Tercer milenio

Ceremonia vaticana

Entra un mendigo, me pide fuego y algo más y me dice al oído: «Ya han elegido Papa»

Lunes, 12 de mayo 2025, 00:46

Hace unos días el clérigo-cardenal encargado pronunciaba las palabras tan esperadas por creyentes católicos, periodistas y curiosos en general: habemus papam. Y el Papa ... resultó ser un estadounidense que gobernará la iglesia católica con el nombre de León XIV. Bueno, esto ya lo sabe todo el mundo hasta la saciedad. El día de la fumata blanca, tras informarme en mi casa viendo la tele de que teníamos Papa, salí a la calle en mitad de la tormenta (la real, la de lluvia y truenos en Murcia) y fui a tomar un café a uno de mis lugares habituales (en este caso la confitería La buena moza, lugar muy recomendable). Entra un mendigo no menos habitual, y me pide fuego y algo más, y quizás para poner algo de su parte, me dice al oído: «Ya han elegido Papa». O sea, lo sabe todo el mundo, hasta Trump y mi mendigo de guardia.

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De manera que a propósito de esa bajada del Espíritu Santo a la Capilla Sixtina, quiero referirme a un aspecto nada subsidiario de todos estos ceremoniales que se han vivido estos días en Roma y que los periodistas nos han mostrado con constancia y loable empeño. Quiero referirme precisamente a que el Vaticano es tal vez el último Estado ceremonial que queda en el mundo. En un extraordinario y bello libro de la historiadora María Martínez ('La Teatrocracia del poder: Monarquía, Concejo y sociedad en Murcia a fines del Medievo') al que tuve el honor de poner un prólogo, en ese prólogo citaba yo al Estado ceremonial, teatral, de Bali, en Indonesia. El Rey, con sus súbditos, ante el ejército invasor holandés, desfiló ceremonialmente, y poseídos por el efecto del opio, ante los rifles de los soldados holandeses, que no daban crédito a la situación. Y es que lo ceremonial mismo era el Estado.

De otra manera las viejas monarquías bajomedievales fundaban parte de su poder en la representación ceremonial. Eso ha desaparecido. Hoy las monarquías sobrevivientes frente al huracán de la Historia quieren ser 'normales' y compiten con los famosos y famosillos televisivos (si acaso la monarquía inglesa conserva algo de ceremonial, pero ya solo para consumo de revistas y redes). De manera que la última institución, la última 'monarquía' que centra la representación de su ser en lo ceremonial es el Vaticano, y ello por más que el fallecido Papa Francisco prescindiera de parte de los oropeles. El Vaticano es su ceremonia.

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