Sanidad postpandemia

El otro día, un amigo de Valencia me contaba que le dio un dolor muy fuerte en el abdomen. Fue a urgencias para que lo examinaran y el médico de turno lo mandó a casa con una receta de Aerored. La segunda vez, sucedió igual. A la tercera, con un dolor insoportable, le hicieron la prueba adecuada. Tenía apendicitis, a punto de convertirse en peritonitis.

Otra amiga nos contaba un periplo parecido de su hija que estudia en Madrid. Sus síntomas eran similares a una gripe, con unos mareos que le impedían mantenerse en pie. Tras acudir varias veces a urgencias sin una respuesta, sus padres la trajeron a Cartagena, donde consiguieron que le diagnosticaron una mononucleosis.

Otro amigo con un cáncer cerebral tenía comportamientos raros. Su mujer lo llevó a urgencias y lo mandaron a casa: síntomas normales de la enfermedad. Ella contactó directamente con la oncóloga que le pidió que fuera al hospital. Le había dado un infarto cerebral, necesitaba tratamiento urgente y permanecer en observación.

Mi hermano tenía dolores de abdomen y mareos que le hacían perder el conocimiento. El médico de cabecera le dijo que no era grave y no hacía falta ir al especialista. Al poco, tuvo tres desvanecimientos el mismo día y no recuperó las fuerzas. En urgencias, le hicieron varias analíticas y pruebas de corazón. El diagnóstico fue que todo estaba bien. A los dos días tuvo que llamar a la ambulancia porque las pulsaciones le bajaron a cuarenta por minuto. Esta vez, le pusieron un marcapasos.

Mi hermano y mis amigos tuvieron suerte, siguen vivos. Sin embargo, hace unos meses, leí la noticia de una niña que murió en Valencia por una peritonitis tras acudir tres veces a urgencias y no ser diagnosticada.

¿Qué está pasando con la sanidad pública? El ejemplo de Madrid o Valencia, donde casi toda la sanidad se ha privatizado, demuestra que esta no es la solución.

¿Han llegado los recortes después del gasto descomunal de la pandemia?

Sea esta la principal causa o no, creo que tenemos que llevar a la Sanidad a urgencias, hacerle un diagnóstico y encontrar su dolencia para ponerle el tratamiento adecuado. Y habrá que repetir el chequeo tres o cuatro veces si es necesario.