La oferta de hortalizas cae a la mitad debido al temporal y se disparan los precios

La borrasca 'Filomena' tendrá un impacto económico evidente más allá de que sea todavía pronto para evaluar el coste. Por ejemplo, la consecuencia directa en el campo es que se ve reducida la oferta ante la incapacidad de atender a tiempo toda la demanda, con lo que también conlleva que aumenten los precios. Esa circunstancia podría dar lugar a determinados movimientos especulativos que dispararían aún más los precios ante la escasez.

Algo que desde todo el ámbito agrario murciano confían en evitar, ya que, como indica el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en la Región, Marcos Alarcón, «ni eran normales los precios hundidos de hace dos semanas, ni tampoco puede acontecer ahora una burbuja y se abuse». En esa línea, Manuel Martínez Meroño, de Asaja en Cartagena, espera que no se produzca una gran distorsión. Aunque es indudable que al alargarse los ciclos los precios en origen se han duplicado en el caso de la lechuga, se ha multiplicado por diez con el calabacín y también ha repuntado en el brócoli, entre otros.

El presidente de Coag Murcia, Miguel Padilla, hace referencia a que la desaparición la pasada semana del calabacín que estaba en la calle ha hecho que «el producto de invernadero haya empezando a subir, al igual que se ha disparado la poca alcachofa que no se heló, aunque la gran mayoría se ha tenido que destinar a la industria». En cuanto a la lechuga, «hay muy poca, por lo que está cotizando a siete euros la caja, doblando el precio de hace un mes».

Incluso, en otro ámbito, preocupa que no haya capacidad para abastecer a toda la clientela, «ni siquiera para atender la mayor parte de los acuerdos comerciales que ya tenían cerrados las empresas de comercialización», advierten también desde la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores (Fepex), lo que obligaría a priorizar la distribución. A la vez se hace hincapié en el importante descenso de cosechas que existe en otras zonas como Almería y Granada. En el caso de la primera, se apuntan pérdidas por congelación en muchas fincas con invernaderos del 20% de las plantas.

En este sentido, el sector regional puede salir hasta mejor parado, ya que la gran zona productiva hortícola del Campo de Cartagena ha salvado por el momento lo peor de las heladas, que se han focalizado más en las comarcas del interior, en especial en el Noroeste y el Altiplano, donde la nieve caída es buena para los cultivos de secano. No obstante, sí se ha visto perjudicada de nuevo la zona del Guadalentín, lo que se suma a las pérdidas que ya tuvo con la alcachofa y el calabacín en los primeros días del año por el desplome del mercurio. «Los daños más importantes por heladas se produjeron entonces, porque ahora no ha habido tanto. Nos queda comprobar la incidencia de la última madrugada», indica Padilla. No obstante, añade Alarcón, desde UPA, que, «aunque se ha ido salvando bien estos últimos días, sin daños muy significativos», en la noche del lunes al martes «e algunas zonas de Lorca, como Campillo, Cazalla, La Hoya se ha vuelto haber tocada la alcachofa, así como la lechuga».

Pero es evidente que hasta que no se recuperen un poco más las temperaturas se retrasará la vuelta a la normalidad, «ya que el frío ha sido intenso, lo que produce una parada vegetativa en la mayoría de productos, aparte de otros daños en hoja», resalta Gómez. Por ello, «al 100% no vamos a poder estar hasta dentro de varias semanas, porque aparte de frenarse todo, hay una pérdida debido a que el propio peso es menor».

Porque todos los ciclos de producción se alargan y, por ejemplo, un brócoli que tenía que salir en 80 días se va a 100 para alcanzar su crecimiento, cuando antes se acortaban, y una situación similar se repite con otras hortalizas, lo que genera un hueco en el mercado hasta que se vuelve al equilibrio de la planificación.

Y es que, aparte del problema con la nevada en Madrid, que ha bloqueado durante unos días el tráfico para la distribución de mercancías con el centro de España, está el problema de la inestabilidad meteorológica que está afectando a los cultivos. «De hecho, al llover y estar todo muy mojado, en la mayoría de los sitios al aire libre no se ha podido entrar al campo a cortar», insiste el dirigente de Proexport, «puesto que cayó despacio, entre 25 y 40 litros, calando mucho en el terreno, lo que dificulta el trabajo con maquinaria y personal».

Las circunstancias en la Región, pese al retraso, por el momento son mucho más favorables que en el campo almeriense, donde muchos agricultores no tienen kilos suficientes para recolectar, y en los almacenes de confección no entra bastante producto como para dar salida a todos los pedidos de pepino, calabacín, berenjena y pimiento. Precisamente, el lunes comenzó a reanudarse la actividad en muchas fincas murcianas, aunque de forma lenta, prosiguiendo ayer con recolecciones pese al barro existente que dificulta la tarea.

«Estamos luchando contra toda la adversidad para poder suministrar a todos los clientes nacionales e internacionales, a los que les estamos comunicando lo que sucede para que entiendan la situación», insiste Gómez, quien concluye que «un temporal como este refuerza mucho el valor, que algunos todavía no le dan, sobre la importancia de proteger el Sureste español para garantizar el suministro de los productos hortícolas en invierno a toda Europa».