Ocio saludable para el desarrollo de los menores de La Unión

El arte y la cultura son dos herramientas poderosas, dos vehículos potentes de transformación que pueden transmitir valores, favorecer el desarrollo de las personas y fomentar su autodeterminación y empoderamiento. Los profesionales de Fundación Sierra Minera, en La Unión, son conscientes de este hecho y por eso han decidido apostar por ellas y promover un ocio saludable entre los menores en situación de vulnerabilidad del territorio a través de un conjunto de actividades que pretenden servir de inspiración para su desarrollo integral.

La experiencia acumulada por esta fundación en el trabajo socioeducativo con familias en situación de vulnerabilidad le llevó a darse cuenta de que muchos menores no solo enfrentan dificultades académicas, sino también una escasez de alternativas de ocio saludable y espacios donde desarrollarse creativamente. Así, nació ICE, un proyecto que tiene como finalidad abrir caminos de inclusión y expresión a través del arte y la cultura, incorporando referentes cercanos -especialmente mujeres artistas- que sirvan de inspiración para las niñas y jóvenes, ampliando sus horizontes y brindándoles herramientas nuevas para su crecimiento personal y emocional.

Para ello se centran principalmente en el núcleo poblacional de San Gil, donde intervienen de forma continuada, detectando necesidades muy concretas: aislamiento social, escasez de oportunidades culturales, desigualdades de género y carencia de recursos educativos en el entorno familiar. Conscientes de que los enfoques tradicionales de intervención no logran conectar siempre con las verdaderas necesidades de expresión de estos menores, decidieron poner en valor la capacidad del arte para comunicar emociones, construir autoestima, fomentar el pensamiento y promover la convivencia desde la creatividad, entre otras aportaciones. «Esta evaluación constante, a pie de calle, nos ha permitido adaptar nuestras propuestas e ir construyendo respuestas que realmente conecten con la realidad del barrio», indican Lorena Vásquez, trabajadora social y directora de este proyecto impulsado por la Fundación la Caixa a través de las convocatorias de proyectos sociales. Además, el hecho de trabajar con referentes artísticos contemporáneos y diversas técnicas permite que las niñas y niños descubran talentos, desarrollen habilidades sociales y construyan una relación más positiva con su entorno y consigo mismos.

ICE comenzó su andadura en octubre de 2024 y continuará hasta noviembre de este año, entendido como una intervención continuada, que combina actividades escolares, familiares y comunitarias a lo largo del curso y también en verano, con el objetivo de mantener una línea estable de acompañamiento y crecimiento. Sus acciones van desde talleres de arte y creatividad, donde los menores han trabajado con técnicas plásticas y audiovisuales conociendo a mujeres artistas del siglo XX y XXI como referentes, hasta miniproyectos grupales centrados en valores como la paz, la convivencia o la empatía, obras y colaborativas y murales comunitarios; o encuentros con la cultura, como son visitas a espacios patrimoniales de la zona, salidas al cine actividades educativas fuera del aula.

También cuenta con el espacio 'Familias con arte', donde las madres, principalmente, están descubriendo sus capacidades creativas a través de técnicas manuales, reforzando su autoestima y la conexión con sus hijos e hijas. Y este mes de julio han puesto en marcha la escuela de verano 'De cine', donde exploraran la cinematografía desde distintas áreas: guion, rodaje, interpretación o edición, además de incluir salidas de ocio que refuercen la cohesión del grupo.

El 'feedback' que está recibiendo la Fundación Sierra Minera de este proyecto está siendo muy positivo. «Las familias valoran enormemente contar con iniciativas que no solo ofrecen una alternativa de ocio educativo para sus hijos e hijas, sino que también les invitan a participar, a descubrir sus propias capacidades y a sentirse parte de algo colectivo. Nos transmiten agradecimiento, ilusión y, sobre todo, el deseo de que estas actividades puedan tener continuidad», señala Vásquez.

Además, el apoyo de la Fundación la Caixa supone un respaldo clave para la estabilidad y continuidad del proyecto. «Nos permite seguir generando oportunidades reales de aprendizaje, crecimiento y convivencia para menores y familias que lo necesitan», indica. «Gracias a este impulso, podemos mantener una intervención de calidad, con materiales adecuados, personal especializado y una programación rica y diversa. Es, en definitiva, una apuesta por la equidad y el acceso a la cultura como derecho», concluye.

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