Carta a García-Page

No te canses de mostrar tu opinión contraria a una serie de decisiones que están llevando a nuestro país a una situación de enorme deterioro institucional

Martes, 6 de febrero 2024, 01:18

Querido compañero. No he tenido la oportunidad de conocerte personalmente, ni creo que la tenga dado mi alejamiento, por diversas razones, entre ellas la edad, ... de todo lo que tiene que ver con la política en general y con el PSOE en particular, pero ello no ha sido impedimento para que, lógicamente por tu proyección pública, haya seguido tu trayectoria y últimamente con más razón por tu posicionamiento político en relación al proyecto que hoy representa nuestro partido y a cómo lo está poniendo en práctica.

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Y me animo a escribirte públicamente con un único objetivo: no estás solo; aquí en Murcia hay un dinosaurio, como ahora nos llaman a los mayores en contraposición a como nosotros tildábamos a los de nuestra época como sabios, que se siente plenamente identificado con tus posicionamientos argumentales y los comparte de la A a la Z. No insistiré mucho sobre ellos porque te explicas con total claridad, como lo hacen algunos otros compañeros de mi época política; claro que nos identificamos con el PSOE que fue capaz de hacer renuncias en aras de la convivencia, con el que pensaba más en los intereses generales que en los de partido y particulares de nadie, con el que era capaz de representar a amplias capas ciudadanas, lo que, por cierto, es la única manera de ganar elecciones holgadamente como sólo haces tú en el panorama de la izquierda, el que terminó con el problema militar, el que nos sacó del sempiterno aislamiento incorporando a España a Europa, el que modernizó el aparato productivo, el que generalizó el estado de bienestar y no quiero seguir por no desviar la intencionalidad última de estas letras que te envío. Vamos, echo de menos a aquel partido fuerte, vivo y plural en el que debatir y discrepar hasta estaba bien visto.

Querido compañero, te escribo esta carta para que no te rindas, para que no te canses de mostrar tu opinión contraria a una serie de decisiones que –mi avanzada edad todavía me permite ver y analizar la realidad– están llevando a nuestro país a una situación de enorme deterioro institucional y, lo que es peor, de convivencia y respeto entre todos. Ya sé que no es fácil tener que escuchar a toda una panoplia de compañeros y compañeras, que uno no sabe si hablan como ministros, como miembros de la ejecutiva, como ambas cosas o como ninguna, darte lecciones de historia, mientras incumplen la ley según dicen algunos jueces, recomendarte serenidad cuando nos dan un sobresalto diario, aconsejar prudencia mientras tergiversan los acuerdos de los congresos y las propuestas del programa electoral, pedirte que des tus opiniones internamente mientras olvidan, o desconocen, la historia de nuestro partido y sin darse cuenta que dejamos de ser una secta hace tiempo. ¡Qué bien les vendría conocer algunas decisiones que se tomaron en su día!, y que someterse a la opinión pública, como tú haces, es lo más democrático que existe; por no hablar de quien, demostrando un pedigrí socialista que tumba, te denomina «señor Page» en lugar de «compañero»: ya sabes, al que han alumbrado para que diga alguna inconveniencia diaria contra alguien, y a fe que se gana el sueldo. Piensa que está en juego la libertad de expresión, el librepensamiento, el derecho a tener proyectos discrepantes, el histórico pluralismo político que, eso sí, es historia del socialismo español y cierta dignidad a mantener opiniones diferentes, tanto en el fondo como en la forma. No dejes, querido compañero, de mantener tu posición erguida, que, eso también, ha sido una seña de identidad de tantas y tantas generaciones, hoy olvidadas y arrumbadas, de socialistas a lo largo de nuestra más que centenaria historia. Están en juego, con tu actitud, demasiadas cosas importantes que hicieron de nuestro partido un referente de moderación, de convivencia, de respeto, de unión entre españoles, de alumbrar un modelo político, y con él una Constitución, que nos han dado, a todos los españoles y españolas, los mejores años de nuestra historia.

Que sepas que en Murcia alguien te sigue y te anima a continuar manifestándote, como has hecho hasta hoy, con todo el respeto a los que piensan y actúan de otra manera. Y si en algún momento necesitas mi humilde y solitario apoyo, muchas veces ya no me represento ni a mí mismo, ya sabes que lo tendrás para intentar que el PSOE vuelva a ser un partido centrado, plenamente institucional, para que haga políticas contra la polarización tan peligrosa y evidente hoy, para poder representar a amplias capas sociales, para que retornen las complicidades internas que se han ido rompiendo y para devolver a España por la senda de la moderación. Bueno, eso si mientras tanto no me echan; si lo hacen, rogaría que esperaran un par de años para poder cumplir el cincuentenario de militancia.

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Un fuerte abrazo.

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