Emiliano García-Page: «A nadie le vendría bien que se caiga la economía desarrollada en el Levante»
El presidente de Castilla-La Mancha señala que no tiene un acuerdo con la ministra para cercenar el Trasvase. «Aquí nadie se plantea una barbaridad, pero hay que buscar alternativas»
«Esto no es una guerra del agua, sino un conflicto de intereses», dice Emiliano García-Page, en plena vorágine por los cambios que se ... avecinan en el Trasvase Tajo-Segura. En la mañana del miércoles, el presidente castellano manchego visitó con Pedro Sánchez los laboratorios de Janssen en Toledo, y por la tarde mantuvo una larga conversación con LA VERDAD, que en varios momentos se convirtió en un contraste de datos. No dice abiertamente que haya que cerrar el Trasvase, pero indica que tiene claros sus planteamientos sobre el agua. En tono conciliador, propone que las regiones implicadas y el Gobierno central lleguen a un acuerdo «antes de que lo haga el clima», y apuesta por la desalación como alternativa. El dirigente socialista reconoce que es buena la calidad del agua en el Alto Tajo. La decisión está en manos del Ministerio. García-Page dice que no tiene un pacto con la vicepresidenta Ribera sobre el Trasvase.
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-¿Estaría dispuesto a reunirse con Fernando López Miras, Ximo Puig y Juan Manuel Moreno para afrontar el problema del agua y buscar una solución?
-No es que esté dispuesto, es que lo estoy deseando. No hay ningún modelo cerrado con el agua; hemos tenido muchos vaivenes, y para que pueda haber un consenso es casi más fácil plantearlo de abajo hacia arriba, entre las comunidades de la España seca, que esperar a que el consenso político en Madrid se abra paso.
-¿Y ve posibilidad de acuerdo para que el Tajo-Segura siga funcionando para el regadío?
-Nuestra opción es llegar a un acuerdo de futuro. No me voy a regodear en lo que ha sido la controversia política del agua hasta ahora; hay que mirar las cosas con perspectiva. Si yo fuera el presidente de Murcia, de la Comunidad Valenciana o de Andalucía, tendría un interés extraordinario en ver las hipótesis de trabajo de la próxima generación. Y en eso hay que tener en cuenta los recursos reales, los vientos europeos y la sostenibilidad, con la perspectiva de que a nadie le falte agua en España. Mi vía es la del diálogo, y para poder llegar a un acuerdo hay que mantener una posición firme y determinada. Nosotros lo tenemos muy claro, y es evidente que Murcia y el Levante también.
«Sin prisas ni dramas»
-Usted lo tiene claro. ¿Quiere que se cierre el acueducto?
-Quiero que se distribuya el agua de otra manera. No tenemos ansiedad en los plazos. Hubo un tiempo en Castilla-La Mancha en que pensábamos que estaba muy maduro el ambiente y muy pactado el asunto, incluso con María Dolores de Cospedal. [La reforma del Estatuto que propuso cerrar el Trasvase en 2015]. Lo que pasa es que luego en Madrid, a 70 kilómetros, algunos cambiaron de opinión. Pero no creo que pueda haber una solución por las malas. Tiene que ser siempre por las buenas. Son muchos años mirándose de reojo, de espaldas, como para crear un clima suficientemente positivo. La mayoría de los políticos que se han acercado al tema del agua lo han hecho pensando en el trasvase de votos, no en el trasvase de metros cúbicos.
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-¿Pero usted pondría como condición el cierre del Trasvase?
-La pregunta seria que se tiene que hacer España es si está o no en un modelo trasvasista; y España no tiene un modelo trasvasista. Es inviable plantearse políticamente el trasvase del Ebro. Nadie se atreve. Quien lo dice, lo hace con la boca chica. En su momento se planteó también el trasvase desde el Tajo Medio, que estuvo muy cerca de convertirse en una idea cierta. Eso está abandonado. No soy fanático, pero mi experiencia con el Tajo-Segura me lleva a pensar que los trasvases no son la solución de futuro. Pero si España decidiera democráticamente tener un planteamiento trasvasista, entonces tiene que ser de todos con todos. De unos ríos con otros. España y Europa están apostando con rotundidad por la transición ecológica y la sostenibilidad. Hay que pensar sin prisas, sin precipitación y sin dramas, en una solución de futuro de medio y largo plazo. Personalmente lo he comentado con presidentes de Murcia, del Levante, con los que tengo buena relación. Lo he discutido con Ximo Puig en varias ocasiones, y yo no estaría excesivamente tranquilo si todo mi abastecimiento dependiera de un canal tan frágil a cielo abierto de 300 kilómetros que arranca de una zona donde cada vez falta más agua. Creo que hay que buscar alternativas. Cuando el Trasvase no ha funcionado o ha estado averiado, no ha habido problemas ni en el regadío ni en abastecimiento, porque hay alternativas.
