1.274 calcetines

PARALELO 37 ·

Moore y Ellis fueron contratados por Samsung para demostrar que eso de las lavadoras 'comecalcetines' no es leyenda urbana

Miércoles, 23 de noviembre 2022, 01:14

No solo son los millones que se metió a la buchaca el ganador de la Bonoloto de este verano, ni los minutos sin encajar un ... gol que le valieron a Abel Resino el récord de imbatibilidad siendo portero del Atlético, los kilómetros que separan de arriba abajo la frontera entre Portugal y España y la pasta que escondían unos ladrones en Las Palmas junto a un montón de joyas y kilos de chocolate, Valor no, de Chauen. 1.274 son también los calcetines que pierde una persona a lo largo de su vida y, aunque no me salgan las cuentas y suene a disparate, quién soy yo, mujer de pocos números y muchas letras, para poner en duda esta cifra calculada mediante una sofisticada fórmula matemática por el psicólogo Simon Moore y el estadista Geoff Ellis, que fueron contratados por Samsung para demostrar que eso de las lavadoras 'comecalcetines' no es leyenda urbana, pero que no se zampan tantos como pensamos.

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¿Entonces las lavadoras comen calcetines? Por descontado, es más, en las de carga frontal pueden quedar atrapados bajo el caucho y en las de carga superior colarse a través del pequeño espacio que queda entre los dos tambores, junto a tarjetas de crédito, monedas y tangas, pero a estos electrodomésticos no podemos culparles de los quince calcetines que extraviamos de media al año. Para demostrarlo, Moore y Ellis diseñaron el 'índice de pérdida de calcetines' que se calcula teniendo en cuenta el tamaño, complejidad y tipo de lavado, el número de personas que viven juntas y el de calcetines que se lavan y otras variables como el grado de atención o de positividad en las labores de casa. O sea que, si poner lavadoras te horroriza y siempre lo haces de mal humor sin mirar ni qué lavas, vives seguro con los calcetines desparejados. Aseguran estos dos sabios que otro factor imprescindible a tener en cuenta son los atajos mentales que tomamos para resolver un problema y en el caso de la pérdida de los calcetines es más sencillo culpar a la lavadora y seguir viviendo como si nada solo con el desparejado en vez de buscar hasta debajo de las piedras el extraviado.

En internet venden unas bolsas de rejilla para guardar los calcetines cuando los lavamos y unas pinzas para sujetarlos; otra solución más barata es meter uno dentro del otro o anudarlos por pares. Pero, por favor, si se les pierde alguno rebusquen bajo el colchón, entre las sábanas, en el patio trasero o detrás de los armarios antes de culpar a la sufrida lavadora que demasiado hace por nosotros desde que en 1908 se vendiera la primera eléctrica, Thor la llamaron, creada por la Hurley Machine Company of Chicago.

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