Villegas: «La Región no pasará a la fase 1 hasta que lo solicitemos, y no tenemos prisa alguna»

-Las calles se llenaron ayer de deportistas, dando lugar a imágenes similares a las del fin de semana pasado con las familias y los niños. ¿Le preocupa el impacto de esta acumulación de gente en los espacios públicos?

-Ayer ocurrió lo mismo que con los niños; al ser el primer día se produce un revuelo de gente que está deseando salir, pero esto se calmará y se apaciguará. Todo el mundo lleva mucho tiempo confinado y quiere salir, pero hay que hacerlo con prudencia. Creo que es un buen momento para peatonalizar las ciudades. De esta forma, podemos garantizar la distancia de seguridad de dos metros. Espero que los ayuntamientos den espacio a los peatones.

-Con la posibilidad de hacer deporte se inicia la fase 0 de la desescalada. El Ministerio de Sanidad ha anunciado que, a partir del día 11, las comunidades que cumplan una serie de requisitos podrán pasar a la fase 1, en la que ya se permitirá cierto contacto social y la apertura de pequeños comercios. En principio, la Región cumple estos indicadores. ¿Vamos a pasar a la fase I a partir del 11 de mayo?

-Finalmente, el viernes no hubo Consejo Interterritorial de Salud, así que todavía seguimos con la incertidumbre del procedimiento y sin conocer al detalle los criterios para pasar de una fase a otra. En este escenario hay que ser prudentes. Murcia es posiblemente una de las regiones más vulnerables. Primero, porque probablemente el porcentaje de personas inmunizadas sea pequeño -esto lo definirá el estudio de seroprevalencia que hemos iniciado- y, segundo, por las peculiaridades de la Región, con indicadores de movilidad altos, sin duda por el empuje del sector primario, la industria agroalimentaria y el transporte. Vamos a estar muy pendientes del impacto de las medidas de la fase 0, que apenas se ha puesto en marcha, antes de anunciar con rotundidad que tal día pasaremos a la fase siguiente. Para nosotros es fundamental dar pasos adelante con la mayor seguridad y evitar los saltos hacía atrás.

-Mucha gente ha dado por hecho que el día 11 se entrará en la fase 1 en la Región pero, por lo que está diciendo, ¿probablemente no será así?

-Nosotros todavía no podemos anunciar nada, lo veo muy apresurado. No conocemos cuál va a ser el procedimiento ni sabemos cuál es el resultado de esta fase 0. Mi idea es esperarnos a ver cómo evoluciona la situación y, a partir de ahí, ir tomando medidas. Debemos estar atentos a la evolución de la pandemia en las provincias limítrofes. A nuestro juicio, es muy difícil el aislamiento total y debemos evitar un posible efecto llamada. Los alcaldes de los municipios costeros nos manifestaron esta preocupación el viernes. Alicante y Albacete tienen todavía un alto número de casos. No creo que haya que salir corriendo para entrar el día 11 en la fase 1. En el momento en que veamos cuál es el procedimiento y qué hacen la mayoría de comunidades, decidiremos. Vamos a ser muy prudentes. Por nuestras características, un salto hacia atrás puede ser terrible; no estamos protegidos. Ir hacia atrás supondría tener que volver a confinarnos un mes, y la población no lo entendería.

-La Comunidad ha planteado la posibilidad de que entre una fase y otra pasen al menos tres semanas, en lugar de dos, como anunció el Ministerio. ¿Han transmitido esta propuesta? ¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno central?

-El problema es que con la política de comunicación del Gobierno central vamos siempre a remolque. Fuimos al Consejo Interterritorial sin conocer las fases, ni los tiempos ni nada; esa es la realidad. Cuando nos dijeron que el día 11 se pasaba a la fase 1, abriendo los comercios, sin saber todavía cuál es el efecto de la salida de los abuelos y los deportistas a la calle, pues francamente, dijimos que no. Entonces nos explicaron que no se pasa de forma automática, sino que las comunidades tienen que solicitarlo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que, como mínimo, haya 15 días entre una fase y otra, porque ese es el tiempo que puede transcurrir entre que una persona se contagia y presenta síntomas. El ministro [Salvador Illa] nos aclaró que las comunidades podrán dejar pasar tres semanas entre la fase 1 y la 2 si lo prefieren, y que además no se entrará en fase I si no se solicita. Todo el mundo señala a Murcia porque con Canarias cumplimos los criterios, pero ya le dije al ministro que no tenemos ninguna prisa. Cuando estemos seguros, pasaremos de fase.

