Ocho personas se han acogido a la eutanasia en la Región de Murcia desde 2021

Ocho personas se han acogido a la eutanasia en la Región de Murcia desde la aprobación de la ley en 2021, según datos de la Consejería de Salud. Otras tres solicitudes han sido desestimadas por la Comisión de Garantías, el órgano encargado de valorar cada caso.

En lo que respecta al año 2021, desde la entrada en vigor de la ley a finales de marzo y hasta el cierre del año, se tramitaron tres expedientes de solicitud de prestación de ayuda a morir. Dos recibieron informe favorable y uno resultó desfavorable. En 2022 se tramitaron otros cinco expedientes de solicitud de prestación de ayuda a morir en la Región, cuatro de los cuales recibieron informe favorable y uno resultó desfavorable.

El Ministerio de Sanidad introdujo un cambio para las notificaciones por el que las resueltas se computan en el año que se resuelven y no en las que se inicia el procedimiento, recuerda la Consejería de Salud. En lo que va de 2023 se han registrado tres solicitudes de eutanasia, de las que se han resuelto favorablemente dos. En total, por tanto, desde 2021 se elevan a ocho las solicitudes de ayuda para morir favorables y resueltas y a tres las desfavorables.

Por otra parte, 115 profesionales del Servicio Murciano de Salud (SMS) se han declarado objetores, según datos del Ministerio de Sanidad. De ellos, 79 son médicos de familia y 31 médicos de otras especialidades. También hay dos farmacéuticos especialistas de Farmacia Hospitalaria y tres enfermeros que se han declarado objetores.

La Región de Murcia es una de las comunidades que menos eutanasias registra. En 2022 y según datos de la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), Murcia fue el territorio con menos solicitudes presentadas. En todo el país se tramitaron 295 peticiones autorizadas.

Un joven de 28 años que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) protagonizó la primera eutanasia en la Región de Murcia en 2021. Le siguió una mujer de 94 años con graves secuelas y una completa incapacidad fruto de una enfermedad cerebrovascular. Después se autorizó la ayuda para morir a dos hombres de entre 50 y 59 años: uno de ellos padecía ELA y el otro «presentaba pluripatologías». No hay información del resto de solicitantes, pero estos datos aportan un perfil claro que se ajusta a lo fijado en la ley. La norma contempla la ayuda para morir en aquellas situaciones en las que el paciente sufra «una enfermedad grave e incurable» o «una enfermedad grave, crónica e imposibilitante» que provoque un padecimiento «que la persona experimenta como inaceptable y que no ha podido ser mitigado por otros medios». Para acogerse a la eutanasia hay que ser mayor de edad.

La ley establece toda una serie de garantías durante el proceso. El solicitante debe reiterar la petición a los quince días y su caso es estudiado por un médico consultor, que eleva su informe al Comité de Garantías, encargado de la valoración final.

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