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Miembros del grupo de investigacion de Ecología y Conservación Marina de la Universidad de Murcia censando peces para el seguimiento de reservas marinas. VÍCTOR ORENES

La victoria ecologista que ya no teme la pesca

La protección de dos áreas marinas, a las que se unirá una tercera, sitúa a la Región entre las primeras de España en unas reservas medioambientales que han acabado procurando «cuantiosos beneficios» para el sector pesquero

GINÉS S.FORTE

Martes, 16 de noviembre 2021

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Siendo un niño, Bartolomé Navarro fue testigo del profundo temor con el que los pescadores acogieron la declaración de la primera reserva marina de interés pesquero de la Región, en el año 1995. Su padre, el entonces patrón mayor de la cofradía de pescadores de Cartagena, auguraba la ruina para un sector que en adelante tendría que asumir duras restricciones para seguir faenando. «A día de hoy», afirma Navarro contundente, desde la atalaya que le dan los diez años que ahora acumula como patrón mayor de los pescadores cartageneros, «no me cansaré de decir que el sector pesquero estaba equivocado, el tiempo nos ha quitado la razón: la reserva nos ha sido muy beneficiosa».

«Las reservas marinas son un indudable ejemplo de éxito», ratifica el geógrafo Pedro García, nieto de pescadores y actual director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). En ellas, continúa, «se demuestra que la prohibición y la regulación de ciertos usos que limitan los aprovechamientos naturales terminan generando más beneficios económicos y sociales, directos e indirectos, que si no se hubieran protegido». El tesón con el que su organización inició ahora hace 30 años una campaña para proteger el área marina de Cabo de Palos se vio recompensada, aquel 1995 que tanto asustó a los pescadores, con la declaración, por parte de la Comunidad Autónoma y el Estado, de la primera figura de protección de este tipo en la Región. Mucho más recientemente, en 2016, se sumó la reserva marina de Cabo Tiñoso, y ahora se tramita una tercera para el área de Cabo Cope, «que esperamos que sea una realidad el próximo año», confía el profesor José Antonio García Charton, coordinador del grupo de investigación de Ecología y Conservación Marina de la Universidad de Murcia (UMU).

Mero en la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas. Javier Ferrer

Charton incide en el logro obtenido al «concertar una propuesta consensuada» en un proceso en el que se ha implicado a «pescadores artesanales, pescadores recreativos, centros de buceo, otras administraciones y organismos de investigación». De este modo, señala, se conservan los recursos marinos «para su explotación por parte de pescadores artesanales [con barcos de menos de 12 metros y tripulaciones de hasta tres personas], necesitados de protección frente a otros tipos de pesca, como la pesca industrial (arrastre, cerco...) y la pesca recreativa (con caña desde costa o desde embarcación, curricán o caza submarina)». Y, al mismo tiempo, se contribuye a la protección de la biodiversidad marina.

«Estábamos equivocados», reconoce el patrón mayor de la cofradía de Cartagena

Las dos reservas marinas de protección pesquera que ahora se encuentran operativas, más la que previsiblemente se les va a sumar en breve, sitúan a la Región en un nivel de resguardo que el director de ANSE sitúa «entre las primeras de todas las comunidades autónomas y regiones españolas», donde en total suman 28. García precisa a continuación que, si las comparamos con las áreas marinas protegidas de otros países, «nos encontramos en una situación intermedia». En todo caso, para la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente resulta «un lujo contar con dos reservas marinas de interés pesquero, y en unos meses con una tercera», teniendo en cuenta que la Región «solo tiene 180 kilómetros de costa».

Imagen histórica de una reivindicación para una reserva marina. ANSE

La clave se encuentra, tanto para el líder de los ecologistas como para el de los pescadores, en una adecuada vigilancia que aleje el furtivismo y la pesca ilegal y asegure unas adecuadas prácticas de buceo deportivo. «Y ese éxito queda aún más garantizado si se implica a los pescadores artesanales y a otros sectores, como las empresas de buceo, en su gestión y vigilancia», apostilla García. Por su parte, el patrón mayor de la cofradía de pescadores de Cartagena confirma que «contar con estas reservas marinas de interés pesquero ha supuesto unos beneficios cuantiosos para las embarcaciones de artes menores». Navarro reconoce que, si bien los frutos de la medida no llegaron enseguida, «la verdad es que ahora llevamos unas capturas muy elevadas y muy buenas». A la vista de ese éxito, añade, «nosotros mismos nos hemos impuesto restricciones», para capturar únicamente tallas grandes, por ejemplo, y de ese modo mejorar todavía más la recuperación marina que supone la creación de áreas reservadas para la cría natural de las especies.

