Dejémonos de monsergas. Al final el 'pin parental', por el que tanto dan la murga unos y otros, se reduce, sobre todo, a que los de Vox no quieren que a sus hijos les hablen de sexo y homosexualidad. Quizá piensan que van a salir del aula traumados o con una diadema de plumas camino del Orgullo en Madrid. En realidad, el tufillo homófobo del asunto es más que evidente por mucho que quieran disfrazarlo de que sus hijos son suyos y son ellos quienes deciden su educación. No veo qué tiene de malo que se les enseñe el valor de la diversidad. Ellos lo llaman adoctrinar. En cambio, la Asociación Amigos del Mar Menor, fundada por militantes de Vox, se permite decir en las aulas que la agricultura casi no contamina la laguna y se queda tan pancha. Claro, el bañador antes que la diadema, que bañarse no causa traumas, aunque sea en aguas de albañal con aspecto inamistoso y el riesgo de darse un tragantón y no poder contarlo. ¿Por qué será?