias, dándome absoluta libertad para coordinar los cambios en los servicios del Morales Meseguer y La Arrixaca, de modo que los pacientes contaran con plena asistencia sanitaria, sin sufrir las consecuencias del cierre. La situación trajo consigo un incremento presupuestario cuya necesidad no se cuestionó en ningún momento.

Alberto eres nuestra esperanza, en tu mano está resucitar al Partido Popular. En ti reside la capacidad de devolver la ilusión a todos aquellos afiliados, simpatizantes y votantes sumidos en la desidia por lo aplastante de las circunstancias. No tengo ninguna duda, tú eres el indicado, y espero que así lo consideres, a pesar del inmenso sacrificio que supone para ti. España necesita líderes fuertes, empáticos y profesionales; necesita personas cuya razón y corazón vayan a una; necesita referentes que sepan ganarse el respeto de la sociedad y figuras que devuelvan la dignidad a la política de este país.

Eres oportunidad, eres Partido Popular y, sobre todo, para mí, eres España.