El Auto de Reyes de Aledo regresa tras la pandemia con 'bombas' para Putin

La pequeña localidad de Aledo celebró en la mañana de ayer su día más grande y lo hizo con la representación del Auto de Reyes, una tradición con más de 250 años de historia, tan solo interrumpida por la pandemia.

Siempre ha sido el día por excelencia para el pueblo de Aledo, en especial hace unos años, cuando los vecinos que vivían en Francia trabajando pasaban aquí la Navidad. «Entonces, todos los bares y las calles estaban repletas de bullicio», afirmaba Francisco García, notable vecino de la localidad, mientras deleitaba un café y copa de mantellina en la fría mañana. Eran las diez y media cuando entraban a la población sus Majestades de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar. Lo hacían por la plaza de la Diputación, donde anunciaban que traían oro, mirra e incienso para el recién nacido. Allí les recibió un centurión romano a caballo, que les preguntó por el motivo de su llegada, comenzando entonces la narración de los textos medievales, en ocasiones adornados con detalles de humor.

Sus Majestades buscaban al nuevo monarca de los judíos. El centurión les guió hasta el palacio del ofendido rey Herodes, es decir, el edificio del Ayuntamiento de Aledo. La comitiva, siguiendo la Estrella de Navidad –representada por una niña de la localidad montada a caballo (en esta ocasión, Carlota Martínez García, de tan solo 9 añitos)–, llegaba a los pies de la Torre del Homenaje de la muralla local, donde se desarrolló el resto del Auto de Reyes.

Entre los detalles de humor, el centurión desató las carcajadas del público cuando recibía a los Reyes delante del palacio real y les decía «estáis fuertes y bien parecidos, pensaba que eran concursantes de la Isla de las Tentaciones». Una vez finalizado el Auto Sacramental, el rey Herodes se desposeía de su barba y peluca y aparecía el personaje de José Moreno 'El Fontanero'. Lo hacía para lanzar las satíricas 'bombas' que cada año escribe Javier Andreo, trovero de la Cuadrilla de Aledo y alcalde del pueblo.

«Dos años de cortapisa, sin nuestro Auto de Reyes; solo hubo reyes en misa». Así arrancaban las 'bombas', recordando la pandemia. Los conflictos bélicos tampoco podían faltar: «El año fue distinguido por una guerra inútil. La cabeza se le ha ido porque un hijo de Putin Ucrania ha invadido». La familia real británica también fue protagonista: «A Carlos le toca reinar; cerca de cumplir los 80, ahora empieza a trabajar».

En el repaso a la política nacional, destacaba Herodes que, «sin que nadie se incomode, igual proclamo mañana la república 'aleana'», pensando que atraería a Carles Puigdemont. La Selección Española de Fútbol también recibía lo suyo: «De Qatar pronto volvimos, amagadas las orejicas, pues lo único que hicimos fue ganarle a Costa Rica».

Las ayudas municipales de 1.000 euros para familias que trajeran bebés al mundo también fueron objetivo de los dardos satíricos de Herodes: «Mil euros, para ser francos, más que los recién nacidos los necesitan los carlancos». Las 'bombas' terminaron así: «El año acaba de empezar; a quien venga a joderlo todo, como Messi, decirle: qué miras bobo; anda 'p'allá', anda 'p'allá', bobo».

Tras la misa, a las cinco y media de la tarde, junto al monumento de Juan Tudela Piernas, el 'Tío Juan Rita', arrancaba el Baile de Pujas, lo que prolongó el fin de la jornada festiva más allá de las diez de la noche.

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