-En cada fase se prevé una serie de medidas de desconfinamiento. Por ejemplo, en la primera, la apertura del pequeño comercio y de terrazas de bares y restaurantes al 30% de su capacidad. ¿La Comunidad podrá también adaptar estas indicaciones y tomar sus propias decisiones?

-El ministro explicó que los anexos [los documentos en que se establecen las medidas de desconfinamiento para cada fase] no son fijos, sino orientativos. Es decir, las comunidades podemos pasar algunos de esos anexos de una fase a otra. Eso a nosotros nos puede interesar. Ahora hay mucho ruido con la hostelería porque, para muchos establecimientos, abrir una terraza al 30% no es rentable. Igual merece la pena que nadie abra [durante la fase I] y que cuando se produzca la apertura sea ya al 50%, por ejemplo. [Anoche, el Gobierno anunció que desde el 11 de mayo, con la fase 1, las terrazas podrán abrir al 50% de su capacidad, frente al 30% inicial, tras la presión de los hosteleros].

-¿Qué va a ocurrir a partir de junio? ¿Vamos a tener un verano más o menos normalizado, en el que podremos ir a restaurantes, a la playa o a un hotel?

-Hay que esperar por lo menos quince días para ver cómo evolucionan las cosas. Estamos empezando ahora con la fase 0, y es muy prematuro aventurar nada. Las curvas [de la epidemia] son muy buenas, pero la situación sigue siendo aún muy inestable. Tenemos todavía casos positivos todos los días; el virus no está aún controlado. No podemos especular. Ahora es fundamental la corresponsabilidad ciudadana. La respuesta social ha sido hasta ahora impresionante. Es verdad que ha habido casos esporádicos de personas que se han saltado el confinamiento pero, en general, no me esperaba que en una región como la nuestra, donde estamos acostumbrados a salir a la calle e ir a los bares, la gente estuviese seis semanas metida en sus casas. La respuesta ha sido espectacular y gracias a eso tenemos estos resultados. En función de cómo se comporte la sociedad a partir de ahora podremos ir pasando de una fase a otra.

-¿Cómo podrá compatibilizarse el baño, cuando se reabran las playas, con la distancia de seguridad de dos metros?

-Yo creo que la gente tiene claro que lo más probable es que haya turismo nacional pero no extranjero, y que tendremos que estar más separados en las playas. Iremos con gel hidroalcohólico para lavarnos las manos cuando toquemos algún objeto. Ahora, ¿todo eso cuándo va a ser, en julio o en agosto? Es todavía muy aventurado responder a eso. Dependerá no solo de cómo evolucionemos nosotros sino la mayoría de comunidades. Aunque la desescalada se haga por provincias, hay que ir de la mano. No creo que vayamos a estar nosotros en una fase 3, en las playas, mientras en otras comunidades permanecen todos encerrados en sus casas. Si no tenemos problemas y vemos que todo va bien, yo estoy seguro de que en agosto estaremos en la playa. Pero hay que esperar todavía un poco.

-Algunos expertos advierten de que en otoño podría producirse una segunda onda epidémica que podría ser incluso peor que la que hemos afrontado hasta ahora.

-No creo que sea peor. Es cierto que hay mucho miedo a una segunda ola en invierno que pueda coincidir con la gripe, pero estamos infinitamente mejor preparados que hace unos meses. Ya conocemos mucho más la enfermedad y tenemos más capacidad para diagnosticar. Confío en que si mantenemos la capacidad de control para detectar cualquier caso y aislarlo, no será necesario un confinamiento tan brutal como el que hemos tenido que afrontar.

-¿Qué factores explican que la Región se haya visto mucho menos golpeada por la pandemia que Madrid o Castilla-La Mancha?

-El primer factor es que se actuó con contundencia al principio. Hubo un momento crítico, cuando todavía teníamos casos esporádicos: recibimos el aviso de algunos alcaldes, preocupados porque podían venir un montón de madrileños. No había todavía ningún confinamiento a nivel nacional. Hablamos con el presidente [Fernando López Miras] y le dijimos: 'Esto está muy mal, como vengan todos los madrileños a Murcia vamos a tener múltiples casos en las playas y nos va a desbordar; no tenemos capacidad para absorber esto'. El presidente, que ha confiado plenamente en nosotros desde el principio, habló con los alcaldes de toda la costa, les explicó la situación y hubo muchísima complicidad entre todos. Los alcaldes se pusieron a trabajar con la Policía y se confinó la costa. Ese movimiento fue impresionante, porque fue la primera comunidad que confinó de pronto a más de 400.000 personas por decisión política.