«Discutimos por chucherías; ni la previsión más alta se entendería en Francia o Alemania»
caudal ecológico
-Como usted sabe, el Trasvase es una parte. En la cuenca del Segura ya se utilizan todos los recursos a mano: del río, de los pozos, de la máxima reutilización y de la desalación.
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-Sí, el agua no deja de ser un recurso integral...
-¿Ha llegado a algún acuerdo con la ministra Teresa Ribera para establecer una hoja de ruta sobre el futuro del Trasvase?
-No. Creo que el Gobierno de España está intentando componer el puzzle, que es muy complejo. No hay un acuerdo definitivo en nada. Hay dos circunstancias que están resolviendo el problema. Una es la desalación, que va a ser imprescindible. Hubo mucha gente que le puso zancadillas y palos en las ruedas, pero hoy nadie cuestiona esa alternativa. Si mañana hubiera una dinámica política que dijera que las desaladoras son malas y se tienen que cerrar, estoy convencido que donde más manifestaciones habría para que no se cerraran sería en el Levante. Por otra parte, es innegable que el Tajo no ha dado nunca el volumen que se estimó. No ha llegado ni a la mitad. Pero esa mitad significa que en dos años se trasvasa lo que ocupa el Mar Menor, que se traslada y se transmite al final en hectáreas de regadíos, en dinero, en industria y empleo. Entiendo perfectamente que no se puede, para nada, cortar de un día para otro, ni de la noche a la mañana, ningún tipo de flujo. Además, para mí es más importante tener una mentalidad nacional y española en el problema que estrictamente territorial. Hasta ahora, quien realmente no ha pintado nada en materia de aguas ha sido Castilla-La Mancha.
«Acuerdo de las autonomías»
-¿Se imagina usted las consecuencias de que gran parte del regadío del Levante dejara de funcionar, ligado a la industria agroalimentaria, que contribuyen al PIB de España? Usted se caracteriza por su discurso nacional, como dice, pero si se elimina el Trasvase habría una pérdida en riqueza, empleo y producción.
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-Aquí nadie se ha planteado nunca ningún tipo de barbaridad. No quiero ni pensar lo que se hubiera hecho en otros territorios si la infraestructura del Trasvase pasará por sus tierras. Y no estoy hablando de los independentistas. Nosotros en todo caso no hemos pasado nunca del debate político, y de la legítima reivindicación de intereses, que son compatibles no solo con la unidad de España sino con las distintas visiones que tenemos de la gestión de España. Lo que no puede ser es que el Tajo-Segura sea el único trasvase que hay en España. Me da igual que se hiciera en la dictadura o que se hubiera hecho en la República, porque ya está hecho. Y sabiendo que el coste del Trasvase nunca ha ido computado en las tarifas y en el precio. Pasa como con el AVE, que no repercute en el billete lo que costó la infraestructura.
-El Trasvase se sigue pagando [Hay una tarifa por varios conceptos, incluido el 'tasazo'].
-Digo la infraestructura, no el mantenimiento y la gestión. Pero si hoy se tuviera que plantear desde cero, seguramente no saldría el Trasvase, o habría otros trasvases antes que el del Tajo-Segura. Nos podemos dar tiempo y hacer planteamientos de diálogo y moderación, pero lo que no se puede mantener es una sensación permanentemente de frontón, y de darse la espalda. Si desde las autonomías facilitamos un acuerdo o lo damos servido, mejor. Si no, nos va a venir impuesto por la dinámica europea o por el clima.
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-El Gobierno de Castilla-La Mancha votó a favor del Trasvase del Ebro en el Consejo Nacional del Agua, como una medida para repartir el esfuerzo hídrico.
-Lo que pasó en aquel momento, en que era presidente José Bono, no es realmente que se apoyara el Trasvase del Ebro. Había una mayoría que iba a aprobar el Plan Hidrológico Nacional, y nosotros, entre un mal y otro, elegimos el mal menor. Si España, de forma democrática, quería trasvases en aquel momento, obviamente el del Tajo iba a ser eterno, porque iban a salir otros, e incluso en un momento determinado se planteó que al Tajo le pudiera llegar agua del Duero o del Ebro. Por lo tanto, era un planteamiento distinto. Pero no porque se creyera en los trasvases, sino porque no es lo mismo estar en una excepción con el Tajo- Segura que estar en un modelo de país. No sé si me entiende. Si la decisión era nacional y global, hasta Castilla-La Mancha podía recibir agua de otras cuencas. No era un modelo que compartíamos, pero era legítimo porque lo aprobaba una mayoría democrática. Lo cierto es que ese modelo se ha venido abajo. Nadie va a abordar nuevos trasvases.
