Dos o tres tontos

La isla ·

Aunque en periodismo las cifras siempre han estado nimbadas de prestigio, no es precisamente el periodismo de cifras uno de mis favoritos, por cuanto creo ... que a veces no tienen autoridad suficiente para explicar una noticia y, además, el mal periodista las convierte con frecuencia en el papá y mamá de la información: recurre a ellas para todo. Así que en ocasiones me desentiendo, mejor dejarlas para que las usen aquellos a quienes les va la vida en ello, como los bancos. Para ellos sí son vitales. Ya se sabe, si debes 6.000 euros tienes un problema, si debes 60 millones, el problema lo tiene el banco.

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Pese a lo que acabo de decir, en los últimos días me he encontrado con dos noticias en las que las cifras no son actores secundarios, sino protagónicos. La primera hace referencia al conflicto en la Franja de Gaza. Si al principio quedamos todos espantados con el ataque de los milicianos de Hamás, que causó más de 1.200 muertos y una desmesura de salvajadas, a cual más atroz, que nos apretujaron el estómago y nos hicieron tomar partido por la parte israelí, las cifras que se manejan desde entonces, con más de 15.000 muertos según los gazatíes y en todo caso varios miles, solo te llevan a pensar una cosa: la respuesta parece desproporcionada y avillana la situación, hasta el punto de que la línea entre buenos y malos, antes clara, empieza a atenuarse. Da que pensar, a poco que tengas dos dedos de frente, o que no te haya pasado lo que dice Javier Cercas con ironía encantadora para explicar su desencanto: hace quince años yo era un tonto, pero no pasa nada, lo que he visto en estos quince años me ha hecho dos tontos.

Otra cifra. En la cumbre del cambio climático se dice que han acudido 70.000 personas de casi 200 países, lo cual podría hacer creer que la cumbre tiene una trascendencia de proporciones firmamentales en un mundo con los inviernos de capa caída. ¿Trascendencia? Hablando de actores y protagonistas, si se repasa la lista de invitados te das cuenta de que faltan los dos principales, los presidentes de EE UU y China, los dos países más contaminantes del planeta. Cercas se quedó corto: 28 años después de la primera cumbre, lo que vemos nos ha hecho, no dos, sino tres tontos.

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