Miguel Antonio Esteban: «Es prioritario para los trabajadores adquirir nuevas competencias»
«El rasgo diferencial del mercado laboral regional a la hora de casar oferta y demanda es que existe un alto porcentaje de población con un nivel formativo bajo»
Miguel Antonio Esteban Yago (Yecla, 1966), casado y padre de dos hijos, es profesor titular del departamento de Economía Aplicada y secretario de la Facultad ... de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Murcia. A sus espaldas acumula más de treinta años como investigador y docente en esta institución. Además, es miembro de la Cátedra de Competitividad del Colegio de Economistas de la Región. Su amplio conocimiento del mercado laboral entronca con sus áreas de especialización: la economía regional, la distribución de la renta y, especialmente, el tema de la desigualdad y pobreza.
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–Haga un primer diagnóstico general de la situación actual del mercado de trabajo en la Región de Murcia. ¿Lo ve equilibrado?
–Lo que mide el desequilibrio del mercado de trabajo es la tasa de paro. Entonces, después de haber batido, lamentablemente, récords históricos, en los últimos años se ha reducido la tasa hasta situarse en el último ejercicio por debajo del 13%. Se trata de una evolución muy positiva a pesar de que a partir del tercer trimestre de 2022 se produjo cierta ralentización y, de hecho, en el cuarto aumentó el desempleo y bajó la ocupación, aunque el saldo final del año fue positivo. En función de la coyuntura actual, y de dónde venimos, con la pandemia y la guerra de Ucrania, creo que la evolución ha sido favorable. Pero hay que ver la evolución, porque siguen las tensiones inflacionistas, y sin saber por cuánto tiempo.
«No nos podemos dormir en los laureles, aunque se ha hecho un esfuerzo notable»
–¿La coyuntura económica existente siembra muchas dudas?
–Los hogares están viendo una situación compleja y complicada. Porque aunque los salarios hayan subido no lo han hecho al mismo ritmo que los precios, y eso hace que la demanda también se contraiga, lo que puede tener repercusiones en el mercado de trabajo a corto plazo. Así que hay que estar atentos al seguimiento de la coyuntura laboral.
–¿Cómo se pueden corregir los desajustes que provocan que muchos sectores no encuentren trabajadores mientras las listas del paro siguen engordadas?
–La evolución del tejido productivo es otra cuestión compleja al tener que compaginar las demandas laborales, las de los sectores, y las características de la oferta; sobre todo en este momento crucial que requiere una adaptación a los nuevos escenarios, tanto a los que ya están aquí como a los que están por venir ante el reto de la digitalización y la robotización. Es prioritario para los trabajadores la adquisición de nuevas competencias, y también que todo el mundo nos pongamos las pilas.
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–Además, en el caso del territorio murciano existen sus propios condicionante singulares.
–Es verdad que hay un rasgo diferencial en nuestro mercado laboral a la hora de casar oferta y demanda, debido al importante porcentaje de población en edad de trabajar que tiene un nivel formativo bajo; y que se queda en esa segunda etapa de la educación secundaria donde, precisamente, se desarrolla la orientación general y la formación profesional de grado medio tan demandada por el tejido productivo. Y aunque ha mejorado la situación en los últimos quince años, sigue existiendo un abandono temprano del sistema educativo. Por tanto, es un reto al que tenemos que responder.
–¿Sigue la Formación Profesional sin dar el salto necesario?
–Evidentemente, aunque la FP Dual debe ser un revulsivo, el proceso ha sido muy lento para adecuarse a las necesidades de las empresas y de los sectores. Partíamos de más atrás respecto a otras zonas de España. El porcentaje de estudiantes que hacían Formación Profesional era muy pequeño, aunque en los últimos años afortunadamente han ido incrementándose las plazas, y aún se deben elevar más, con más centros, nuevos títulos, que ofrezcan perfiles profesionales demandados para lograr una inserción laboral elevada. Porque hemos visto cómo han venido a España a buscar técnicos en determinadas materias. Así que veo que se está produciendo una transformación positiva que abre más posibilidades para las personas. Además, hay que hacerlo adaptándose a las necesidades reales de nuestro entorno, orientándose hacia la digitalización.
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–¿Es necesario avanzar de una forma más intensa en las destrezas digitales?