-Usted ha dicho que solo existe el Trasvase Tajo-Segura, pero hay más trasvases en España, como los de Tarragona y el País Vasco. [Hasta dieciséis, incluidos el Júcar-Vinalopó, el Negratín y el de Ciudad Real, la 'Tubería Manchega'.]
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-Sí, hay seis derivaciones. Pero se habrá dado cuenta de que en ningún otro trasvase hay conflictividad, porque realmente los derechos de los ríos cedentes están priorizados. No es el caso del Tajo.
«La calidad del agua en el Alto Tajo es buena; el problema es la contaminación en el tramo medio»
Falta de depuración
-¿Cree realmente que la cuenca del Tajo no tiene prioridad de usos? La ley garantiza la preferencia de las demandas presentes y futuras de la zona cedente.
-Mire, la ley crea una comisión que tiene un nombre perfecto. Se llama Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura. (Risas). En esta región se han cercenado posibilidades de regadíos. Tenemos problemas no solo en la cuenca del Tajo, sino también en la del Guadiana y el Júcar. Tenemos siete cuencas, incluida la del Segura, que nos afecta de forma evidente. Hemos tenido desarrollos urbanísticos e industriales parados por falta de recursos hídricos.
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«Equilibro sostenible»
-Pero la ley es muy clara sobre la prioridad de la cuenca cedente.
-Han mandado siempre los intereses del Levante, seguramente con mucha lógica. Se ha desarrollado una economía que yo como presidente y como español no puedo desconocer. Ni creo que se venga abajo. Ni nos vendría bien a nadie. Lo único que estoy planteando es un equilibrio que dé paso a un escenario sostenible. En esta fase de diálogo y discusión creo que vamos en la dirección correcta, y que al frente de las comunidades autónomas estamos gente con ganas de hablar, porque llegará un momento donde el populismo territorial, que en España es ya general, se puede adueñar de la política.
-Ha mencionado la Comisión de Explotación, pero existe una ley anterior sobre el Aprovechamiento Conjunto del Acueducto Tajo-Segura que tenía un amplio listado de todas las obras hidráulicas que había que hacer en la cuenca cedente.
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-Que no se han hecho...
-¿Qué cree que ha pasado durante más de 40 años para que no se hagan?
-Ha podido el Levante. La capacidad emprendedora de su sector agroalimentario ha generado una dinámica que se ha trasladado al ámbito de la política. Nadie en Murcia y Valencia, aunque piense otra cosa, habla en contra del Trasvase, porque se impone una realidad económica, social y laboral que yo no solo entiendo, sino que respeto. En Murcia, Valencia o Alicante, cuando hay un problema de agua sale mucha gente a protestar. Es más normal que salga la gente a protestar por el agua que dejan de recibir, que en los sitios donde el agua nunca ha llegado. En las miles de hectáreas que no se han podido poner en regadío o los pueblos lastrados por la carencia de agua. El debate habría cambiado por completo de signo si en Madrid hubiera habido problemas de abastecimiento.
-El Trasvase ha sufrido sucesivos recortes. Se fijaron 240 hectómetros no trasvasables en la cabecera, que luego aumentaron a 400. Ahora se plantea el cambio de la regla de explotación, al que seguirá la fijación de los caudales ecológicos en el Alto Tajo, Toledo y Talavera. Con todo esto, ¿piensa que hay que ir más allá?
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-Son avances en la buena dirección, pero no significan un cambio estructural ni de inercia. Ojalá pudiéramos plantear una agenda de reconversión como en el sector industrial y energético. Antes era un problema de precios, como ocurrió con la energía eólica y solar, porque eran caras, pero hoy son rentables. Es lo que va a terminar pasando con la desalación.
«Deseo reunirme con López Miras, Ximo Puig y Moreno; hay que distribuir el agua de otra manera»
Un conflicto eterno
-El plan del Tajo vigente señaló unos caudales mínimos en Aranjuez, Toledo y Talavera, aunque la realidad demuestra que la media anual es superior, según los balances. Sobre esta base, se argumenta en el Levante que ya hay suficiente caudal, sobre todo en el Alto Tajo, y que no está justificado incrementarlos.
