¿Para cuándo más calidad y menos cantidad?

En los últimos años, han aparecido 'rankings' con el inconveniente de que se mide la investigación 'al peso'

Sábado, 14 de enero 2023, 08:06

Algo que se viene buscando en las universidades desde hace tiempo es conseguir una forma o modelo que nos permita cuantificar qué se desarrolla en ... investigación a todos los niveles, desde el más alto que sería la Universidad, hasta el más bajo que sería el personal. Y en eso estamos, ya que, en los últimos años, han aparecido numerosos 'rankings' que cuantifican la investigación que se realiza a todos los niveles, entre ellos, el de Shanghái es el que tiene mejor fama y el que más se utiliza cuando un investigador, o una universidad, quiere conocer cómo anda en investigación; es decir, cómo está dentro del grupo que conforman sus compañeros de área de conocimiento, de departamento, de universidad, etc.

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Lo que ocurre es que estos métodos tienen el inconveniente de que se mide la investigación 'al peso', lo cual no deja de ser contradictorio si lo que se quiere medir es quién hace mejor investigación. Veamos por qué.

Lo que voy a exponer no es de mi cosecha, pero viene de excelentes expertos cuya opinión nunca puede ser desdeñable. Así, en el verano de 1990, casi 33 años atrás que no es poco, J. Maddox, por aquellos tiempos editor de la prestigiosa revista 'Nature', y E. Garfield, presidente del Instituto de Investigación Científica, en unas jornadas celebradas en la Universidad de Verano de la Complutense de Madrid (UCM), dijeron, textualmente, que «el sistema actual de cuantificar el número de publicaciones para determinar la promoción y el currículo de los investigadores tiene los días contados... Ya en muchos centros de investigación se valoran únicamente los mejores trabajos y no el número total de ellos».

Las palabras de estos expertos no cayeron en saco roto, pues la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora empezó a utilizar este criterio que, poco a poco, se fue extendiendo a otros ámbitos. En la misma línea, en la convocatoria de 23 de febrero de 1993, de la Consejería de Educación y Turismo de la Región de Murcia, por la que se aprobaron las convocatorias de ayudas para la realización de proyectos de investigación, se pidió que los solicitantes seleccionaran solo sus mejores cinco publicaciones. Algo iba cambiando.

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Pero desde entonces, y con la aparición del índice de Hirsch (h), se ha estimulado, y mucho, el que se tienda más a la cantidad que a la calidad. De esta forma, los investigadores que han alcanzado el nivel de dirigir un grupo de investigación, en muchas ocasiones, han preferido mantener sus antiguas líneas trilladas, que cambiar a otras más actuales, con mejores aplicaciones, aunque más complicadas de llevar a la práctica.

Que conste que no me quejo del índice h, el que quiera puede ver el mío, así como mi número de publicaciones, pero, aunque haya pasado tiempo, prefiero la calidad a la cantidad. Es preferible un gran avance publicado en 'Nature' o 'Science', que 50 en revistas, aunque sean del primer cuartil.

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Lo que sí que es aceptable es que un investigador en formación la consiga en líneas menos exigentes, lo cual no debe ser lo mismo para, como he dicho antes, los investigadores consagrados.

Es cierto que es más difícil medir la calidad que la cantidad, pero entiendo que hay que hacer un esfuerzo para medir ambas cosas.

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