–En los informes más recientes se aprecia que crece mucho la demanda de trabajadores con una alta cualificación, particularmente la digital, ya que los sectores se convierten cada vez en realidades más complejas y que dan cabida a un conjunto de actividades que tienen que estar perfectamente coordinadas a través de unos contenidos tecnológicos que no paran de aumentar. Nos tenemos que adaptar rápidamente a la modernización digital.
«El empleo debe ser de calidad y bien remunerado, además de inclusivo para llegar a todos»
–¿Cree que las empresas y los trabajadores murcianos han preparado bien el salto tecnológico?
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–Hay buenas expectativas en todos los sectores, con una mayor incorporación y adaptación a las nuevas necesidades, porque además si no es así se va perdiendo posición competitiva. Por otro lado está la propia creación de tecnología, con la existencia de empresas punteras que también tienen una mayor presencia.
–¿Confía usted en que por una vez no hayamos llegado tarde a la revolución digital?
–Siempre existe el riesgo, así que no nos podemos dormir en los laureles. Aunque se ha hecho un esfuerzo notable, tal como se ve al analizar los indicadores de digitalización. Pero estamos un poco por detrás, así que no hay que despistarse porque los cambios son rápidos. Los mismos acontecimientos inesperados que hemos vivido en los últimos años nos tienen que enseñar a dar respuestas, al igual que no podemos tardar mucho tiempo en adaptarnos a las nuevas circunstancias porque los competidores están ahí.
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–En cualquier caso, ¿la economía regional tiende hacia un proceso de terciarización, con un modelo basado en el sector servicios?
–Eso es matizable, aunque sí es verdad que se ha producido un proceso de terciarización intenso y rápido, debido a la propia provisión de servicios públicos como consecuencia de una presencia muy importante de la economía del bienestar en las sociedades modernas. Después están los procesos productivos acontecidos ante una externalización de las funciones de servicios. Me acuerdo cuando era un chico en Yecla que todas las empresas de muebles tenían sus propios camiones y repartían directamente lo que fabricaban. Sin embargo, lo que ocurre ahora es que hay empresas de transporte que distribuyen los muebles de todas. Así que lo que era una parte del sector industrial ahora se ha convertido en servicios. Igualmente, se contratan asesorías para llevar las cuentas, entre otras cosas.
«Debemos estar abiertos a remodelar más rápidamente los planes de estudios para adaptarnos»
–¿Y qué protagonismo debe jugar el sector industrial en el futuro?
–Desde instancias de la UE y a nivel nacional se insiste en la importancia de disponer de un sector industrial sólido, algo que es más importante aún para la Región de Murcia, donde estamos por debajo de la media española. Hay que tener presente que el tejido de la industria consolida más la riqueza y es vertebrador. De hecho, en los últimos tiempos nos hemos dado cuenta de las dificultades de provisión de algunas materias primas y de insumos que necesitaban las empresas para fabricar.
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–¿Esas carencias sufridas deberían motivar para apostar por una ambiciosa reindustrialización en la Región que genere más riqueza y empleo de mayor calidad?
–La industria alimentaria, que tiene una presencia tan importante, funciona muy bien y tiene unos niveles competitivos muy elevados, pero es el momento de reindustrializarse y diversificar más. Creo que este sector tiene mucho futuro, y con el tiempo estamos viendo que hay proyectos nuevos. En este sentido, el emprendedurismo tiene un papel importante hacia la producción de nuevos bienes que ofrezcan otras posibilidades.
–Claro que la aportación de la agroalimentación al tejido productivo resulta incuestionable.
–La agroindustria ha jugado un papel tractor para muchos otros sectores, además de acumular un enorme conocimiento. Eso sí, también se enfrenta a los restos importantes en el futuro, puesto que es susceptible de incorporar nuevos procesos productivos.
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–Por supuesto, el campo se mantiene como motor de desarrollo, ¿cómo valora la aportación de los trabajadores inmigrantes?
–El papel de los trabajadores extranjeros ha sido fundamental para impulsar el crecimiento en un sector que es complejo por sus condiciones laborales.
–Sobre la cuestión de las condiciones laborales, ¿cuál es su opinión sobre esa visión general de que hay un continuo retroceso?