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-Vamos a ver. Estamos discutiendo por chucherías. Ni siquiera la previsión más alta de caudal ecológico sería entendida como tal en Alemania o Francia. Discutimos casi por la pedrea del agua. Se fijan unos caudales ecológicos como consecuencia de que este Gobierno de Castilla-La Mancha reclamó ante los tribunales y los tribunales han obligado por ley.
Depuración pendiente
-Los presidentes López Miras y Ximo Puig, a través de sus consejeros, proponen que acuda a los fondos europeos de recuperación para depurar las aguas del Tajo que llegan de Madrid. Solicitan que se actúe en origen.
-Bueno, el origen del río es limpísimo. Cuando nace.
-Me refiero al problema de la depuración, que aún no se ha solucionado.
-Es un buen debate. Si hablamos de precios, los españoles deben entender que el agua del Trasvase se paga entre todos. Es un precio híper subvencionado. No me importaría que se aplicara a la desalación. La calidad en el Alto Tajo es buena, por supuesto. Pero lo que no se puede consentir durante más tiempo es una cloaca a su paso por Toledo y Talavera. Y hemos tenido gente abastecida con cisternas donde sale el Trasvase. Ahora, el Estado ha puesto 40 millones para arreglarlo. Nosotros depuramos bastante más de lo que se depura en el Mar Menor.
-La ministra Teresa Ribera dijo en presencia de usted que es necesario acometer una labor importante de depuración.
-Habrá mucho dinero europeo para depuración. En el Jarama, que siempre ha sido un río secundario, es donde caen todas las aguas de Madrid. Y es tres veces más del caudal que se queda en el Tajo. El río se recupera a partir de Gredos. Pero hasta entonces tenemos cientos de kilómetros en alerta ambiental y poblacional.
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-Es difícil de entender que después de tantos años no se haya solucionado la red de suministro en algunos municipios. Visto desde fuera, llama la atención que esté todavía sin resolver.
-Y los que menos han invertido en obras son los que más han trasvasado. Las obras de canalización dependen de las confederaciones hidrográficas y es evidente que este no es un problema de compensaciones. Si habláramos de compensaciones de verdad, estoy dispuesto a que todo el dinero que se dice que se ha pagado por el agua lo devuelva el Estado a cambio de que se acabe el Trasvase. Si el problema es la compensación que se paga, dejamos de recibir compensaciones y se acaba el Trasvase.
«En dos años se trasvasa lo que ocupa el Mar Menor; no se puede cortar el flujo de un día para otro»
Incidencia en el levante
-El Gobierno de Castilla-La Mancha le ha ganado pulsos importantes al Ejecutivo de la Nación en temas medioambientales, como el trazado de la autovía de Valencia protegiendo las Hoces del Cabriel, o el Parque Nacional de Cabañeros, algo espectacular. Pero choca que estos otros problemas sigan pendientes.
-Son de largo recorrido...
-¿Asociar esos problemas al Trasvase sirve políticamente de argumento para denostar el acueducto, para echarle la culpa?
-No. Son batallas muy diferentes. Problemas diferentes. Ahora, si usted me dice que es un problema de fuerza política, eso quiere decir que hoy la fuerza del gobierno de Murcia o del Levante va a menos porque evidentemente el Gobierno de España está cambiando algunas decisiones. Está reduciendo las cuotas trasvasables. ¿Es una batalla que va ganando poco a poco Castilla-La Mancha? Yo tampoco saco esa conclusión. No es un problema de fuerzas políticas ni de testosterona. El viento sopla en contra de los trasvases.
-Aún se está lejos de desalar los 400 hectómetros anuales que pretende el Ministerio. Existe gran coincidencia, oficial y técnica, de que este recurso tiene un coste muy elevado para la población y los regadíos.
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-Es más alto, aunque mucho menor que al principio, como ocurría con la energía solar y eólica. La desalación terminará siendo más asequible porque está cambiando tecnológicamente.
-¿Cree sinceramente que es una alternativa madura?
-Y yo le pregunto a usted... El precio del agua del Trasvase es intervenido, es un precio político. Ya sabe lo que se paga en el regadío en España. No digo en Murcia, en toda España.
«El agua ya no da votos»
-¿Conoce que el precio más caro que se paga por el agua de riego en España es el que abonan los usuarios del Tajo-Segura? En España hay regadíos que apenas pagan el agua; un canon de regulación o tasas casi residuales.
-La verdad es que en España ya hemos perdido la costumbre de realizar estadísticas solventes, de manera que cada uno tiene las suyas. Seguramente le llevarían la contraria muchísimos. Si el problema es de bolsillo, nos podemos poner de acuerdo más fácilmente.
