La población de lince se duplica en tres años en España y ya supera los 2.000 ejemplares

La población de linces de la península ibérica se ha duplicado en solo tres años. Son ya 2.021 los ejemplares de este felino autóctono que campan a sus anchas por toda la mitad sur del mapa, por las dehesas, marismas y cerros de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Región de Murcia y sur de Portugal.

La cifra supone tres cosas y las tres positivas. Que por fin el lince comienza a escapar de las garras de la extinción, que si nada se tuerce en pocos años será una especie consolidada en su propio hábitat natural y que su recuperación es el fruto de una exitosa operación científica en la que inusualmente todos, instituciones, expertos y sociedad, han remado fuerte y en la misma dirección.

También en la Región de Murcia, donde entre 2023 y 2024 se ha introducido a dieciocho ejemplares, aunque al menos cinco de ellos han muerto por atropellos, disparos y otras circunstancias.

«Se puede ser optimista», concluye el informe sobre la situación de conservación en 2023 de este animal protegido, elaborado por el grupo de trabajo del lince ibérico, que coordina el Ministerio de Transición Ecológica y que componen también expertos, representantes autonómicos y responsables portugueses. El lince, tras estar al borde de la extinción hace solo veinte años, ve la luz al final del túnel, aunque los trabajos de recuperación, según calculan los especialistas, necesitan década y media más de avances para situar a la especie fuera de riesgo.

Los datos no pueden ser más esperanzadores. Comienzan a aproximarse a cada uno de los objetivos marcados por los expertos para tratar de convertir al lince en una especie en estado de conservación favorable antes de 2040.

La población supera por primera vez desde que existen datos fiables los 2.000 ejemplares. Son 21 veces más en solo dos décadas, cuando solo 94 linces al borde de la extinción resistían en 2002 en sus últimos refugios de Doñana y Sierra Morena antes de que administraciones y naturalistas se conjurasen para salvar la especie. La cifra se aproxima a buen ritmo a los entre 3.000 y 3.500 ejemplares que se precisarían para poder respirar tranquilos.

Temas

• Animales
• Lince ibérico