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Caseríos del núcleo rural de Las Cobaticas, en pleno Parque Regional de Calblanque. Juan Luis Castanedo
Advierten del riesgo de 'turistificación' de Calblanque y piden que se regule

Advierten del riesgo de 'turistificación' de Calblanque y piden que se regule

Vecinos de Las Cobaticas y La Jordana piden a Medio Natural que lleve el asunto a la Junta Rectora del jueves antes de que sea un problema

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Martes, 11 de diciembre 2018, 02:16

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Menos de medio centenar de familias residen habitual y estacionalmente en el interior del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila. Un pequeño gran clan que entre semana y fuera del periodo estival se reduce a apenas una decena entre los núcleos rurales de Las Cobaticas y La Jordana.

Comprometidos con la conservación del espacio natural, que estos vecinos consideran su casa, colaboran en actividades de voluntariado para la conservación y vigilancia, y participan, a través de la Asociación de Vecinos Cobaticas-La Jordana, en la Junta Rectora del Parque. Ahora, llevan unos meses preocupados. Tras contribuir a que el acceso a este espacio protegido se haya regulado con éxito en verano, con la limitación de la circulación de vehículos para evitar los efectos más perniciosos del turismo, advierten de que una nueva amenaza se cierne sobre este paisaje inalterado de delicadas flora y fauna y paradisíacas playas: la gentrificación y turistificación.

Por este motivo, la asociación de vecinos comunicó el 4 de septiembre a la Dirección General de Medio Natural la necesidad de incluir en el orden del día de la próxima Junta Rectora del Parque Regional la preocupación que les ronda. Y, «en una visita posterior al parque de la directora general, Consuelo Rosauro, le comentamos a ella y al director del parque en persona esta preocupación, recordándoles que lo incluyeran en la Junta Rectora del próximo 13 de diciembre. Algo que no se ha producido», lamentan.

«En ambos núcleos rurales hay unas 60 casas, de las cuales (salvo error), unas 25 son desde los años 70 de la promotora inmobiliaria Costa Paradiso, de capital alemán. Las compraron en estado ruinoso y las alquilaron a vecinos que las han ido arreglando y haciéndolas habitables», explica Pedro Gadea, presidente de la asociación vecinal.

A la muerte del propietario de Costa Paradiso, Sammy, apunta Gadea, «los supuestos herederos iniciaron, con malas formas», un proceso que obligó a los inquilinos a firmar nuevos contratos que les incrementaron el precio del alquiler. Algunos de estos, cuenta Gadea, «se vieron implicados en pleitos y la empresa ha desahuciado ya a media docena con el fin de poner las viviendas en el mercado de alquiler de fin de semana».

Según ha podido conocer la Asociación Cobaticas-La Jordana, algunas de estas viviendas ya se ofrecen en portales de internet. «No nos negamos a que las viviendas se alquilen. De hecho, desde 2013 funciona una casa en régimen compartido -el propietario alquila parte de su vivienda- y hay gente que está interesada en alquileres de larga duración».

«Demasiada población»

Sin embargo, dado el alto valor ambiental de esta zona y los procesos de turistificación y gentrificación que se están produciendo en barrios y poblaciones de nuestro país, «tenemos miedo de que se deteriore la relación responsable que tenemos los núcleos de Las Cobaticas y La Jordana con el parque, porque consideramos que existe un peligro real de que la población flotante aumente demasiado y se deteriore el parque», opina Gadea.

«Solo pedimos que se establezcan los mecanismos para regularla, se marquen límites para el alquiler turístico, mediante el análisis detallado de pros y contras y contando con todos los interesados, antes de que se vaya de las manos y se convierta en un problema grave al que sea imposible poner coto. Y mientras se toman las decisiones adecuadas, se establezca una moratoria en la concesión de autorizaciones», razona Gadea, que asegura que tanto Medio Natural como la dirección del parque les dan verbalmente la razón, pero «nosotros exigimos que el tema se trate en esta Junta Rectora».

Igualmente, han solicitado por escrito a la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, y a la Consejería de Turismo y Cultura que «inspeccionen los establecimientos en funcionamiento y comprueben si cumplen la normativa y gozan de todas las autorizaciones para desarrollar esta actividad». De momento, aseguran, no han recibido respuesta alguna.

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