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Estética urbana

Esperemos recuperar el pálpito del rumor callejero, el murmullo de la vida alrededor

Lunes, 20 de diciembre 2021, 01:58

La sacudida originada por la pandemia del coronavirus, al precipitarse de improviso sobre un modo de vida al que estábamos habituados, ha propiciado cambios sustanciales ... en esa –por tantos motivos añorada– cotidiana 'normalidad'. Pocas cuestiones han escapado a su empuje, tan ajenas en principio a puras cuestiones de biología como el modo de relacionarnos, indicativo de esa íntima conexión invisible pero real que teje lazos insospechados entre todo cuanto acontece en la naturaleza. No solo, por obvio, durante el periodo de confinamiento, ya que sus repercusiones se prolongan hasta el momento presente y quién sabe cuándo se vislumbrará una luz final de esperanza, en un embrollo que con el paso del tiempo resultaba inimaginable hace tan solo un año. Ese volteo a las reuniones sociales ha repercutido de manera indirecta cobre la configuración de los espacios urbanos merced a la progresiva ampliación y crecimiento, cuando no una nueva ocupación, de distintos enclaves urbanos. Una proliferación respecto a tiempos anteriores al descalabro vírico de terrazas por doquier, en calles, plazas, callejuelas, rincones o jardines. En una profusión de un variopinto mobiliario urbano en zonas singulares del casco urbano, con mesas, sillas, toldos y sombrillas con anuncios, de variada forma y condición, lo que determina y supedita en buena medida la estética de la ciudad al conformar perspectivas visuales inéditas. (Lo de aparcar es otra cuestión). Es de imaginar una eventualidad similar a distintas escalas en todos los pueblos y ciudades. Cambios patentes no solo en el apartado visual, de perspectivas y vistas, como asimismo en las condiciones para caminar por ese entramado urbano.

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