«Antes se ligaba más en los cines de verano porque era sesión continua»

José Herrero Peñalver es de Murcia capital y desde el año 1978 viene dedicándose a trabajar en las salas de cine. Un familiar le introdujo en este oficio en Torrevieja. Ha trabajado en los cines Rex y con los hermanos Sabater, de Cabezo de Torres. Hace doce años se hizo cargo de los cines de verano de Murcia y ahora se jubila.

-¿Por qué cerraron los cines de verano de las pedanías?

-Simplemente porque no asistía la gente y traer las películas salía caro. Las gentes poco a poco iba saliendo fuera, no se quedaban en los pueblos. Cabezo de Torres, El Palmar, La Alberca, en Santa Cruz y en El Raal, hasta en La Ñora llegó a haber dos cines de verano. Prácticamente todas las pedanías disponían de cine de verano.

-¿Y en Murcia capital?

-Estaba la terraza de verano, donde después se instaló el Cinema Iniesta del barrio del Carmen; el Cine Imperial que era del colegio de San Antonio, en la calle Vinadel; también el Murcia Parque, que siempre ha existido; en la plaza de toros, y el cine del jardín de Fofó desde el año 1994 que empezó a funcionar como terraza de verano y como auditorio cuatro años antes.

-¿Qué cines de verano han tenido mejor aceptación?

-El del jardín de Fofó, porque está en el barrio de La Flota y Santiago y Zaraiche. Al Murcia Parque la gente tiene que desplazarse, además del problema de aparcamiento que siempre ha tenido, aunque ahora ya está resuelto este tema; mientras que el del jardín de Fofó siempre ha tenido mejores aparcamientos.

-¿Quiere decirse que el cine en barrio funciona mejor?

-Sí, de siempre. El cine de verano ha servido para ir a ver los éxitos cinematográficos de temporada que en su momento no pudieron verse por parte de los padres o de los miembros adultos de la familia, por diversas circunstancias familiares, como el trabajo o la atención a los hijos; además, el de verano es mucho más barato. También ahora se proyectan estrenos porque hay más competencia.

-¿Qué comodidades ofrece un cine de verano?

-Puedes llevarte la cena al cine, comer pipas. Por once euros tienes la entrada, un bocadillo, un refresco y una bolsa de pipas, y además todos los días, no hay días de descuento especial, todos son económicos. Puede ir la familia al completo y los niños pagan a partir de los cuatro años de edad, aunque a veces preguntan que si los niños pagan y cuando les dices a partir de qué edad te dicen que tiene tres años y medio, pero tú te das cuenta que el niño hace tiempo que hizo la Primera Comunión.

-Y puedes contemplar hasta la Luna&hellip

-Efectivamente, el fresco es totalmente natural, si te quedas a ver las dos películas que se proyectan, terminas sobre la 1.30 horas de la madrugada y con la humedad de la noche tienes que ponerte una rebeca.

-¿Dónde se liga más, en el de invierno o en el de verano?

-Antes, en el de verano, porque era sesión continua. Las mujeres se llevaban alfileres por si te acercabas mucho a la silla. Hoy se liga en cualquier sitio, aunque el cine de invierno está más cerrado y es más discreto.

-¿Cuáles son los principales problemas para que siga yendo el público?

-Simplemente que vayan a ver las películas, aunque hoy cualquier estreno antes de que salga a la luz ya los tenemos en los 'top-manta'. La crisis está afectando muchísimo a este sector.

- ¿Se podría rebajar aún más el precio?

-No se puede rebajar más, es imposible. Las películas van a porcentaje y es alto, te cuesta como mínimo un 60%; por eso hoy predominan los minicines. El Cine Rex para funcionar precisa de cinco personas como mínimo y en los minicines que tienen muchas salas funcionan con el mismo personal y desde un ordenador controlan todas las proyecciones.

-¿Cuánto personal necesita usted en un cine?

-La taquillera, el portero y el encargado de la proyección, además del personal de limpieza, más el encargado; es decir, también cinco personas, y eso que no tienes acomodador.

-¿Qué películas son las más clásicas para el verano?

-Lo mejor para el verano son las películas cómicas. La gente tiene ganas de estar entretenida, no pensar en nada, despreocuparse y relajarse. Ahora predominan las de ciencia ficción y no a todo el público les gusta.