-A veces se da a entender que se quiere secar un río, cuando la realidad es que se trasvasa una media de 310 hectómetros anuales. La cabecera del Tajo tiene ahora más recursos que toda la cuenca del Segura junta. Más de 800 hectómetros frente a 530. ¿Hay más ruido con el agua y no conviene entrar en la realidad de las cifras?
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-El problema que vive el Tajo Medio no es una invención.
-No me refiero a invenciones, sino de poner en contexto.
-No es una ficción política. Esto ya no da votos a nadie. La gente está harta de guerras y de controversias. Conviene cuanto antes ponerse de acuerdo para anticiparse a lo que nos va a resolver el clima. En cuanto al Trasvase, cuando se pidió financiación a un banco alemán se dijo que se iban a trasvasar 1.000 hectómetros al año. Nunca hubo ese agua. Dos terceras partes de toda la infraestructura es ineficiente. Se justificó fraudulentamente.
«Quienes más me abroncan son mis compañeros del Levante; defendemos justo lo contrario»
Debate en el PSOE
-¿No cree que se puede hacer una lectura a la inversa? ¿Que la población se abastece y que el regadío del Levante está funcionando con casi la mitad de los 600 hectómetros previstos en la primera fase del Trasvase?
-Hoy estamos en una involución. Queda esto, y cada vez menos. Nunca se ha cumplido con la previsión porque no lo ha permitido el cielo. Lo que digo es que el Levante no podría dormir con tranquilidad dependiendo de la cabecera del Tajo. Y sabiendo que ningún partido va a admitir en España un nuevo trasvase.
Contactos con Puig y Conesa
-En Murcia, Comunidad Valenciana y Andalucía está creciendo una alianza, un frente a favor del Trasvase. El Círculo por el Agua se está movilizando. ¿Qué opina de esta situación?
-Respeto todas las expresiones de intereses. Son legítimas y razonables. Lo que pasa es que los dirigentes políticos estamos para dar soluciones. Yo no he ido a ninguna manifestación antitrasvase como presidente. Mi papel es otro. Debemos configurar una propuesta a medio y largo plazo con el Gobierno de España. Mi región es muy solidaria con el agua y sin duda tenemos nuestras propuestas políticas, pero aquí nadie se ha planteado hacer ningún tipo de atropello constitucional o legal. Si tenemos algún problema, lo reclamamos en los tribunales. Aún estamos pagando un Memorándum de vergüenza que fue un 'conchabeo' entre dirigentes del PP. Pero también le digo que la gente que más me abronca y con los que más discuto internamente son los dirigentes del PSOE de Murcia, Valencia y Andalucía. Muchísimo. Hablo con todo el mundo.
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-No se ponen de acuerdo.
-No, no. Ximo Puig y Diego Conesa por un lado, y yo por el otro, pensamos exactamente lo contrario en esta materia. Lo llevamos con relativa normalidad.
«Sería mejor otro mes de estado de alarma»
- Las elecciones de Madrid han generado un clima muy crispado. ¿Cree que es coyuntural o una tendencia preocupante?
- La única preocupación tiene que ver con la violencia, que la superamos ganando a ETA, y con la ruptura constitucional. Los independentistas. No me preocupa tanto la crispación en Madrid como la superficialidad de los debates políticos en España en conjunto. Hay que ser más serios. En España nos gusta hacer política como en las discotecas, con la música muy alta.
-Usted se significa por decir lo que piensa. Es una voz en su partido que a veces no agrada en Ferraz y La Moncloa.
-Muchas veces...
-¿Cree que el PSOE debe cambiar de estrategia?
-Obviamente es mucho más cómodo bailarle el agua a los que están en Madrid. Pero no es ahora, con Pedro Sánchez. He mantenido posiciones críticas en la época de un buen amigo como Rubalcaba, también con Zapatero y antes con Felipe González, a quien era muy difícil llevarle la contraria por la fuerza de su liderazgo. Sí, cuesta muchos disgustos tener criterio, pero me costaría mucho más no tenerlos. Prefiero gente con criterio y dispuesta a discutir que sin el, o que cambie de criterio cada dos por tres. Eso sí que es un mal para el país.
-¿Opina que las elecciones de Madrid van a ser un test importante para el PSOE?
-No. Tampoco creo que, si hubiera sorpresas y pudiera gobernar Gabilondo, que es admirable, eso significara que te daría las elecciones generales. Ni al contrario. Creo que en España la mayoría de gente vota con bisturí.
-¿Cómo ve el fin del estado de alarma, el día después?
-Pienso que si tenemos un mes más de cobertura constitucional sería mejor para todos. Pasaríamos del estado de alarma al estado de esperanza. Pero creo que no se va a mantener.
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