La salida en libertad del 'talibán español' pone en alerta a las fuerzas de seguridad
Indalecio Ojeda, con vínculos en Lorca, ha estado considerado durante años uno de los presos más peligrosos y sospechoso de hacer proselitismo en favor del islamismo más radical
La salida en libertad esta semana de Andrés Indalecio Ojeda López, un interno de la prisión de Campos del Río considerado un peligroso proselitista en ... favor del islamismo más radical, ha sembrado la preocupación entre los integrantes de los servicios de Información de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, según han confirmado a LA VERDAD fuentes de toda solvencia. Tanto es así que su marcha del centro penitenciario 'Murcia II' fue seguida de cerca, este martes, por un grupo de agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, especializados en la lucha contra los movimientos extremistas de origen islamista, que temen los movimientos que este ya exrecluso pueda realizar ahora desde su recién recuperada libertad. Aunque nacido en Casablanca (Marruecos) hace 38 años, este hombre, que durante años ha sido considerado uno de los delincuentes más conflictivos de cuantos estaban entre rejas, tiene fuertes vínculos en la Región de Murcia; más concretamente, tiene familia en la zona de Lorca, por lo que no se descarta que pueda optar de establecerse en esta zona del sureste.
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Las fuentes mencionadas indicaron que la excarcelación de Ojeda, conocido desde hace años como el 'talibán español' por su elevado grado de radicalización, responde al hecho de haber purgado por completo las condenas que lo habían mantenido en prisión desde hace largos años.
Su historial delictivo incluye tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, robos con violencia e intimidación, quebrantamientos de condena y hasta el secuestro y tortura a un camello marroquí, a quien –junto a otro delincuente– raptó en 2005 haciéndose pasar por policía y apuntándole con un arma de fuego. Ojeda y su compinche sospechaban que ese hombre les había robado droga y dinero, lo que le valió que lo condujeran a una casa de Beniel, donde le cortaron un dedo pulgar, le dieron descargas eléctricas y le quemaron con una plancha. Lo abandonaron finalmente atado a un árbol.
De su extrema conflictividad dan también pruebas sus numerosos intentos de fuga de prisión, uno de los cuales dio fruto en 2009, cuando se escapó de la cárcel de Castellón tras serrar una reja. Fue arrestado meses después en la pedanía lorquina de La Hoya.
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Un «barbudo» con trato de imán
Este converso al Islam, que en algunas etapas de su estancia en prisión dejó crecer en su rostro una larga barba, también ha llegado a ejercer una gran influencia sobre otros presos de la misma religión, que lo consideraban una especie de imán. Tiempo atrás, incluso, se le vinculó policialmente a una célula yihadista asentada en la Región, aunque no se pudo probar en los juzgados. Pero ello no evitó que en ámbitos policiales y penitenciarios se le acabara conociendo como «el talibán español».
Debido a sus antecedentes, su comportamiento y actitud –«sigue juntándose con los más radicales, con terroristas, con anarquistas...», explicaban a LA VERDAD fuentes penitenciarias hace un lustro–estaba clasificado en el primer grado penitenciario –el más estricto– e integraba el llamado Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), en su apartado 3, que incluye a los reclusos sospechosos de vinculación con organizaciones armadas. Algo que le ha hecho estar intensamente vigilado en prisión y que explica la preocupación de las fuerzas de seguridad ante su excarcelación.
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