La Asamblea pide la devolución del nuevo Estatuto con el plante de los diputados del PSOE y de Cs
Inédita ausencia de casi la mitad de los parlamentarios en una sesión para denunciar «la anomalía» y la «falta de democracia» de los populares y sus socios de gobierno
La Asamblea Regional de Murcia volvió a vivir este jueves otro capítulo negro de su historia con motivo del debate convocado a petición de los grupos que sustentan el Gobierno de Fernando López Miras para solicitar el rescate del proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía, que se encuentra en el trámite de enmiendas. El asunto sometido a votación fue aprobado por los votos de los diputados del PP, los tránsfugas de Ciudadanos y los expulsados de Vox, así como por el único representante afiliado a ese partido de derechas, Pascual Salvador, que ni pincha ni corta en su grupo parlamentario; pero no tuvo ni uno solo en contra porque el resto de parlamentarios decidieron quedarse en la calle y ausentarse a la hora de levantar las manos. Lo nunca visto en un debate de tanta trascendencia, en cuatro décadas de autonomía que han dado para mucho.
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Antes de la sesión, hubo una nueva Mesa de la Asamblea en la que el Grupo Socialista volvió a reclamar un informe jurídico sobre el asunto de debate. El principal partido de la oposición expresó dos grandes dudas: que el Reglamento del Congreso permita retirar una iniciativa legislativa una vez tomada ya en consideración y que se pueda pedir la devolución del Estatuto sin la misma mayoría cualificada de la Asamblea necesaria para aprobar su modificación. Su petición no prosperó, así que los diecisiete diputados decidieron quedarse fuera del hemiciclo durante el Pleno. Secundaron su protesta los diputados afiliados a Ciudadanos Juan José Molina y Ana Martínez Vidal, quienes denunciaron las «prácticas dictatoriales del PP» y el apoyo de parlamentarios tránsfugas, y lamentaron, a tenor de lo ocurrido en los últimos diez meses, que la «legislatura está perdida».
El todavía portavoz de los socialistas, Diego Conesa, denunció igualmente que PP y sus diputados aliados están convirtiendo la Asamblea en una «república bananera» que ha tirado por tierra el trabajo de tres legislaturas para modernizar el Estatuto de Autonomía de 1982. Tras defender la legitimidad del trámite de enmiendas en el Congreso y negar que grupos como ERC y Bildu vayan a condicionar la ley murciana (como sí sostienen los populares y sus socios), Conesa dudó de la legalidad de la maniobra parlamentaria dirigida por el PP para frenar las enmiendas al texto y aseguró que sus abogados analizan las decisiones adoptadas en las últimas reuniones por la Mesa de la Asamblea.
«Lo que está pasando en esta región es muy grave. teníamos el SOS del Mar Menor y ahora tenemos un SOS de la democracia», aseguró. Respecto a los cambios de Reglamento de la Asamblea y la operación política para solicitar la devolución del Estatuto aseguró que es «una anomalía que solo ocurre en la Región de Murcia»
Frente a las acusaciones lanzadas por Conesa en la puerta del Parlamento, el portavoz del Grupo Popular, Joaquín Segado, contestó desde el atril que los ciudadanos esperan de sus representantes políticos que defiendan sus ideas aunque estas no vayan a prosperar y acusó a Conesa de irse «haciendo el ridículo». Pidió a los ausentes que «al menos tengan la decencia de devolver la parte del suelo que hoy no se están ganando» y, respecto al tema del pleno, aseguró que a esta situación se ha llegado porque ha habido partidos que han traicionado a la Región mediante la presentación de enmiendas que desvirtúan el proyecto de reforma del Estatuto aprobado por unanimidad en 2019.
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Segado defendió lo ocurrido en las últimas horas en la Asamblea por la necesidad de evitar que de las Cortes Generales salga un Estatuto «falseado», «que nunca hubiera sido respaldado» por los murcianos y que responde a la «revancha» de quienes fracasaron en su moción de censura a Fernando López Miras, a los que calificó de «banda de cuatreros». Los argumentos del portavoz de los populares se vieron reforzados por las intervenciones en la misma línea de Francisco Álvarez y Juan José Liarte, de los grupos Ciudadanos y Vox, respectivamente.
Quienes sí participaron en la sesión fueron los dos diputados de Podemos, María Marín y Rafael Esteban, aunque se ausentaron a la hora de votgar. En el turno de intervenciones, con el tono claro y firme de costumbre, Marín denunció «la triste situación que estamos viviendo», que calificó de «asonada». Lamentó, además, que la «Asamblea se ha convertido en la camarilla de servicio de un presidente regional sin ningún escrúpulo. La credibilidad de esta Cámara ya cotiza al nivel de bono basura».
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Marín advirtió de que la Mesa del Congreso de los Diputados tendrá la última palabra sobre el proyecto de reforma del Estatuto cuando reciba la reclamación de la Asamblea de Murcia y que de ese órgano forma parte el coordinador regional de su partido, Javier Sánchez Serna, quien explicará la situación anómala que se vive en la Región.
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