En Cáritas seguimos escribiendo

Mañana, 25 de diciembre, los cristianos celebraremos la venida de Cristo al mundo y creemos que es el acontecimiento más grande de los tiempos. Su nacimiento es ya un signo claro de caridad y amor en el que expresa su opción preferencial por los pobres: sufriendo la no acogida de los vecinos de Belén y naciendo en un pobre establo a las afueras; después con el aviso de los ángeles a los pastores que pasan la noche a la intemperie para que celebren la alegría de un Salvador.

Jesucristo, con sus palabras y sus hechos, manifiesta inequívocamente de qué parte está y por eso sufre persecución y acosos de los que mandan hasta que, finalmente, lo condenan a muerte en la cruz. En todo momento es percibido como molesto porque dice la verdad que los sencillos entienden, pero los poderosos no quieren escuchar.

Cáritas es la expresión de la caridad en la Iglesia Católica y, plenamente unidos al Papa y a nuestro obispo, desarrollamos desde siempre esa opción preferencial por los pobres a través de múltiples actividades en las parroquias y proyectos diocesanos.

En la adversidad se ha puesto de manifiesto la esencia fundamental de Cáritas: que no cerramos nuestras puertas a quien nos necesita, que estamos con los que sufren, que unimos nuestra Oración y nuestra acción para acometer nuevos proyectos juntos con otras organizaciones para conseguir erradicar la pobreza y la exclusión.

Este año ha sido fundamentalmente asistencial, sin olvidar la promoción de las personas, y manifestamos nuestro agradecimiento a tanta gente buena: Administración regional y municipal, empresas, colegios oficiales, fundaciones, profesionales, particulares, etc. Y unos medios de comunicación sensibles a transmitir cuando les hemos requerido. Reafirmamos nuestro compromiso con la dignificación fundamental de la persona, que es el trabajo. Siempre estará la asistencia para quien la necesita pero, como dice el Papa en el Encíclica 'Fratelli Tutti': «Esto debe ser transitorio».

Queremos ser mucho más ambiciosos para trabajar con los poderes públicos y las empresas vertebrando nuevos proyectos para acceder al mercado laboral por parte de quienes lo necesitan. Al mismo tiempo afrontamos también soluciones para las personas sin hogar. Este conjunto lo denominamos «respuestas en clave de derechos»: trabajo y vivienda dignos.

Esto se plasma en una agenda llena de «proyectos y respuestas» que iremos avanzando unidos a los que están y que ponen de manifiesto que es el camino. Me refiero a nuestra Escuela de Hostelería; la formación para el empleo en ámbitos como reformas, limpieza y tapicería; acompañamiento y orientación sociolaboral en el programa de empleo en territorio. Y también en los Centros de Distribución Alimentaria, con la inauguración de tres centros en la ciudad de Murcia en este año que acaba. El programa de infancia atiende a más de 2.000 niños y niñas y sus familias en nuestra Región. Los recursos de viviendas de acogida y los comedores sociales a personas sin hogar. La Empresa de Inserción que amplía sus líneas de actividad económica, generando más puestos de inserción (nuevas tiendas de ropa de segunda mano, taller de confección, limpieza, reformas, hostelería...).

La realidad diaria de Cáritas es dura, conjugamos la esperanza de seguir trabajando por aquello que constituye nuestra vocación junto con las necesidades y el sufrimiento de quienes nos necesitan: las personas sin hogar, las que no llegan a cubrir las necesidades básicas, las familias en riesgo o situación de exclusión social, los núcleos chabolistas y asentamientos. Una bofetada de los descartados del conjunto de la sociedad occidental que dispone de medios económicos, sociales y políticos para erradicarlo. Esto lo corrobora Philip Alston, Relator de la ONU de Pobreza Extrema, cuando dice que «España debe mirarse de cerca en el espejo» ante la dureza de las realidades que visitó atendidas por Cáritas.

Por eso, en la Navidad más problemática desde hace muchos decenios, apelamos a que todos nos concienciemos sobre lo que la pandemia ha puesto en positivo: corregir las desigualdades es obra de todos, y quiero decir de todos porque la cuestión no es dar sino darse al hermano y considerarle como un espacio de posibilidades, no solo para un desarrollo sostenible sino para la propia supervivencia de la sociedad. Como dice el Papa Francisco, tenemos una guerra mundial por trozos. Y esto es una dramática realidad que hasta ahora hemos ignorado muchas veces.

Decía que estamos muy agradecidos a la respuesta de tanta gente buena que ha acudido a la llamada de Cáritas, tanto a las donaciones como al aumento de voluntarios, en muchos casos jóvenes, incorporados a las labores. Necesitamos mantener y aumentar esta tendencia porque significaría estar en el mejor camino. Debemos ponernos las pilas para afrontar lo social en esta sociedad tecnológica, compleja y fragmentada. Cáritas puede ser una luz que ilumina desde el humanismo cristiano nuestro trabajo con los desheredados. Necesitamos una nueva solidaridad mucho más sinérgica que agregue el valor necesario para compatibilizar el progreso técnico y el valor perpetuo de lo humano. Avanzar más en lo que proponía Madre Teresa: «Caridad hasta que duela».

Nuestro especial agradecimiento a los tres mil voluntarios de Cáritas y a los más de trescientos empleados. Ellos constituyen el nervio de la realidad de Cáritas en las ciento sesenta Cáritas Parroquiales. Nuestro trabajo diario, en una sociedad tan cambiante y disruptiva, mantiene el dinamismo de siempre y revisa permanentemente nuestra organización.

También nuestro reconocimiento a las organizaciones hermanas de Manos Unidas, Jesús Abandonado y Proyecto Hombre. Y el trabajo conjunto con otros, como son, por ejemplo, Cruz Roja y Banco de Alimentos y las redes EAPN Región de Murcia y Plataforma del Tercer Sector.

Mientras todas las realidades que he descrito se mantienen y amplían con nuevos retos, en Cáritas seguimos escribiendo nuestra aportación a los que nos necesitan. Animo a que todo aquel que lo desee se acerque a Cáritas a conocernos desde una nueva óptica: «Todos voluntarios».