Trabajo en red para romper con la transmisión de la pobreza infantil

La infancia y la adolescencia son dos etapas vitales muy importantes. En estos años, los más pequeños de la casa forjan su carácter, sus gustos y su visión del mundo y dan los primeros pasos de un camino que marca quiénes serán en el futuro. Para acompañarles en este trayecto, Fundación 'la Caixa' inició en 2007 el programa CaixaProinfancia, que se ha convertido en un compañero de viaje esencial para muchos de ellos.

La iniciativa, destinada a familias con menores de entre 0 y 18 años en situación de vulnerabilidad social, busca romper el círculo de la pobreza que se transmite de padres a hijos y ofrece a los más pequeños oportunidades de futuro. En este sentido, el programa CaixaProinfancia trabaja para favorecer el desarrollo de las competencias de la infancia y adolescencia que permitan su integración social y su autonomía; promover su progreso social y educativo; desarrollar un modelo de acción que contribuya a la mejora de sus oportunidades y, por último, contribuir a sensibilizar y movilizar a la sociedad en la erradicación de la pobreza infantil.

Todo ello se engloba en cinco líneas de trabajo: refuerzo educativo, educación no formal y tiempo libre, apoyo educativo familiar, atención y terapia psicosocial y promoción de la salud.

«La pobreza hereditaria pone de manifiesto que los menores se ven afectados por el contexto que tiene la familia, lo que puede perjudicar sus oportunidades educativas», resalta la responsable de ciudad de CaixaProinfancia, Alicia González, una idea que comparte la responsable del programa en Murcia, Beatriz Sáez, que hace hincapié en que «los estudios demuestran que la pobreza se hereda y se cronifica. Por eso el eje principal de CaixaProinfancia es socioeducativo, porque entendemos que además de todo el apoyo que reciban los progenitores de las familias, el trabajo principal e integral es con los menores».

La iniciativa de Fundación 'la Caixa' tiene como punto clave el trabajo en red. Las entidades sociales y los organismos públicos (ayuntamientos, escuelas, centros de salud y servicios sociales, entre otros) hacen equipo, se organizan y se coordinan para dar una respuesta global e integral a las necesidades de los niños y sus familias, por lo que la valoración de cada caso, el plan de trabajo con los objetivos específicos, el seguimiento y la evaluación se hacen de manera conjunta entre las partes implicadas. «El éxito del proyecto radica en esto. Llevamos a cabo un modelo de intervención que permite aunar esfuerzos e ir todos en la misma línea, estableciendo objetivos en el territorio a lo largo del tiempo. Se invita a todos los agentes del territorio a que se puedan implicar en la mejora de las condiciones de vida de los niños en situación de vulnerabilidad», subraya la coordinadora de la Fundación Secretariado Gitano en la ciudad de Murcia, Censi Parra.

Para asegurar esa coordinación todos los miembros tienen reuniones frecuentes que permiten conocer la situación actual y adecuar CaixaProinfancia a las necesidades reales del entorno.

En la Región, el programa comenzó a funcionar el mismo año de su constitución únicamente con dos redes territoriales, pero desde 2016 está conformado por once enmarcadas entre la ciudad de Murcia (7), Lorca (2), Alcantarilla y Molina-Alguazas. Dentro de ellas trabajan las entidades sociales Plena Inclusión Murcia, Columbares, Copedeco, Coordinadora de Barrios, Cruz Roja Lorca, Inter Murcia FutSal, Asociación Amigos de la Danza, la Chimenea Escénica, Cáritas, Fundación Secretariado Gitano y Cepaim, estas tres últimas además coordinadoras del programa en la Región.

Dentro de la ciudad de Murcia, una de las redes existentes es la de Cabezo de Torres, dirigida por la coordinadora Conchi Fernández, que engloba esta pedanía y Espinardo, Puente Tocinos y El Puntal. Al igual que en el resto, las familias y los menores participantes pasan, antes de entrar, por una entrevista personal en la que se analizan sus necesidades concretas y se establecen planes de trabajo individualizados adaptados a cada caso, tras lo que se seleccionan aquellas actividades más útiles para estos pequeños.

Entre aquellas a las que pueden acceder en esta red destacan las centradas en el refuerzo educativo, con grupos que no superan los cinco niños; el ocio, tanto deportivo y cultural como participativo, en el que se fomenta su implicación en el entorno que los rodea; atención psicoterapéutica para los menores y sus familias; talleres maternoinfantiles y familiares o, en épocas estivales, escuelas urbanas de verano y campamentos, entre muchos otros.

El buen hacer de todas las entidades sociales que conforman estas redes está avalado por las cifras. De 2007 a 2020, CaixaProinfancia ha atendido en la Región a 19.870 menores y 10.730 familias gracias a la inversión de más de 51 millones de euros. Estos datos no muestran, sin embargo, el beneficio emocional que el programa ha dejado en las personas que forman parte de él. Para Conchi Fernández, la labor que estas entidades realizan no es una ayuda «sino un acompañamiento continuo» un punto de vista al que Censi Parra añade: «Solo podemos conseguir actuaciones de éxito si escuchamos a la personas y trabajamos juntos de la mano».