El ingeniero ceheginero Diego López Ruiz, el pasado viernes, en la ciudad costera de Da Nang, en Vietnam. D. L. R.

El ceheginero retenido en Vietnam: «Tengo el teléfono pinchado; esto es un sinvivir»

Diego López relata a LA VERDAD sus dos meses y medio de calvario: «Lo peor es la indefensión que siento a diario, sin derechos ni libertades»

Domingo, 15 de marzo 2020, 02:43

La voz se le acelera cuando relata su día a día. Aunque intenta aparentar tranquilidad, no lo consigue. «Procuro estar calmado. Hago deporte, salgo a pasear, escribo, leo y poco más. Después me vuelvo al hotel. Así un día tras otro. ¡Esto es un sinvivir!», cuenta Diego López Ruiz, el ingeniero de Cehegín que se encuentra retenido en Vietnam desde el 26 de diciembre del año pasado.

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Diego viajó al país del sudeste asiático a declarar en una investigación relacionada con las deficiencias en la construcción de una autopista. Desde entonces han pasado ya dos meses y medio y por el momento a Diego no le dejan volver a Cehegín porque las autoridades tienen retenido su pasaporte. «¡Es increíble! Yo no estoy imputado ni nada por el estilo. Lo único que me comunicaron al cuarto día de estar aquí es que soy sospechoso de un delito de construcción porque no hice el ensayo de un proyecto acerca de la resistencia del asfalto, pero nada más. No me han notificado nada por escrito. Es una auténtica vergüenza», relata. Diego sostiene que en este tiempo ha presentado todo tipo de documentación relacionada con el proyecto, pero no ha servido para nada. «Tengo claro que las autoridades no pueden hacer nada contra mí porque yo no firmé contratos ni tomé decisiones. Estoy viviendo en una trampa constante, pero lo peor de todo es la indefensión que siento a diario. Uno cree que tiene derechos y libertades, pero todo eso es mentira», sostiene.

Añade que no ha recibido ayuda alguna de la Diplomacia española. «Las autoridades no han hecho nada por mí. Incluso han insinuado cosas que no son ciertas, como que estoy acusado y que esto es una investigación por corrupción contra mí. Todo es falso. Yo vine a declarar en calidad de testigo, para colaborar», puntualiza Diego, que desde que llegó se está pagando diariamente el hotel en el que se hospeda. «Me cuesta unos 20 euros, pero ahora ha bajado mucho la cosa. Al principio pagaba casi 50 euros por noche, todo de mi bolsillo, claro está».

Reunión con José Vélez

El delegado del Gobierno en la Región, José Vélez, se reunió hace unos días con los familiares de Diego para abordar su situación y ver de qué manera puede colaborar en su regreso. «Vélez le ha dicho a los míos que va a empezar a moverse. Ahora, después de dos meses y pico. Creo que las autoridades están jugando con un tiempo que no es suyo», critica. «Tengo el teléfono pinchado y, además, me vigilan. Cuando parece que me van a dejar volver, me comunican una fecha más lejana. Supuestamente regresaré el 27 de junio, pero no me creo nada», cuenta el ceheginero, que a pesar de su calvario no pierde la esperanza. «En cuanto vuelva voy a empezar a hablar de todo lo que estoy viviendo. No me pienso callar y voy a denunciar lo que me ha ocurrido donde sea, para que a nadie le pase lo mismo que a mí», se desahoga.

Uno de los aspectos que más critica Diego es que todas las comunicaciones que ha recibido hasta el momento son «extraoficiales». «En el Consulado no me quieren dar las cartas oficiales que reciben. Las traducen de aquella manera y hay muchas interpretaciones. Yo pido las originales, y nadie me hace caso», asevera.

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«No voy a parar hasta que pueda volver. No me canso de decirlo. Y tampoco me voy a callar», afirma Diego, que no puede evitar mostrar su preocupación con respecto a la crisis del coronavirus. «Si me ocurriera algo, ¿quién se va a hacer responsable? ¿Las autoridades? ¿La Embajada? Lo cierto y verdad es que no tengo ayuda de nadie aquí», lamenta este ingeniero, cuyo único sueño es regresar a Cehegín.

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