¿Quiénes son los anticristos del siglo XXI?

Los anticristos son los que no respetan a las personas LGTBI; son los que quieren que dejen de amar, además del disparate de considerarlos enfermos y un peligro para la sociedad. Los discursos contra estas personas, que merecen todo el respeto y tienen todo el derecho a ser felices, son un caldo de cultivo para legitimar la homofobia y para legitimar el desprecio, el acoso y las agresiones.

Los anticristos son los que provocan los conflictos bélicos y las violencias para saquear los recursos naturales de los países más empobrecidos. Los anticristos son los que matan y asesinan en nombre de una economía del acaparamiento, de la hegemonía mundial de las grandes potencias y de las multinacionales.

Los anticristos son los vendedores de armas, los fabricantes de la muerte. Los anticristos son los que promueven todo tipo de violencia para vender las armas. Nos gastamos billones de dólares y de euros en armas, un dinero que podría servir para erradicar la pobreza a nivel mundial.

Los anticristos son los que generan una sociedad de la riqueza para una minoría y una pobreza para la inmensa mayoría. Los anticristos son los que generan y promueven las grandes desigualdades sociales, condenando a millones de personas a la penuria, a la miseria y a una vida sin vida. Los anticristos son los que matan la esperanza de un futuro más justo, donde cada persona y cada familia tengan un porvenir que les permita una existencia llena de bienestar, seguridad y prosperidad.

Los anticristos son los que abusan de menores; son los que utilizan a los niños y niñas para explotarlos sexualmente y laboralmente. Los anticristos son lo que secuestran a las niñas y las jóvenes para venderlas para la prostitución. Los anticristos son los que hacen desaparecer a miles de niños y niñas y jóvenes de los países empobrecidos para el tráfico de órganos, sin obviar que es necesario equipos médicos para hacerlo. Terrible.

Los anticristos son los que vulneran los derechos humanos, los que asesinan y encarcelan a líderes sociales y ambientalistas. Los anticristos son los que expulsan de sus tierras a los campesinos e indígenas, los que vulneran el derecho a la vivienda y al trabajo digno. Los anticristos son los que reprimen a los pueblos en sus justas reivindicaciones de libertad, justicia y paz. Los anticristos son los que construyen condiciones laborales y sociales precarias, indignas y humillantes.

Los anticristos son los fabricantes del odio, del rechazo, de la discriminación, del racismo y de la xenofobia. Los anticristos son los que estigmatizan a colectivos; los que quieren fronteras de dolor y sufrimiento para aquellas personas que vienen huyendo del horror de la guerra y del hambre y la sed.

Los anticristos son los que destruyen el planeta en el nombre de un mal llamado progreso y crecimiento económico, que solo quieren el aumento de los beneficios inmensos e inmediatos, dejándonos sin futuro.

Los anticristos son los políticos al servicio de los poderes económicos, financieros, bancarios y sociales, en vez de estar al servicio del bien común y la dignidad humana. Los anticristos son los que están al servicio de la mentira, la manipulación, el engaño y el miedo para favorecer siempre a los más pudientes.

En definitiva, los anticristos son los que destruyen nuestra humanidad, nuestro planeta, los que dividen y fragmentan la sociedad desde el descarte. Los anticristos son los que consideran al ser humano una mera mercancía, un recurso de usar y tirar.

Frente a los anticristos, están los 'cristos' que quieren construir una humanidad desde la fraternidad, la ternura y el respeto profundo a cualquier ser humano. Los cristos quieren que cada persona tenga una vida en dignidad y con un horizonte en libertad, encuentro y amistad, sin miedo ni agresiones. Son los que construyen un horizonte de humanidad para dar luz y color a la vida.