Campo de esponjas 'roca' ('Leiodermatium pfeifferae'), en el Golfo de Valencia.

'Parque Jurásico' marino

Investigadores españoles del CSIC, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la asociación conservacionista Oceana han descubierto un arrecife de esponjas 'roca' único en el mundo. El hallazgo, fruto de la expedición que Oceana realizó en 2013 y publicado por la revista científica 'PLoS ONE' , corresponde a una estructura que se creía ya extinta desde hace millones de años.

P. GARCÍA

Viernes, 17 de junio 2016, 09:58

Descubren entre Valencia y Baleares un arrecife de sílice construido con esponjas de «roca», como los que existieron hace 150 millones de años

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Investigadores españoles del CSIC, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la asociación conservacionista Oceana han descubierto un arrecife de esponjas 'roca' único en el mundo.

El hallazgo, fruto de la expedición que Oceana realizó en 2013 y publicado por la revista científica 'PLoS ONE' , corresponde a una estructura que se creía ya extinta desde hace millones de años.

El descubrimiento se produjo a 760 metros de profundidad, rodeando la cima de una pequeña montaña submarina entre Valencia e Ibiza, está donde hay planes para realizar sondeos en busca de hidrocarburos. El espectacular 'parque jurásico' marino está formada por esponjas de la especie 'Leiodermatium pfeifferae', que hasta este momento solo se conocía en el Atlántico, desde la Macaronesia hasta el Caribe, por lo que también es su primera cita en el Mediterráneo.

«Las esponjas litístidas se denominan vulgarmente 'roca' porque son duras y rígidas como piedras, debido a que poseen un esqueleto masivo de piezas de sílice, que es un material idéntico al cristal. La parte de tejido vivo está mínimamente desarrollada, y no suele llegar al 5% del peso de la esponja», explica Manuel Maldonado, especialista en esponjas del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC).

Se creían extinguidos

Maldonado, que ha liderado la investigación, considera que «entender las causas que han permitido el desarrollo del arrecife en una particular montaña submarina del Mediterráneo proporcionará claves importantes para comprender cómo se desarrollaron los singulares arrecifes de esponjas del Jurásico y cuáles fueron las razones de su desaparición, un declive que ocurrió casi en paralelo al de los dinosaurios», añade Maldonado.

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Los arrecifes de sílice, construidos por esponjas y no por corales, fueron comunes en los mares Jurásicos y Cretácicos, y se creían extinguidos. Para sorpresa general, en 1987 se descubrió un arrecife de sílice vivo a 200 metros de profundidad en la costa del Pacífico canadiense, formado por esponjas hexactinellidas ('esponjas de cristal'). El ahora descubierto es aún más raro, ya que la inmensa mayoría de las especies de esponjas 'roca' se extinguieron tras el Cretácico y se pensaba que las pocas especies que sobreviven habían perdido la capacidad de formar agregaciones arrecifales.

«Este arrecife es un hallazgo excepcional, una formación única en el planeta que debe protegerse urgentemente porque el lugar donde se encuentra está sometido a presiones, entre ellas planes de prospección y explotación de hidrocarburos», señala Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana y coautor del estudio. «Aunque España ha dado recientemente un importante paso para aumentar las zonas marinas protegidas con el proyecto Life+ Indemares, lugares tan espectaculares y únicos como éste no pueden quedar fuera de estos planes».

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Las agregaciones de esponjas llegan a cerca de metro y medio de altura. El descubrimiento del arrecife se realizó con un robot submarino desde el buque 'Oceana Ranger', lo que ha permitido filmar y recoger información de las especies asociadas a este ecosistema, como otras esponjas, corales, gorgonias, cangrejos de profundidad, congrios,...

Sin embargo, la mayor parte de los aspectos funcionales de este singular hábitat (alimentación, reproducción, crecimiento, longevidad,...) están aún por investigar y temen que los planes de prospección de hidrocarburos en la zona afecten al singular arrecife descubierto, que podría resultar dañado incluso antes de poder ser estudiado adecuadamente.

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Los estudios realizados en los alrededores de Baleares han permitido encontrar esta esponja en otra importante montaña submarina, Emile Baudot, pero aquí, aunque puntualmente abundantes, no llegaban a crear estructuras arrecifales.

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