Decálogo para retomar con garantías la búsqueda de empleo después del verano

Con el final del verano comienza un nuevo curso y son numerosos los propósitos que se recuperan con fuerzas renovadas. También hay un colectivo que se reactiva al término de la época estival y es el formado por los desempleados. Al otro lado, las estadísticas dicen que un tercio de los trabajadores que deben regresar a su rutina laboral experimenta el conocido como síndrome posvacacional, un estado de readaptación que dificulta y mina el rendimiento habitual tras el periodo de vacaciones.

Pero, ¿qué ocurre con las personas que no vuelven al trabajo? Hay 3,697 millones de desempleados, algo más del 60% de larga duración, que también sufren este particular vértigo, en su caso al comprobar cómo a su alrededor sus familiares y amigos se reincorporan a sus puestos mientras ellos continúan esperando la ansiada oportunidad laboral.

Así lo explica Arancha Jiménez, directora de Operaciones de la Fundación Adecco: «Muchos de los desempleados también experimentan síndrome postvacacional: pensar en el 1 de septiembre les produce angustia, pues en este momento tienen que retomar la búsqueda de empleo, tras el parón estival, con la incertidumbre de no saber qué sucederá. Reanudar la marcha no siempre resulta sencillo: las personas que rodean al desempleado vuelven a la vorágine laboral mientras ellos se quedan en casa. Sentir frustración y desánimo puede ser natural, pero está en manos del desempleado controlar estos sentimientos siguiendo una serie de recomendaciones».

Lo más importante -añade Jiménez- es ser consciente de que «buscar trabajo es un trabajo en sí mismo: hemos de creérnoslo e interiorizarlo como un hábito, como si de una actividad remunerada se tratase. Y la vuelta de vacaciones, concretamente el mes de septiembre, es un momento idóneo para marcarse objetivos, reactivar con energía la búsqueda de empleo y reconducir hábitos».

La propia Fundación Adecco propone un decálogo que entiende que puede ser clave, en primer lugar para retomar con fuerza la incorporación al mercado laboral, y en segundo para que la búsqueda no se vuelva rutinaria y se convierta en un lastre.

En primer lugar, el desempleado debe establecer un horario y calendarizar sus tareas. Poner orden y método facilita el camino en el hábito de buscar empleo. De esta manera, los expertos recomiendan hacer una agenda y establecer una rutina diaria de acciones. Como si de asignaturas se tratase, se anotará cada una de ellas en un marco temporal, clasificarlas por orden y naturaleza, siempre con el objetivo de no caer en la monotonía.

Este calendario ayudará a afrontar la búsqueda de trabajo como un trabajo en sí mismo y ayudará al desempleado a sentirse reconfortado si a lo largo del día logra cumplir con las tareas.

Del mismo modo, incorporar novedades a la rutina de búsqueda ayuda a reactivarla con nuevas motivaciones. En este caso se aconseja incorporar elementos diferentes que rompan la rutina.

Por ejemplo, puede ser una buena opción buscar trabajo utilizando nuevos canales de comunicación. Otros retos pueden ser asistir a ferias y eventos, enviar el currículum de forma proactiva a empresas (y no sólo apuntarse a las ofertas que se encuentran en la red), acudir a organismos especializados. Siempre hay algo que se puede hacer para mejorar.

Otro punto importante es marcarse objetivos y reafirmar el camino andado antes del verano, pero en este caso replanteándose los retos para que el recorrrido hacia el empleo sea recurrente y efectivo.

Al mismo tiempo, las metas que se busquen deben ser motivadoras, y ser tan ambiciosas como se considere oportuno, pero siempre realistas para que no lleven a la frustración: por ejemplo, al menos, dos contactos en redes sociales al día, reforzar la formarción o iniciarla en alguna temática nueva para hacer más atractivo el CV, contactar voluntariamente con una empresa a la semana...

Otro de los 'tips' a tener en cuenta es precisamente poner a punto y actualizar el curriculum, aprovechando que el espíritu de 'vuelta al cole' también se respira en las empresas, que aprovechan para innovar en sus procedimientos. En el caso de los desempleados, éste puede ser un buen momento para dar un aire nuevo al currículum: incorporar una foto más actual, añadir un apartado de perfil profesional en el que se explica la trayectoria profesional y motivaciones o cambiar el diseño para hacerlo más atractivo (no es conveniente perderse en los detalles y el barroquismo, pues los CV deben ser legibles y explícitos en su contenido: modificar la apariencia añadiendo negritas, subrayados u optando por una tipografía que resulte más profesional).

En este sentido hay que recordar la recomendación de los expertos en cuanto a que el CV ya no es solo papel, sino que es imprescindible actualizarlo también en los soportes online (portales de empleo, Linkedin, etc).

Al mismo tiempo, ha aumentado la red para la búsqueda de empleo. Cada vez son más numerosas las plataformas que amparan al desempleado en su búsqueda y que ofrecen información segmentada, lo que permite reducir la búsqueda, hacer contactos con profesionales del círculo correspondiente a sus intereses, establecer vínculos de confianza y generar una posición estratégica en un sector determinado.

Otro punto fundamental es iniciar o reiniciar la formación en algo que motive al desempleado. La formación continua ha de ser una constante en la trayectoria profesional de todo trabajador, y aún más si está en situación de desempleo. Ahora que empieza un 'nuevo curso' es un momento perfecto para dar un paso más y ampliar conocimientos en materias que atraigan, en las que se tengan habilidades, y que a la vez permitan abrir las puertas del empleo.

Por último, los expertos señalan que los idiomas y las nuevas tecnologías son una apuesta segura, aunque siempre hay que identificar las idóneas dentro de cada sector o segmento profesional.