El presunto asesino de su mujer en Águilas: «Le disparé sin mediar palabra; luego me pregunté qué había hecho»
Abdellatif A. afronta 26 años en un juicio que arranca este lunes ante un jurado popular
«Disparé a mi mujer con una escopeta sin mediar palabra y luego me pregunté por qué lo había hecho. Estaba ciego de ira». Abdellatif A., de 49 años y nacionalidad marroquí, se defendió de esta manera en la primera sesión del juicio con un tribunal popular que arrancó este lunes. El acusado se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial por el presunto asesinato de su mujer en agosto de 2020 en Águilas. «Estoy muy arrepentido y pido perdón a mis hijos y a la familia de mi mujer», añadió.
El procesado confesó que acabó con la vida de su esposa de un disparo en el pecho con una escopeta que «era de un amigo y que guardaba en el sótano del edificio junto a una pistola de su hermano», según declaró en el juicio, a lo que añadió que él no guardó allí el arma larga envuelta en una sábana días antes del crimen, como expone el fiscal en su escrito de calificación.
«Discutí con ella y me tiró la mesa donde estábamos comiendo encima. Me insultó, a mí y a mi familia. Yo estaba ciego de ira, y me acordé de la escopeta que estaba en el sótano. La cogí, subí y disparé. Empecé a preguntarme que qué había hecho, me mareé».
Acto seguido, explicó que cogió la llave del coche y salió de casa. Se montó en el vehículo y condujo «temblando y muy nervioso» unos cuatro minutos. «Paré y llamé a un amigo» —supuestamente, la persona que le dejó la escopeta y, según su testimonio, quien lo animó a matar a su mujer por la supuesta infidelidad cuando salió de prisión en mayo de 2020—. «Me llevó a su casa de campo, y me dijo que me quedase allí mientras él iba a ver qué ocurría en la casa. Volvió a las diez de la noche, con su madre y su pareja, y me explicó que la Policía sabía que yo trabajaba para él desde hacía 15 años. Me dijo que allí no podía quedarme y me llevó a una parcela donde había tres barcos. Me escondí en uno de ellos, pero él llamó a la Policía».
A preguntas del fiscal, acerca de por qué no llamó a emergencias una vez que disparó a su esposa, Abdellatif indicó que Román le dijo que no lo hiciera. A él también le comunicó que su escopeta la había vuelto a esconder en el sótano y ya no supe más del arma.
La Fiscalía, el abogado del Estado y la acusación particular, que representa el abogado Eduardo Simó, reclaman para él 26 años de prisión, 25 por el delito de asesinato con las agravantes de género y parentesco y uno más por tenencia ilícita de armas. Además, el fiscal reclama la prohibición de comunicarse con sus hijos menores durante diez años y la privación de la patria potestad. También pide una indemnización en concepto de responsabilidad civil por los daños morales y psíquicos a sus hijos de 370.000 euros.
En su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Público sostiene que el acusado ejecutó un plan previamente ideado para matar a su esposa, Saloua, de 40 años y nacionalidad marroquí, porque pensaba que tenía una relación con otra persona. Para ello, se aseguró encontrarse a solas entre las 19.30 y las 20.30 horas del 29 de agosto en el interior de su casa de Águilas. Durante varios minutos, mantuvo una fuerte discusión por «su carácter controlador y celoso».
En un momento dado, bajó al sótano del edificio, donde cogió una escopeta que había escondido días antes y de la que carecía de permiso. Subió de nuevo al domicilio con el arma y se dirigió Saloua, que estaba sentada en el sofá del salón. Le encañonó con el arma, a muy corta distancia de su pecho, y disparó a bocajarro, acabando con su vida, «dejando huérfanos de madre a sus dos hijos, de 16 y 10 años».
Los menores encontraron el cuerpo de su madre hacia las 20.30 horas sobre el sofá, tras volver de la playa. Abdellatif huyó en su coche y se ocultó, hasta que fue localizado por la Guardia Civil sobre las 2.20 horas del 30 de agosto escondido en el interior de una embarcación varada, ubicada en una parcela en Águilas. Fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Lorca el 1 de septiembre. Decretó su ingreso en prisión provisional, donde ha estado interno hasta la fecha.