La costa murciana acoge una gran diversidad de hábitats y especies, y con un grado de conservación bueno, aprecia Charton, «excepto tramos como el entorno del puerto de Cartagena y otros puertos, y la bahía de Portmán». Sobre los protegidos Cabo Tiñoso y Cabo de Palos, y la reserva en vías de protección de Cabo Cope, el ecólogo de la UMU coincide con García en destacar el carácter rocoso de los tres espacios, que componen hábitats «excepcionales para la vida de las poblaciones de peces», muchas de ellas «de interés para la pesca y el buceo». Y pone como ejemplo la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas, que Navarro califica contundente como la «mejor gestionada de toda Europa», y que Charton confirma que en ella «se han alcanzado biomasas de peces (meros, dentones, corvas, espetones, lechas, etc) muy superiores a cualquier área marina protegida del Mediterráneo». Además, detalla el profesor, estos espacios «albergan hábitats de enorme interés para la conservación, como campos de gorgonias, fondos de algas, cuevas y praderas de fanerógamas marinas, como 'Posidonia oceánica'».

«Limitar ciertos usos acaba siendo más rentable», dice Pedro García, de ANSE

No es una riqueza uniforme. Mientras que la reserva de Cabo de Palos-Islas Hormigas presenta «una abundancia y tamaños de preces predadores difícilmente comparable con otros puntos del Mediterráneo», revela Pedro García, en Cabo Cope «la presión pesquera es aún muy importante y la fauna no ha tenido tiempo de recuperarse de muchas décadas de persecución».

El valor de estos entornos, a los que el Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia les dedica una exposición monográfica, desde el pasado jueves y hasta el 24 de abril, no solo se encuentra debajo del agua. En las tierras aledañas se localiza lo que García califica de «patrimonio histórico y etnográfico asociado de gran valor, entre el que destacan dos torres vigía del siglo XVI, y una de las últimas almadrabas del Mediterráneo». A todo ello, el investigador suma la importancia cultural de mantener el «enorme conocimiento ecológico tradicional» adquirido durante siglos por los pescadores, sabedores de los entresijos de los caladeros, sus hábitats, las especies de cada lugar, el mejor modo de capturarlas e incluso su aprovechamiento culinario.

«Con el simple hecho de acotar un área y regular las actividades que en ella se desarrollan», resume el profesor, «se consigue la recuperación de las poblaciones y la biodiversidad». De este modo, concluye, «las reservas marinas pueden verse como áreas de producción marina, una especie de acuicultura natural, que no necesita de aportes externos de alimento o fármacos». Además, constituyen «verdaderos laboratorios naturales», en los que observar la naturaleza y calibrar los efectos de las presiones antrópicas y el cambio climático. «Los beneficios que nos proporcionan sobrepasan con mucho la inversión económica que suponen», asegura Charton.

Además de las reservas marinas de interés pesquero, la Región de Murcia cuenta con otros espacios de protección centrados en la biodiversidad marina. Aquí existen dos Zonas Especiales de Conservación (ZEC), la llamada franja litoral sumergida y los valles submarinos del escarpe de Mazarrón, y varias zonas de especial protección para aves marinas, «que ocupan gran parte de los fondos marinos frente a nuestras costas». Lamentablemente, «existe un enorme solapamiento espacial entre las diferentes figuras de protección marina», que no alcanzan la adecuada comunicación entre las distintas administraciones que las gestionan, como han demostrado los investigadores Amelia Cánovas, María Semitiel y Pedro Noguera, de la UMU, explica el ecólogo. En este marco, Charton reclama la conveniencia de crear una figura que centralice la administración de cada área marina protegida y la de crear redes de reservas marinas que interconecten su gestión. Mientras se introducen estas mejoras, Bartolomé Navarro reclama con firmeza (aunque sin olvidar la necesidad de compatibilizar las restricciones con actividades como el turismo y el buceo deportivo): «Hay que hacer muchas reservas marinas, porque es el futuro del sector pesquero de las embarcaciones de artes menores».

Reservas marinas de interés pesquero para conservar antiguos caladeros

El testimonio de pescadores, entre otros indicios indirectos recogidos por el grupo de investigación de Ecología y Conservación Marina de la Universidad de Murcia (UMU), apunta hacia una notable abundancia y diversidad histórica de especies pesqueras en las reservas marinas de la Región. Lamentablemente, «la presión pesquera, y otras presiones antrópicas, han reducido las poblaciones de peces a niveles muy escasos», en comparación con ese pasado inmediato, apunta José Antonio García Charton, coordinador del grupo. De ahí la importancia de crear estas reservas marinas, con las restricciones que muestra la infografía, para que vuelvan a desarrollarse «estas poblaciones, con lo que se consigue preservarlas de la extinción local», al paso que se protegen hábitats esenciales para su ciclo de vida, como fondos someros y calas; y sus efectos se extienden a los fondos adyacentes no protegidos, que acaban beneficiándose igualmente con la recepción de larvas de los peces regenerados en las áreas de protección.

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