Los usuarios realizan un taller de estimulación cognitiva acompañados de una profesional del centro. Acifad
Especial | Acción solidaria

Terapias multidisciplinares para luchar contra los estragos de la enfermedad

Acifad dirige 'Terapias del siglo XXI', un proyecto con el que intenta mejorar la calidad de vida de los enfermos de alzhéimer y demencia y de sus familias

Bea Martínez

Cieza

Lunes, 17 de julio 2023, 00:45

La memoria es todo lo que somos. A lo largo de los años, el cerebro almacena recuerdo tras recuerdo, generando un mapa mental que acaba configurando lo que hemos sido, lo que somos y, en buena medida, lo que llegaremos a ser. Si estos recuerdos configuran quien se es, perderlos por enfermedades como el alzhéimer o la demencia supone un duro golpe que cambia por completo tanto las vidas de aquellos que reciben el diagnóstico como la de sus allegados, que deben ahora transitar las consecuencias de la enfermedad.

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Apoyarles en este camino es el principal objetivo de la 'Asociación ciezana de familiares de personas con enfermedad de alzhéimer y otras demencias', Acifad. La entidad se constituyó en 2001 «ante la insuficiencia de recursos sociosanitarios en Cieza», indica su actual directora, María del Carmen García. Estas más de dos décadas han dado para mucho. Hoy, la entidad cuenta con 400 socios que se benefician de numerosos servicios. Acifad dispone de centro de día, estimulación cognitiva presencial y a domicilio, rehabilitación física, asesoramiento, talleres de musicoterapia, arteterapia y laborterapia y servicio de transporte, entre otros.

En esta amalgama de actividades hay un proyecto que destaca sobre los demás y que lleva años desarrollándose. 'Terapias del siglo XXI' es una iniciativa que está conformada por talleres de estimulación cognitiva y fisioterapia que intentan «mantener la autonomía personal del paciente y mejorar su calidad de vida», reseña la coordinadora del proyecto y trabajadora social de Acifad, Nuria Ros. La buena trayectoria de la iniciativa y su carácter estratégico para los pacientes de Cieza y la comarca de la Vega Alta del Segura dio lugar a que el año pasado fuese elegida por Fundación 'la Caixa' en su Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales, lo que ha permitido que siga su curso un año más.

Plan individualizado

'Terapias del siglo XXI' cuenta para su realización con un equipo de profesionales multidisciplinar, conformado por una trabajadora social, una fisioterapeuta, una psicóloga y una auxiliar de enfermería. En primer lugar, se realiza una entrevista personal mediante la que los expertos de Acifad conforman un plan terapéutico individualizado para cada usuario, teniendo en cuenta tanto sus necesidades como sus preferencias. «Trabajamos con un modelo de atención centrado en la persona. No hay dos pacientes iguales y por eso necesitamos conocer a cada uno para saber qué preferencias tiene y enfocarnos en su proyecto de vida», indica Ros.

Nuria Ros: «Trabajamos conun modelo deatención centradoen la persona»

Una vez conformado este plan, asisten al centro de lunes a viernes de 9.30 a 13.30 horas, donde reciben terapias no farmacológicas tanto de forma individual como grupal. Entre las actividades que realizan, se llevan a cabo talleres de memoria y de percepción en los que mediante fichas y medios audiovisuales se intenta estimular cognitivamente a los participantes. Por su parte, la fisioterapia es también un aspecto clave, porque aunque el síntoma más conocido del alzhéimer y la demencia es la pérdida de memoria, conforme avanza la enfermedad «la marcha también se ve afectada. Van perdiendo libertad y calidad de movimiento», recalca la fisioterapeuta del proyecto, Cristina Quijada. Por ello esta profesional trabaja con los pacientes en tres fases. En la primera de ellas se incita al movimiento activo, en la segunda se les ayuda a que se muevan y la última fase es pasiva, «porque ellos ya no son autónomos», indica Quijada.

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Falta de recursos

Estas terapias no pueden frenar ni la demencia ni el alzhéimer, pero buscan el beneficio de los pacientes, intentando sortear, el máximo tiempo posible, la pérdida de calidad de vida del enfermo. Pese al valor que tienen estas actividades, las asociaciones son en la mayoría de casos la única forma que tienen las familias para acceder a ellas, pues realizarlas de forma privada supone un coste económico muy alto que pocos hogares pueden sufragar.

«Igual que se nos manda una rehabilitación cuando tenemos mal el hombro, se les debería mandar también estas terapias para mejorar su bienestar», comenta Nuria Ros, una opinión que comparte la directora de Acifad, quien además reclama «una atención sanitaria más especializada y mayor cantidad de plazas de residencias y centros de día para personas con estos diagnósticos, porque la población está más envejecida y es evidente que cada vez va a haber más incidencia de alzhéimer y demencia».

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Cuidar al cuidador

La enfermedad no solo golpea al que recibe el diagnóstico, sino a todo su entorno. De pronto, las personas allegadas cambian su rol de familiar por el de cuidador y a partir de entonces su vida se queda en pausa para pasar a ser el apoyo del afectado por un tipo de enfermedad degenerativa que aún no tiene cura. Esto provoca un desgaste físico y mental que se agrava con los años y que en Acifad también tienen en cuenta, «porque las familias muchas veces son las grandes olvidadas», lamenta María del Carmen García. Por ello, se les ofrece asesoramiento, servicio de respiro familiar, grupos de apoyo, ayuda psicológica y fisioterapia, entre otros servicios. Por otro lado, la formación es otra de las prioridades de la entidad, que realiza cursos en los que ayuda a los cuidadores a saber qué esperar, a atender a la persona que cuidan y a estar preparados para el camino que les queda por transitar.

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