La memoria recuperable de la 'ensalá buscá'
Una investigación plasmada en un libro editado con fondos europeos y de la Región ha identificado 80 especies vegetales silvestres de consumo tradicional que podrían volver a utilizarse en la actualidad
GINÉS S.FORTE
Martes, 8 de febrero 2022
Los gurús de la agroalimentación ven en el futuro un auge de la agricultura de proximidad, como alternativa sostenible a la explotación industrial e intensiva ... que impera ahora. Pero la modalidad más radical de esta práctica, con la que se trata de reducir al máximo la huella de carbono que deja el transporte a grandes distancias, se encuentra en el pasado. Con el ancestral uso hortelano de la denominada 'ensalá buscá' no solo se consumía el producto más cercano y ecológico, sino que además era el más natural. Hoy día, muchas de esas especies que acababan en el plato, y eran muy comunes en la antigua huerta, siguen creciendo en solares y márgenes de los caminos sin que se les haga demasiado caso. Los que sí se lo hacen, sobre todo en las áreas rurales mejor conservadas, están manteniendo una de las actividades más atávicas del ser humano: la recolección de especies silvestres. Un libro editado con Fondos Europeos de Desarrollo Rural (Feader) y de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio ambiente recoge esas prácticas bajo el expresivo título de 'Ensalá buscá: en búsqueda de nuestro acervo culinario'.
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«Que se pueda mantener en el tiempo esta costumbre va a depender de que la ecología permanezca sostenible», se explica en la introducción de esta obra, coordinada por el médico valenciano Miguel B. Quel Benedicto y el historiador Ricardo Montes, presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de la Región de Murcia, y con sello de la Asociación Valenciana de las Plantas Medicinales (AVPM). «Teniendo en cuenta que en los tiempos modernos el medio natural, y en consecuencia la ecología, está siendo muy agredido y degradado», apunta el texto, «es dado pensar que van a terminar malográndose, y no solo las tradicionales costumbres de la recolección, sino las plantas mismas también». La obra atribuye esta degradación medioambiental «fundamentalmente a causa de la agricultura moderna», además de la contaminación ambiental, la urbanización masiva y el cambio climático, y debido a que las denominadas «malas hierbas» carecen «de una consideración especial que permita ponerlas en valor».
Las que en la actualidad se consideran plantas molestas, y como tal son eliminadas, se han empleado durante siglos como comestibles, no solo para las personas, sino también en muchos casos para alimentar a los animales de corral, «antes de que aparecieran los piensos compuestos».
Hay comida muy nutritiva y por todas partes sin que se conozca ni se sepa emplear
Potencial para aprovechar
Quel Benedicto ejemplifica el potencial de aprovechamiento que todavía guardan estas especies aludiendo a la gran cantidad de niños que tras la crisis financiera global de 2007 obtuvieron en los colegios, por ser el colectivo más afectado, «la única comida saludable que recibirían durante todo el día», ya que fueron «el colectivo más afectado». Sin embargo, concluye, «había comida, y muy nutritiva por todas partes sin que nadie lo conociera ni tampoco la supiera emplear».
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El uso medicinal de la acelga silvestre
La 'Beta vulgaris', que es su nombre científico, es una planta bianual de origen mediterráneo. Ya servía de alimento para los griegos hace 2.500 años. Contiene ácido fólico y flavonoides, útiles para la prevención de enfermedades, y también tiene propiedades laxantes y digestivas.
El collejón, verdura y comida para animales
La 'Moricandia arvensis' es una hierba muy frecuente en los campos de secano y al borde de los caminos. Se ha empleado para alimentar el ganado y también se consume como verdura. Las llamativas flores de color violeta del collejón brotan en solares y campos en primavera.
Los espárragos silvestres
La 'Asparagus horridus' es una de las especies más conocidas. Lleva consumiéndose desde la antigüedad, particularmente en ensalada. en concreto sus brotes tiernos, conocidos como espárragos. Los frutos que dan las esparragueras, en cambio, contienen cierta toxicidad.
Zapaticos de la Virgen para hacer dulces
Es una fuente de polen para las abejas. Se le considera una mala hierba por su rápido crecimiento en cultivos. Tradicionalmente se empleaba para dulces de Semana Santa, ensaladas y confituras, y también en la elaboración de jabones. Su nombre científico es 'Lamium amplexicaule'.
El diente de león, por ejemplo, atesora una riqueza nutritiva «muy superior a la de la apreciada lechuga», apunta el experto. Un kilo de diente de león ('Taraxacum officinale') contiene más del triple de proteínas que la lechuga, más de cuatro veces de hierro, más del triple de vitamina B1, más del doble de B2, más de seis veces de B3 y casi el triple de vitamina C. Y, sin embargo, los costes de cultivar la lechuga, que precisa de grandes cantidades de agua, de laboreo y de tratamientos, es notablemente superior. El autor sospecha que la elección de la lechuga frente al diente de león tiene un componente histórico, ya que en la antigüedad ya se consideraba que la lechuga resulta útil para relajarse y dormir bien. A partir de ahí su consumo fue adquiriendo protagonismo en nuestra dieta.
El diente de león, por ejemplo, es más nutritivo que la lechuga y mucho más barato
En general, añade Quel para ilustrar los beneficios de estas plantas silvestres que «es fácil entender que lo más probable es que el organismo emplee con mayor eficacia una vitamina obtenida de la naturaleza, por ejemplo de una maleza, que de una estructura obtenida de manera sintética en un laboratorio». Además, añade, lo normal es que una vitamina extraída de una maleza sana y vigorosa vaya acompañada por las vitaminas y minerales que necesita para una acción biológica equilibrada. «Esta es la razón por la que defender la nutrición a partir de productos biológicos como la más adecuada es lo razonable».
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80 plantas registradas
En el libro coordinado por el doctor Quel se recogen 80 especies recopiladas en un laborioso trabajo desarrollado en el territorio de actuación del grupo de acción local conocido como Asociación para el Desarrollo Rural Integrado de los Municipios de la Vega del Segura (ADRI de la Vega del Segura), colaboradora en esta investigación. Los datos obtenidos de estos municipios (Ceutí, Lorquí, Ojós, Archena, Abarán, Cieza, Ricote, Alguazas, Ulea, Blanca, Molina de Segura y Villanueva del Río Segura) han sido recopilados por doce cronistas de la zona, de fuentes tanto escritas como orales (25 informantes de entre 45 y 93 años).
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En busca de nuestras verduras ancestrales
Pese al potencial de estas especies silvestres para su uso nutricional, como condimentos, con fines medicinales y hasta en algunos casos a modo de golosinas (regaliz y zapaticos de la reina), a día de hoy en los países desarrollados ha desaparecido casi por completo su consumo, que ya apenas se limita ya a setas y bayas. «Desafortunadamente, en la actualidad, todo lo que no es un producto de la agricultura se considera con frecuencia como malas hierbas, que comúnmente se tratan con herbicidas», se lamenta el coordinador de 'Ensalá buscá'. Para tratar de pararlo se ha editado esta obra, en la que también escriben numerosos colaboradores a lo largo de diez capítulos en los que, entre otros, se repasa la historia, la etimología y el uso de estas especies en la cocina de la Región de Murcia y en otras comunidades autónomas.
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