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Las dos banderas del Paso Blanco, a su salida de la Capilla del Rosario, donde aguardaban los blancos el inicio del Anuncio. :: PACO ALONSO / AGM
LORCA

Primer arrebato de pasión bicolor

Azules y Blancos anunciaron ayer su participación en los próximos Desfiles Bíblico Pasionales

T. M. M.

Lunes, 4 de abril 2011, 11:38

Ya estamos otra vez en esta marea de vítores, clamores, pañuelos y ese no sé qué. Repintando de blanquiazul cada rincón de la ciudad, despojando del temporal olvido los emblemas, chapinetas y prendas identificativas. Ya estamos otra vez envueltos en ese halo tan lorquino que huye de la racionalidad. Las dos cofradías mayoritarias, Paso Azul y Paso Blanco, celebraron ayer los tradicionales actos con los que anuncian su participación en los Desfiles Bíblico Pasionales y la proximidad de los mismos. Apenas faltan quince días y los cronómetros hace ya muchas semanas que comenzaron la cuenta atrás en las sedes de los Pasos y en el ánimo de los que en ellas trabajan para posibilitar, un año más, el inigualable hecho histórico y religioso que es la Semana Santa lorquina.

La falsa imparcialidad que durante el verano y el invierno mantienen las calles del entorno de las iglesias de Santo Domingo y San Francisco se rinde en primavera. La bipolaridad ha empezado a impregnarlo todo desde el mismo momento en que cientos de azules y blancos se echaron ayer a la calle para festejar que la fiesta por excelencia de la ciudad viene de camino.

Azules y Blancos se repartieron una jornada que para los primeros comenzó a mediodía en la calle Nogalte. Aún no eran las doce cuando los más madrugadores empezaron a colocarse frente a la casa del Paso. Poco a poco toda la calle se iba llenando de corazones que aguardaban el momento.

Desde la cuesta de San Francisco comenzaban a escucharse los sones de los tambores y las cornetas. Estaba claro, el primero que rompiera el hielo con un «¡viva el Paso Azul!» desencadenaría un no parar. Así fue, tras los gritos llegaron 'Las Caretas', el himno oficial, después la recogida de las banderas, la formación de la junta directiva, y la primera comitiva escoltando a un pendón que encabezó el Anuncio azul por las calles del centro de la ciudad.

Media tarde de tregua hasta pasadas las 20.30 horas, aunque muchos minutos antes en el entorno de Santo Domingo, sede blanca, ya retumbaban los tambores y los gritos de «¡Viva el Paso Blanco!».

'El Tres', el himno oficial, provocó, una y otra vez, una ola de pañuelos blancos al aire reclamando el inicio del Anuncio, la efervescencia de los sentimientos contenidos durante meses, el principio de un periplo en el que el pueblo blanco vivirá momentos imposibles de acotar en palabras. Pero eso está por venir.

El Anuncio blanco fue el punto y final a un día que para los cofrades y seguidores comenzó a las 12.30 horas con la misa solemne en honor al Cristo de la Oración en el Huerto. Posteriormente se celebró una comida de hermandad para recaudar fondos para el taller de bordados, y por la tarde, se entregaron las crucetas, ante la Virgen de la Amargura, a todos los mayordomos blancos que lo han solicitado este año.

Ahora ya no hay marcha atrás ni se quiere. Se prevén días de todo, porque ya estamos otra vez a las puertas de otra etapa blanquiazul para la historia.

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