Sofía, llorando, mientras es conducida por dos guardias civiles hacia el juzgado de guardia de San Javier en marzo de 2019. J. M. RODRÍGUEZ / AGM

El buen nombre de Esteban

El vídeo tomado por un hombre que fue víctima de un crimen en San Pedro del Pinatar en 2019 confirma que no trató de agredir a su mujer

Ricardo Fernández y carlos mirete

Miércoles, 13 de octubre 2021, 00:57

Esteban Patricio perdió su vida, pero al menos logró salvar su buen nombre. Hacia las dos de la tarde del 21 de marzo de 2019, Sofía R., de 28 años y nacionalidad ecuatoriana, telefoneó al 112 e informó de que acababa de acuchillar en el cuello a su esposo, en el transcurso de una fuerte bronca conyugal. Explicó que este había arremetido contra ella, tratando de golpearla, por lo que había tenido que defenderse, con ese trágico resultado. Una versión que quién sabe si le habría servido para eludir la prisión, pero que sin duda le habría granjeado más de una muestra de comprensión y hasta de solidaridad.

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El problema estribaba en que Esteban había grabado todo el incidente, e incluso su propia muerte. Buscando protegerse de una posible acusación de violencia de género –ella repetía que le iba a denunciar por haberla drogado–, el varón activó la cámara de su teléfono móvil. Y así registró no solo la discusión, sino incluso el forcejeo final con el que trata de arrebatarle el cuchillo para que ella no se autolesione, y la forma en la que, una vez herido de muerte en la carótida, acaba desplomándose, inerte, sobre el suelo de la cocina. Sofía era consciente de que esa grabación se interponía entre su coartada sobre los malos tratos y la verdad y por eso la emprendió a golpes con el aparato, antes de la llegada de la Guardia Civil, hasta dejarlo totalmente inservible.

Fue más tarde, al ser interrogada ya en dependencias judiciales, cuando la mujer cambió su versión –seguramente bien aconsejada por su letrado–, ante la toma de conciencia de que destruir el móvil no garantizaba que la grabación fuera imposible de rescatar. De manera que acabó afirmando que el pinchazo mortal se produjo de forma accidental, mientras ella empuñaba el arma blanca y forcejeaba con su marido.

«Tengo que grabar para que se demuestre que no te estoy haciendo nada», adujo el varón cuando su esposa le instó a apagar la cámara del móvil

Dos minutos y 16 segundos

A lo largo de dos años y medio, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de San Javier, que asumió la investigación de este crimen, ha permanecido a la espera de que los especialistas del laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil le remitieran los resultados del análisis del teléfono de Esteban: un Huawei L09, del que finalmente han logrado extraer el vídeo que recoge la secuencia del suceso. Un documento al que ha tenido acceso LA VERDAD y que por respeto a los protagonistas y a sus familiares no será difundido.

A lo largo de sus dos minutos y dieciséis segundos de duración, las imágenes recogen el intento de Esteban de marcharse de la vivienda y los esfuerzos de su esposa por retenerlo a toda costa. Esta es la transcripción completa de la grabación.

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–Sofía: Entra.

–Esteban: No voy a entrar.

–Sofía: Voy a llamar a la Guardia Civil.

–Esteban: Llama a la Guardia Civil. Yo me voy.

–Sofía: No.

–Esteban: Yo me voy.

–Sofía: ¡No!

–Esteban: ¡Déjame!

–Sofía: ¡No...! Pues te voy a denunciar, que tú me drogaste. Vamos a hablar

–Esteban: Sí. ¡Suéltame, suéltame! No voy a entrar, no voy a entrar (forcejeando con la mochila). Yo vine acá para estar hablando.

–Sofía: ¡No grabes!

–Esteban: Eso es lo que tengo que hacer para que se demuestre que no estoy haciendo nada.

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–Sofía: Dije que me lo des porque te encontré cosas en el móvil.

–Esteban: Ya te lo di. ¡Déjame que me vaya!

–Sofía: ¡Di por qué te fuiste a Estados Unidos! ¡Dilo!

–Esteban: Porque me porté mal y me fui; ya está

–Sofía: ¡Dilo, dilo!

-Esteban: Porque no lo recuerdo. ¡Déjame!

–Sofía: ¿Cómo que no lo recuerdas? (El chico va a explicarlo, pero ella le manda callar chistando y llevándose el dedo a los labios).

–Esteban: Lo siento, pero me voy de aquí.

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–Sofía: ¡Dilo, dilo! (Ella coge un tarro de lentejas que lleva Esteban en la mochila y lo rompe en el descansillo de las escaleras. Después entra en casa y comienza a llorar y a gritar). ¡¡¡No lo entiendo, no lo entiendo!!!

–Esteban: (Ve que ella tiene un cuchillo y que hace ademán de cortarse las venas. Intenta evitar que se autolesione).

–Sofía: '¡Hijueputa!' ¡Suéltame, suéltame!

–Esteban: ¡Para, para!

–Sofía: ¡Suéltame, suéltame!

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–Esteban: ¡Para, estás mal!

–Sofía: ¡Suéltame la mano, me drogaste y todo!

–Esteban: ¡No te drogué!

–Sofía: ¡Dame el puto móvil!

–Esteban: ¡No, no...! (El último no es más un grito ahogado. A continuación se desploma y no se ve ni se oye nada más).

Esteban y Sofía, en una foto tomada dos años antes del crimen.

Cada cosa en su sitio

Esta prueba, que ha venido siendo reclamada con vehemencia por el letrado defensor de Sofía, Melecio Castaño, puede curiosamente jugar a favor de la acusada. Y es que permite constatar que la cuchillada en el cuello se produce durante un intenso forcejeo entre la pareja, sin que las imágenes permitan rechazar que la herida no tuviera un origen accidental. Y aunque también es cierto que deja abierta la posibilidad de que la puñalada fuera intencionada, dolosa y por tanto homicida, lo que parece quedar excluida es la opción de que se tratara de un ataque sorpresivo, traicionero y alevoso, en el que la víctima no habría tenido la menor posibilidad de defenderse. De manera que parece complicado que pueda mantenerse con éxito la hipótesis del asesinato.

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A la vez, ofrece satisfacción a la que se acabó convirtiendo en la última voluntad del fallecido: que nadie pudiera acusarlo gratuitamente de ser un maltratador. Esteban en ningún momento levantó su mano contra su esposa aquella tarde. Al contrario; murió mientras trataba de evitar que ella se hiciera daño. Mientras pretendía salvarla de sí misma.

Castaño: «Hay base para sostener que el suceso fue accidental»

El penalista Melecio Castaño, que dirige la defensa de Sofía Elizabeth R.B., valoró positivamente el contenido del vídeo, ya que en su opinión «permite descartar rotundamente el asesinato» y abre la vía de un apuñalamiento accidental. «Hay base para defender que se trató de un homicidio imprudente, que ella no tuvo intención alguna de causarle la muerte», insistió.

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