–Es muy necesario que se cree más empleo y de calidad, porque aunque las tasas de paro han mejorado siguen siendo muy altas. Es decir, que esté bien remunerado con unas buenas condiciones salariales. También debe ser inclusivo para que alcance a todos los colectivos, de forma que las personas más vulnerables, las más desfavorecidas, no se queden al margen del mercado de trabajo, buscando una igualdad en los ingresos.
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–La Comunidad tiene polos industriales importantes como Cartagena, o por ejemplo el mueble en Yecla, que usted conoce bien ¿ve posible un mayor crecimiento por todo el territorio?
–Tenemos ejemplos de que se puede seguir avanzando en la industrialización, pero también es un reto ante los requerimientos formativos importantes que se necesitan. Porque lo uno lleva a lo otro. De las ingenierías surgen más ideas, nuevos proyectos y, de ese modo, es verdad que se revitaliza y renueva el tejido productivo.
–Es indudable que necesitamos más ingenieros.
–Efectivamente, porque eso va a redundar en proyectos innovadores que tienen una capacidad de arrastre decisiva al tirar de otros sectores. Luego, es cierto que muchos ingenieros se han tenido que ir fuera a trabajar, así que también es importante que la Región ofrezca muchas oportunidades para que puedan quedarse y desarrollar sus actividades. Porque todo lo que sea innovación tecnológica, todo lo que sea productos nuevos, van a tener una repercusión no solo sobre el sector o la empresa en concreto sino sobre todo el entorno.
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–¿Cómo interpreta esa visión pesimista de que la tecnología destruirá muchos empleos?
–La robotización no tenemos que verla como una amenaza , por mucho que las revoluciones al final llevan siempre aparejadas, obviamente, algunas consecuencias. Porque sí que es verdad que hay destrucción de empleo pero por otro lado gran parte del sistema productivo se transforma con la creación de nuevos puestos de trabajo. Al final se trata de un proceso de recualificación en el que si se está bien posicionado y adaptado el saldo puede ser positivo.
–¿La Universidad da las respuestas adecuada a las necesidades de la economía real?
–Sin duda, es un agente clave para este proceso, ya que es un generador de conocimiento y de nuevas ideas. Por ello, debemos estar abierto a remodelar más rápidamente los planes de estudio, adaptándolos a los requisitos y necesidades de la sociedad. Así, aunque se ofertan nuevos estudios, másteres, creo que se puede avanzar todavía bastante. Sobre todo, se está poniendo mucho énfasis en enseñar a aprender, porque es muy importante asumir que hay que estar siempre reciclándose. Asimismo, se han elevado en los últimos años mejoras en los mecanismos de transferencia para que la investigación desarrollada en la universidad revierta todavía más en beneficio de la sociedad.
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«Hay que ser más ágiles en el rediseño de los estudios»
-Las empresas siguen quejándose de que no encuentran mano de obra preparada y adecuada a sus necesidades.
-Lo primero que hay que hacer es diseñar mejor los mecanismos de comunicación entre el tejido productivo y el sistema educativo para la formación. Porque aunque ya existen estamentos hay que fomentarlos mucho más. También hay que anticiparse y ser más ágiles en los procesos de rediseño de los estudios, adaptándose a las características que vayan más orientadas a la integrabilidad, en especial en estos tiempos que vivimos de cambio acelerado. En cualquier caso, observo que ahora se responde con mayor rapidez.
-¿Cómo valora el papel de los servicios públicos de empleo?
-Pienso que en general hacen un buen trabajo porque cada vez hay más informes de perspectiva laboral, con un análisis de las ocupaciones más demandadas, con un mayor papel orientador, y un contacto directo con los agentes sociales. Luego está su papel crucial en las políticas activas de empleo para la recualificación y adaptación de la población desempleada de una forma continúa.
-Pero a veces parece que muchos cursos de formación se centran en actividades repetitivas que tampoco conllevan una inserción.
-Entiendo que se ha avanzado a la hora de tomar el pulso a las necesidades del mercado, y veo mejoras claras, aunque tiene que llegar a todos los niveles. En el caso de los observatorios laborales se intenta detectar cuáles son las necesidades de los sectores, así como dónde puede haber un mayor desequilibrio entre oferta y demanda de profesionales. Por ejemplo, lo que ocurre ahora con la hostelería, así como en las actividades sanitarias, en especial a raíz de la de la pandemia; o también todo lo que tiene que ver con la digitalización, sobre todo en el ámbito de las telecomunicaciones.
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