La vida a los 80
ENRIQUE DOLÓN
Jueves, 16 de octubre 2025, 00:17
'Evita el plantón y la soledad'. Con esta consigna, nos pone en conocimiento el SMS que si tienes una consulta concertada y si por ... cualquier circunstancia no puedes asistir, avisa para cancelar la cita médica y así otro paciente puede ocupar su lugar. Todo esto es, sin lugar a dudas, lo correcto. También lo adecuado es que si con tres años de antelación te han mandado el equipo médico unas pruebas y cuando llega la fecha te presentas en el hospital y te comunican que dichas pruebas han sido canceladas por los mismos que las habían recetado ¿cómo se debe reaccionar? Bueno esto ha pasado en pleno siglo XXI, con todos esos adelantos informáticos, la Policía Científica, el cartero, el inspector del gas, los buzones preñados de propaganda, etc. Pues sí, las lluvias caídas en una azotea de un edificio causaron filtraciones por lo que fue necesario llamar a los bomberos, que entraron por una ventana de uno de los pisos, encontrándose con el cadáver de un hombre vestido casi petrificado.
En quince años nadie echó en falta la ausencia de esta persona. En su cuenta bancaria fueron abonándole la pensión, pagó los recibos de gua, luz, IBI, gas, del seguro de hogar, etc. Un señor de 86 años desaparece y nadie se percata. Ni las visitas cotidianas al médico de cabecera, ni las recetas electrónicas que tienen fecha de caducidad, ni los medicamentos que se van renovando, todo ese espacio queda vacío. Ese individuo se encontraba en la soledad más extrema. Dicen que las atenciones no se enfrían al rebasar los 80 años, por el contrario las necesidades de salud aumentan y es cuando se requiere una atención dilatada y continúa. Pues parece ser que en este caso esa dedicación estaba congelada ,despistada, dormida o en Babia, todos los controles ausentes. Ni ese control médico una vez al año, ni el de glucemia, ni del traumatólogo, todos pasaron de largo. Hoy que hasta saben lo que comemos cada día, donde nos encontramos en cualquier momento, esto más parece una película titulada 'La soledad conducida al infierno'.
Los mayores siguen pagando los impuestos cuando reciben la pensión, lo mismo cuando consumen cualquier producto y si hoy se tienen estos magníficos hospitales y médicos es porque la mayoría a los 14 años ya trabajaban, se sacrificaron para que sus hijos tuvieran estudios y mejor vida. Hoy parece que al llegar a los 80 años estamos totalmente amortizados, servicios médicos y demás controles fuera de lugar para este colectivo. Me gustaría estar equivocado, pero aquí está el caso, la causa y el efecto.
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