La falacia y el 4

PARALELO 37 ·

Los japoneses detestan el cuatro porque, aunque se escribe diferente, se pronuncia igual que la palabra muerte

Miércoles, 28 de diciembre 2022, 01:12

Jamás me ha tocado la Lotería, ni un pellizco, ni la pedrea, ni una mísera devolución. A mis padres, sí: recién casados y fueron diez ... mil de las antiguas pesetas, un dineral para la época con el que pagaron un bolso rojo de piel, una virgen de alabastro y una semana extra en el hotel de Mallorca en el que pasaban felices como perdices su luna de miel. Una y no más Santo Tomás: la suerte en forma de décimo no ha vuelto a premiar a mi familia, tampoco la Bonoloto y la Primitiva, ni nunca hemos ganado el jamón del súper ni el bingo de las tardes de verano.

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No sé si sabían que hay muchas más posibilidades de terminar rodando por las escaleras, fulminados por un rayo o encontrar un trébol de cuatro hojas que ganar el Gordo y no porque lo diga yo, los números son aplastantes: si frente a las 100.000 bolas del bombo solo se juega un número, la posibilidad de que toque es de 1 entre 100.000; dos décimos, 0,0002% de posibilidades y así sucesivamente. Y ese empeño absurdo por seguir jugando si sabemos que no nos va a tocar se llama falacia del jugador, del apostador o de Montecarlo y consiste en creer que en eventos aleatorios los sucesos pasados afectan a los futuros.

¡Cuatro mil setenta y cuatrooo. Un millón doscientos cincuenta milllll eeeeeurooss! 04074, qué número tan feo para el segundo premio del sorteo del pasado día 22. Si les parece bonito pregunten por él a los japoneses que detestan el cuatro con todas sus ganas porque, aunque se escribe diferente, se pronuncia igual que la palabra muerte. A los chinos este número igual les pone los pelos de punta hasta tal punto de que en algunos edificios de la tercera planta saltan a la quinta directamente. Ojo con el 9 que también a los asiáticos les da un mal rollito que no veas al sonar exactamente igual que otra palabra que significa agonía y sufrimiento. De la combinación 49 y 94 mejor ni hablemos.

A los que no hemos ganado ni un euro en el sorteo de Navidad siempre nos quedará París, los dos millones del Niño y la cantidad de premios destinada a los reintegros que en este sorteo se multiplica por tres. ¡A jugar! Yo ya tengo mi décimo acabado en 0 por eso de que es la terminación más premiada a lo largo de la historia, pero ni sé para qué si ya les he dicho que nunca me toca. Lo que tengo claro es que hasta el miércoles que viene no me vuelven a leer, así que les adelanto mis mejores deseos para 2023.

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