-¿No es un poco autocomplaciente considerar que esa medida fue tan decisiva? El confinamiento de la costa se aprobó el viernes 13 de marzo, y el Gobierno central anunció el estado de alarma el sábado 14 [entró en vigor tras su publicación en el BOE esa misma noche].

-Ahí hubo dos o tres días que fueron críticos. Cuando le dije al ministro que habíamos confinado a 400.000 personas, me preguntó si era una recomendación, porque no teníamos posibilidad legal. De hecho, el delegado del Gobierno nos dijo al principio que sí pero luego nos respondió que no podía actuar porque no tenía órdenes ni capacidad para mandar a la Policía. Fue un tema exclusivamente de policías locales y altavoces. La gente se portó muy bien, porque es verdad que toda Cartagena se metió en su casa. Esos momentos fueron críticos: se evitó que viniese gente de Madrid y quien ya había llegado se quedó en cuarentena. También ha sido un factor fundamental el trabajo en Atención Primaria, cuando se decidió que la contención de la epidemia iba a hacerse desde los centros de salud. Se pidió que bajo ningún concepto nadie fuese a Urgencias, porque si entraba el virus en los hospitales podíamos quedarnos sin profesionales disponibles. Esto fuimos los primeros en hacerlo y lo han copiado otras comunidades. El trabajo de los profesionales ha sido impresionante.

-Uno de los grandes problemas de esta crisis ha sido la falta de material de protección. Hemos visto a profesionales del SMS con mascarillas caseras, hechas con trozos de impermeables, o con monos que tenían que tenían que lavar en sus casas porque no había de repuesto. ¿Qué ha fallado?

-Nosotros empezamos a adquirir mascarillas y gafas protectoras en enero. De algunos tipos de mascarillas teníamos un 50% más que el año pasado por las mismas fechas. Pero no había mucho material en el mercado. A mediados de enero ya estábamos ante un desabastecimiento mundial. China empezó a acaparar toda la producción, que mayoritariamente es suya. Cuando en marzo comenzaron a producirse los primeros casos aquí, nos encontramos con que había un desbastecimiento terrible. La Unidad de Aprovisionamiento Logístico (UAI) del SMS tiene mucha experiencia, y a través de ellos conseguíamos lo que podíamos, pero no había más. Un fabricante te decía que te iba a mandar un millón de mascarillas y al final no te llegaban porque había aparecido alguien que pagaba diez meses más. Ha habido un mercado muy sucio y, para colmo, llegó el ministro y dijo: 'Me encargo yo'. Lo hizo pensando que iba a tener más capacidad, o para evitar que las comunidades nos matásemos por el material, pero fue un error. el Ministerio no tiene la logística de las comunidades.

-¿Pero esa decisión del Ministerio obligó de alguna manera a la Comunidad a retrasar compras?

-No, el ministro no dijo en ningún momento que no pudiésemos seguir comprando. Lo que pasa es que si el Ministerio te dice que no hay razón para preocuparse porque te va a enviar material, pues tú no vas a la UAI a exigirles que consigan lo que sea y como sea; esperas que el Ministerio dé respuesta. Pero fracasó porque no tenía la logística y además les engañaron, como se ha visto con algunas partidas de mascarillas.

-Finalmente, más de 200 trabajadores del Servicio Murciano de Salud se han infectado. En algún momento usted desvinculó estos contagios de la falta de material, pero obviamente al menos parte de ellos han podido producirse por esta circunstancia.

-Están en una situación de riesgo, está claro; es como el bombero que se quema. Lo ideal es que los profesionales lleven todo el material de protección posible. Han ido más o menos protegidos, y de hecho en las UCI siempre han dicho que tenían material suficiente. ¿Puede que algún paciente haya sido atendido sin que se supiera que tenía Covid y algún profesional se haya contagiado? Pudiera ser, no puedo decir que no. Tener material para que todo el mundo estuviese protegido ha sido una de las preocupaciones más importantes del SMS, pero claro, si tienes cien mascarillas y cuando vas a hacer uso de ellas resulta que se las han llevado... Es que al principio hubo que ponerlas bajo llave. Había que contar las que teníamos y repartirlas una a una. A esos niveles llegamos al principio, porque teníamos dificultad para traer material y la gente se lo llevaba por miedo. Eso lo han vivido también otras comunidades.

