Las Fuentes del Marqués, ¿paisaje protegido?

Explica con acierto la profesora de la Universidad de Murcia María Teresa Pérez Picazo, en su introducción del libro 'Caravaca de la Cruz 1755 Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada', que el poblamiento humano en la comarca Noroeste, a diferencia del resto de la Región, está distribuido exactamente sobre las surgencias naturales de aguas subterráneas y su tamaño es aproximadamente proporcional al caudal del manantial asociado. ».

BERNARDO ROBLES MARTÍNPROFESOR Y PRESIDENTE DE CARALLUMA

Viernes, 17 de junio 2016, 09:53

Explica con acierto la profesora de la Universidad de Murcia María Teresa Pérez Picazo, en su introducción del libro 'Caravaca de la Cruz 1755 Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada', que el poblamiento humano en la comarca Noroeste, a diferencia del resto de la Región, está distribuido exactamente sobre las surgencias naturales de aguas subterráneas y su tamaño es aproximadamente proporcional al caudal del manantial asociado. De esta forma, la principal población, Caravaca, se estableció junto al más caudaloso, el de las Fuentes del Marqués, Barranda junto a Las Tosquillas, Archivel junto a La Muralla, etc. La mera existencia de nuestros pueblos se la debemos a nuestras fuentes. En el pasado tenían una conciencia mucho más clara que ahora de su importancia. Las Ordenanzas de Caravaca de 1765 ya protegían con celo Las Fuentes del Marqués (entonces Fuente Mayor) en estos términos: «Ordenaron y mandaron que ninguna persona, ni bezino desta villa desde el dicho nacimiento de la fuente maior hasta el puente de San Jorge sea osada a tener lauadero ni echar inmundicias, ni bañarse persona alguina, ni otgra cosa que perturbe la limpieza de las aguas... pena de mil maravedises...».

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Los caravaqueños que vamos teniendo ya una cierta edad recordamos perfectamente cómo eran Las Fuentes antes de que pasase a titularidad municipal. Había mucha más suciedad, abandono, los bancales eran cultivados, pero se respiraba el encanto de la naturaleza no manipulada. Unos monumentales olmos franqueaban el cauce y la vegetación cerraba el paso en muchos lugares. En el torreón entrábamos furtivamente como si de un libro de 'Los Cinco' se tratase, atraídos por el misterio y la curiosidad. Rincones vírgenes para los niños y para los animales.

Después, los sucesivos gobiernos municipales han ido modificando el paraje, con algunas actuaciones más acertadas que otras, incluso con algunas ocurrencias disparatadas, sin embargo, dos tendencias destructivas han avanzado inexorablemente en este lugar. Por un lado, la presión urbanística residencial, que ve un buen negocio hacer viviendas cerca del paraje y, por otro lado, la paulatina transformación en un parque urbano ordinario con una creciente afluencia de visitantes, propiciado por una política municipal equivocada. Las actuaciones de jardinería inadecuadas, la colocación de cierto tipo de 'mobiliario', la celebración de todo tipo de eventos multitudinarios en el interior, la masificación que ya es preocupante los fines de semana..., están provocando una situación que podría llevar a una degradación irreversible.

Las fuentes no son un parque porque ningún parque tiene tal valor ecológico. Es un contrasentido que en un espacio como este se esté sistemáticamente eliminando vegetación protegida en labores de jardinería eludiendo toda la legislación ambiental vigente. Si esto ocurriese en otro lugar, los agentes medioambientales sancionarían, requerirían permisos, impedirían limpiezas de vegetación en épocas de nidificación. Exigimos que la legislación ambiental se aplique también en Las Fuentes.

Tampoco es un parque porque en ningún parque urbano hay un manantial de 450 litros por segundo que es una joya hidrogeológica, ni restos arqueológicos de varias civilizaciones, ni las connotaciones históricas y culturales que tienen Las Fuentes.

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El verdadero problema consiste en que debería estar protegido con algunas de las figuras de protección que establece la Ley 4/1992 y está sencillamente catalogado en el Plan General como SGEL, es decir, parque. Propongo que se comience a andar este camino. Hay figuras, como la de Paisaje Protegido, que pueden encajar con sus características. Una vez declarada, se puede redactar un Plan de Ordenación donde la gestión quede perfectamente clara con criterios técnicos y respaldada por Ayuntamiento y Comunidad Autónoma.

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