En un artículo anterior hablaba de los avances que se han producido en los últimos años para acabar con el envejecimiento y que la vida eterna en la Tierra sea una posibilidad real.
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Sin embargo, las religiones del libro prometen la vida eterna del espíritu tras la muerte, en un Paraíso de ensueño donde se harán realidad todos nuestros deseos, siempre y cuando hayamos sido buenos en la vida terrenal. Según estas creencias, la existencia material es poco menos que un infierno de desdichas y sufrimiento, un calvario que debemos soportar en espera de nuestra recompensa tras la muerte.
Otras religiones como el budismo ven la vida terrenal como una escuela, un aprendizaje que nos permite limar nuestro espíritu durante sucesivas reencarnaciones. En el Discurso de la Rueda en Marcha, Buda presentó las cuatro nobles verdades sobre el sufrimiento y cómo acabar con él para alcanzar el Nirvana, un estado de calma y tranquilidad, libre de preocupaciones, miedos y deseos, en el que se experimenta una sensación de felicidad y paz duradera. El Nirvana se caracteriza por una completa ausencia de sufrimiento y por la extinción de los deseos y la ignorancia, lo que permite al individuo liberarse del ciclo de reencarnaciones y alcanzar un estado de libertad permanente. Pero el Nirvana no se puede alcanzar de forma instantánea y sin esfuerzo, solo se puede llegar a él a través del Noble Sendero Óctuple, un camino de práctica de la meditación y el autoconocimiento a lo largo de sucesivas reencarnaciones.
La Nueva Era es un término amplio que se refiere a una variedad de movimientos espirituales, filosóficos y culturales que surgieron en la segunda mitad del siglo XX y que continúan hoy en día, cada vez con más fuerza. Este movimiento surge como una mezcla o sincretismo de creencias y prácticas de diferentes tradiciones espirituales y religiosas como la meditación, la sanación energética, la astrología, la numerología, el reiki o la lectura del tarot. A pesar de la variedad de creencias que aglutina, todas parecen tener en común una base en el gnosticismo que ensalza la importancia del conocimiento espiritual mediante la oración y la meditación y desprecia la existencia material como malévola o corrupta.
Por lo tanto, todas las religiones ven la existencia material como un paso previo a la vida espiritual, la muerte parece un camino necesario para alcanzar el Paraíso, el Nirvana, para regresar a la Fuente. ¿Qué pasaría entonces si se consiguiera la inmortalidad del cuerpo? ¿Quedaría nuestro espíritu atrapado para siempre en un infierno voluntario?
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