-También han faltado pruebas diagnósticas. Algunos expertos señalan que esta escasez de PCR fue lo que llevó a que en España no se detectase a tiempo la magnitud que adquirió la epidemia.

-Creo que lo que hizo bien el SMS fue que, ante esa falta de disponibilidad de PCR, optó por aislar todos los casos sospechosos. Al no tener capacidad para discernir qué era Covid y qué no lo era, lo que hicimos fue aislar a todos los pacientes en sus casas, como si todo fuera coronavirus. Eso ha sido un éxito gracias a Primaria, que ha hecho un seguimiento a 58.000 personas, entre casos posibles y sus contactos.

-Murcia ha sido la comunidad con menos PCR realizadas en relación a su población. Ustedes anunciaron que había capacidad para superar las 1.000 pruebas diarias, pero siguieron sin hacerlas pese a que tenían a 58.000 personas en seguimiento. ¿Por qué?

-Pues porque hasta el lunes no hemos empezado [con los nuevos criterios para la PCR]. Esto ha habido que organizarlo. Ya hemos comunicado a los centros de salud que a partir de ahora deben solicitar PCR para todos los casos posibles. Hace diez o quince días empezamos a tener más capacidad para hacer PCR y lo dijimos, pero aún así no hemos llegado a las mil diarias porque ya no hay tantos casos.

-¿Cuál ha sido el problema con las PCR: faltaba material para realizar las pruebas o era una cuestión de indicaciones, de protocolo, como ha dicho en alguna ocasión?

-De indicaciones, exclusivamente. A los casos leves, según el Ministerio, no había que hacerles PCR.

-Pero ese protocolo obedecía a la situación que vivían otras comunidades, donde el volumen de pacientes era tan grande que hubo que priorizar los casos graves. Si aquí la circunstancia era distinta y sí había material para hacer más pruebas, ¿por qué no se ampliaron esas indicaciones?

-No había tanto material; estaba el justo. Cuando dije que había capacidad para hacer mil PCR, el director gerente del SMS, Asensio López, me comentó, ese mismo día, que teníamos hisopos [bastoncillos para la recogida de muestras] para 48 horas. Cuando no eran pitos eran gaitas.

-Esta situación de emergencia está ocasionando gastos extraordinarios. ¿Cómo van a afrontarse? Los presupuestos de Salud están congelados con respecto al año pasado.

-Bueno, el presupuesto de Sanidad ha crecido con respecto al año pasado, aunque no mucho, efectivamente...

-¿De verdad se puede calificar de subida una variación del 0,1%?

-No ha bajado. Lo que no se puede es engañar a la población y decir que el presupuesto ha bajado, cuando realmente ha subido. Eso sí que es mala intención, y sobre todo sabiendo que al SMS nunca le ha faltado dinero en un momento determinado, aunque el presupuesto no haya sido capaz de abarcar todo lo que necesita Murcia. Eso lo tiene que saber la ciudadanía y todo el mundo. Desgraciadamente, por el problema de infrafinanciación, tenemos que engordar la deuda en 300, 400 o 500 millones, que van prácticamente todos al SMS, pero nunca le ha faltado a un murciano un medicamento o una intervención quirúrgica, o lo que haya necesitado. ¿Qué quiero decir con esto? Que, por supuesto, la Comunidad va a poner todo el dinero suficiente para abarcar lo que haga falta.

-¿Esto conduce por tanto a más déficit? Porque la partida de suministros, con la que tienen que hacer frente a las compras extraordinarias, desciende en 46 millones. También hay menos para farmacia.

-Este año generaremos más déficit, evidentemente. Probablemente Murcia tendrá que engordar la deuda en 400 millones para mantener la asistencia sanitaria, la educación y los servicios sociales que requieren los murcianos. La situación es vergonzosa: tiene que reunirse ya el Consejo de Política Fiscal y Financiera y abordar un tema que llevamos arrastrando 20 años. Hay comunidades que reciben más de 800 euros por habitante más que nosotros.

-¿Cómo y cuándo se va a recuperar la actividad en los hospitales?

-La cirugía de prioridad 1 [la más urgente] no se ha parado, y ahora se está empezando a hacer también cirugía de prioridad 2. Se están estableciendo los protocolos para garantizar la seguridad de los profesionales y pacientes. En cuanto a las consultas, no han bajado tanto como esperaba. En pleno periodo de pandemia se realizaron el 60% de las consultas [que estaban en agenda]. Aunque no había citas presenciales, se ha seguido funcionando por teléfono. Ahora se está aumentando un 10% el número de consultas a la semana, muchas de ellas telefónicas.