Seis plantas críticas en vías de recuperación
Medio Natural trabaja para sacar del máximo nivel de amenaza a media docena de especies de la Región a las que el calentamiento global puede castigar aún más
GINÉS S.FORTE
Miércoles, 6 de octubre 2021, 12:54
Las alarmas siguen encendidas para las seis especies vegetales de la Región en peligro de extinción. Ahora además, la amenaza de calentamiento global les puede ... poner todavía más sobre las cuerdas, «de una u otra manera, o bien por aumento de temperaturas o por modificación de los regímenes de precipitaciones», advierte Fulgencio Perona, director general de Medio Natural. En 2014 se aprobaron cinco planes de recuperación para la jara de Cartagena ('Cistus heterophyllus'), el brezo blanco ('Erica arborea'), la sabina de dunas ('Juniperus turbinata'), el narciso de Villafuerte ('Narcissus nevadensis subsp. enemeritoi') y la 'Scrophularia arguta' (especie de ortiga muerta de las rocas). A ellos se sumó en 2017 el garbancillo de Tallante ('Astragalus nitidiflorus'). La reducción de lluvias prevista afectará especialmente al brezo blanco, augura Perona. En todo caso, las más amenazadas de las seis siguen siendo la jara, el narciso y el garbancillo, advierte Jorge Sánchez, biólogo de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). En los siguientes cuadros se repasa la situación de cada una.
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Garbancillo de Tallante: el renacido
Es una especie única en el mundo y la última en llegar a la unidad de cuidados intensivos de especies silvestres de la Región. De hecho, su plan de recuperación no fue aprobado en 2014, como las otras cinco murcianas en peligro de extinción, sino en 2017. Se trata de una planta que se localiza exclusivamente en el municipio de Cartagena, concretamente en las proximidades de las poblaciones de Tallante, de ahí su nombre común, y también en Los Puertos de Santa Bárbara. El 'Astragalus nitidiflorus' es un endemismo exclusivo de la Región de Murcia. Aparece únicamente sobre suelos de tipo volcánico, en concreto en afloramientos basálticos del Campo de Cartagena. Fue descrita por primera vez en la primera década del siglo XX, en las proximidades de Cartagena. Y desde entonces no se había vuelto a tener noticias de la especie, a la que desde entonces se dio por extinta. En 2003, finalmente, se localizó de nuevo en el borde de un camino. Ahora es objeto de un programa exclusivo de conservación Life, dotado de financiación europea.
Ortiga muerta de las rocas: en plena ciudad
Águilas acogía hasta hace pocos años la única presencia conocida en todo el continente europeo de la 'Scrophularia arguta', una especia muy amenazada aquí que sin embargo es más abundante en las islas Canarias. En nuestra geografía apenas sobreviven escasos ejemplares en unas pocas zonas de ambiente litoral seco o semiárido, detalla Fulgencio Perona, director general de Medio Natural. Jorge Sánchez, de ANSE, se lamenta de que «es una de esas especies a las que apenas se le ha prestado atención», hasta que ha ido apareciendo en distintos puntos de la península ibérica tras años en los que «parecía relegada a Águilas». En concreto, se le ha encontrado, en número escaso, en una localidad de Cáceres, en varios puntos de Almería y en una localidad en Granada. En Águilas sobreviven unos ejemplares en pleno casco urbano, dañados por las visitas turísticas.
Narciso de Villafuerte: complejo y singular
El 'Narcissus nevadensis subsp. enemeritoi' es, junto a la jara de Cartagena y el garbancillo de Tallante, la planta más preocupante de la Región. Desde la Dirección General de Medio Natural, Fulgencio Perona concreta que es «una especie que cuenta con una población de pequeño tamaño y aislada geográficamente del resto de núcleos del taxón». La diversidad y singularidad genéticas de la población de la Sierra de Villafuerte, en Moratalla (único espacio de nuestra geografía donde se le ha encontrado), «la convierten en una entidad única», añaden. El biólogo Jorge Sánchez abunda en la complejidad taxonómica de los narcisos, «lo que nos indica una compleja historia biológica», aclara. Desde este punto de vista, concluye, «las poblaciones de Moratalla son muy singulares». Se encuentran entre juncales y zarzales, en los márgenes de cursos de agua.
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Sabina de dunas: aliada de piratas
Las antiguas incursiones de los piratas berberiscos hicieron mucho daño a la sabina de dunas ('Juniperus turbinata'). No por la saña de los ataques, sino debido al afán de los defensores por despejar de vegetación determinadas zonas en las que los piratas podrían emboscarse, relata el director general de Medio Natural, Fulgencio Perona. Hasta la mitad del siglo XX, además, mucha gente la extraía como leña. Ahora se ha quedado en una especie escasa, debido también a la falta de un hábitat apropiado. Constituye los «últimos restos de los bosques que cubrieron los arenales de nuestras costas, como los de La Manga del Mar Menor», apunta el biólogo de ANSE Jorge Sánchez. El viejo enebro marítimo ('Juniperus macrocarpa') acabó de hecho extinguiéndose. Para Sánchez, la sabina de dunas es la especie de las seis que antes puede salir de su situación de peligro, gracias a un intenso trabajo. Sin embargo, el ascenso previsto del nivel del mar volverá a reducir su hábitat y en Monte Blanco, en La Manga, podría quedar arrasada bajo el ladrillo.
Jara de Cartagena: la única en situación crítica
Es la única especie vegetal de la Región de Murcia declarada en situación crítica en España. Su población silvestre es escasísima. Apenas se encuentran unos pocos ejemplares en el espacio que va de la Peña del Águila a El Llano del Beal, en Cartagena, y en la localidad valenciana de La Pobla de Valbona, con una presencia todavía más escasa: un solo ejemplar. No existen más evidencias de su presencia en todo el mundo. «Constituye una de esas especies que nos conecta con el norte de África», apunta Jorge Sánchez, biólogo de ANSE. Un grupo de investigación de la Universidad de Murcia (UMU) recogió unas semillas en 1996 que actualmente conforman un capital de vital importancia para la conservación de la especie. Parte de ese material recolectado fue depositado a su vez en el Jardín Botánico de Valencia, donde trabajan para que pueda reproducirse fuera de su hábitat natural. La UMU también ha estado ensayando la germinación y reproducción de esta 'Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis'.
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Brezo blanco: vestigio de antiguas lluvias
Al contrario de lo que ocurre con la jara de Cartagena, que aquí supone un endemismo, la 'Erica arborea' sí es habitual en otros territorios de Europa pero en nuestra geografía es una rareza. Fulgencio Perona explica que precisa de unos «requisitos climáticos y edafológicos muy escasos en el territorio murciano», y cita su desarrollo sobre sustratos silicatados con cierto grado de humedad. Tiene un alto valor paleobiogeográfico: «Se encuentra de forma terminal en el Sudeste ibérico semiárido, como vestigio de una vegetación propia de periodos más húmedos en el pasado». Sobrevive acantonada en lugares muy concretos con condiciones microambientales que le son muy propicias. El biólogo Jorge Sánchez añade en este sentido que su presencia es indicadora de un pasado más lluvioso que la actualidad: «Ten en cuenta que es una de las especies que conforman las laurisilvas de las islas Canarias». Apenas tenemos un puñado de ejemplares en las sierras de Cartagena y en Sierra Espuña.
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