Colón redescubre Barcelona

De momento, solo las palomas, que la acribillan sin piedad defecando sobre su cabeza, pueden con la estatua de Colón en Barcelona. La propuesta del grupo municipal de la CUP de retirar el monumento que se levantó en 1888 se ha quedado en agua de borrajas y no pasará el corte del próximo pleno municipal. Y por tanto, el dedo de Colón seguirá señalando la dirección del Nuevo Mundo desde la columna de 60 metros que se yergue al final de la Rambla, junto al puerto, y que representa uno de los iconos de la ciudad, como la Sagrada Familia, el parque Güell o la Pedrera.

La CUP ha presentado una iniciativa, que se debatirá y votará el viernes en el Consistorio barcelonés, que pretende retirar el monumento y poner en su lugar un «símbolo de la resistencia americana contra el imperialismo, la opresión y la segregación indígena, como alguien relacionado con el poder negro», según el concejal de la CUP Josep Garganté. Los anticapitalistas han decidido llevar al extremo la revisión de la Historia y de la simbología, que está en pleno debate en Barcelona, después de que el Ayuntaniento haya iniciado una 'desborbonización' de la ciudad, y creen que la estatua de Colón debe salir de la capital catalana porque se trata de un monumento que glorifica a un «esclavista». La izquierda radical independentista propone también retirar la estatua de Antonio López y López, el primer marqués de Comillas, que tiene un monumento junto a la Cámara de Comercio. «Antonio López era un esclavista, pero Colón también», dijo Garganté.

El teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, aseguró por su parte que la estatua «no se moverá de su sitio». «Queremos recuperar la memoria abolicionista, pero no quitar estatuas», afirmó el número dos del Ayuntamiento de Ada Colau. ERC también se desmarcó, aunque abrió la puerta a estudiarlo más adelante, mientras que CiU y el resto de formaciones votarán en contra.

Pero no toda la CUP es partidaria de quitar al almirante. Jordi Bilbeny, investigador que dirige el Instituto de la Nueva Historia y que además es miembro de la CUP, mantiene que Cristóbal Colón era catalán y que la Pinta, la Niña y la Santa María no partieron de Palos (Huelva), sino de Pals (Gerona). Bilbeny pidió a sus correligionarios que reconsideren su propuesta, ahora que a su juicio ha conseguido «demostrar que Colón era catalán» y que en realidad se llamaba Joan Colom i Bertran.

La CUP ha emprendido una cruzada para borrar cualquier símbolo que vincule históricamente a Cataluña con España y, además de las estatuas de Colón y López, pretende arriar todas las banderas españolas en edificios públicos de Barcelona, así como los símbolos monárquicos, y se propone declarar día laborable el 12 de octubre.

Diseñada por Rafael Atché, la estatua de Colón se levantó con motivo de la Exposición Universal que se celebró en Barcelona en 1888. El Ayuntamiento quiso homenajear al marino genovés, que a su regreso del primer viaje a América fue recibido por los Reyes Católicos en la ciudad condal. En el interior de la columna que aguanta la estatua se instaló el primer ascensor de Barcelona, hoy, atracción turística.